TEXTO ÍNTEGRO: MÉXICO gasta más en SUBSIDIOS INEFICIENTES que EMPEORAN el Cambio CLIMÁTICO

Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advirtieron que en nuestro país, la mala calidad del aire es un problema, especialmente en las zonas urbanas donde se multiplica la población, el parque vehicular y la industria, sobre todo fuera de las grandes zonas metropolitanas.

México se encuentra entre los 10 países con mayor población expuesta a “concentraciones inseguras y peligrosas” de contaminación del aire, 93.3 por ciento de sus habitantes viven al filo de enfermar por la exposición a partículas micrométricas que no filtra el sistema respiratorio; mientras, sumado al costo de subsidiar combustibles fósiles se empalma la carga financiera hacia el sector salud, reportó el Banco Mundial.

De acuerdo con el organismo, los costos de salud de la contaminación del aire ambiental son equivalentes a 4 por ciento del producto interno bruto (PIB), a ello se suman los subsidios a los combustibles que, por ejemplo, el año pasado alcanzaron 397 mil millones de pesos. El Banco Mundial enfatizó que pese a las iniciativas para ir quitando el subsidio a los combustibles, la contaminación del aire es un problema “inmenso” en el país; tan sólo en 2019 causó más de 46 mil muertes prematuras.

  • México es el décimo país con mayor población expuesta a niveles dañinos de materia particulada —polvo, hollín, cemento, cenizas y metales en grosores menores al cabello humano, que derivan de toda clase de combustión y son detonantes de enfermedades cardiovasculares y respiratorias—. Encabeza el listado China, le siguen India, Estados Unidos, Indonesia, Pakistán, Nigeria, Bangladesh, Brasil y Rusia.
  • En un nuevo informe, el organismo enfatiza que a nivel mundial los subsidios a los combustibles fósiles, la agricultura y la pesca superan los 7 billones de dólares, lo que representa alrededor de 8 por ciento del PIB mundial. Sólo los impuestos directos, realizados vía presupuesto público, suman alrededor de 1.25 billones de dólares, aproximadamente el tamaño de la economía mexicana.
  • El organismo reportó que los países gastan seis veces más en subsidiar el consumo de combustibles fósiles que los compromisos asumidos en virtud del Acuerdo de París para abordar el cambio climático. Y por lo regular los estímulos fiscales al consumo de esos energéticos benefician a la población con mayores ingresos. En México, por cada peso que llega a los dos deciles más pobres de la población vía dichos subsidios, 19.50 van a los dos deciles más ricos, según el comparativo del Banco Mundial

Los gobiernos están gastando billones en subsidios ineficientes que están empeorando el cambio climático, dinero que podría utilizarse para ayudar a resolver el problema”, enfatizó el organismo. Destacó que, entre ellos, los subsidios a la agricultura son responsables de 14 por ciento de la deforestación mundial; los dados a combustibles fósiles, y que incentivan su uso, son un factor de las 7 millones de muertes prematuras cada año debido a la contaminación del aire; y los que van a la pesca superan los 35 mil millones cada año, lo que abona a la disminución de las poblaciones de peces.

La mala calidad del aire aún es un problema en México

Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advirtieron que en nuestro país, la mala calidad del aire es un problema, especialmente en las zonas urbanas donde se multiplica la población, el parque vehicular y la industria, sobre todo fuera de las grandes zonas metropolitanas.

  • En una charla con la universidad, desde el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC), los académicos explicaron que existen emisiones peligrosas de partículas muy pequeñas llamadas PM 10 y PM 2.5.
  • “La calidad del aire continúa siendo uno de los grandes temas de análisis de los expertos del ICAyCC, que hace un gran esfuerzo por tener capacidades de pronóstico, escenarios de cambio climático, alertamientos y donde se proponen medidas de prevención, mitigación y adaptación”, afirmó el director de esa entidad académica, Jorge Zavala Hidalgo, quien moderó la mesa de diálogo “El futuro de la calidad del aire”.
  • La también investigadora del ICAyCC, Graciela Binimelis de Raga, recordó que en 2019 el 99 por ciento de la población mundial vivía en lugares donde la recomendación para emisiones de partículas PM 2.5 no se cumplía.

“Cerca de cuatro millones de personas murieron en 2019 en el mundo por exposición a partículas finas en extramuros, la mayoría en China e India, y en México hubo 29 muertes por cada 100 mil habitantes”, reiteró.

  • La especialista señaló que en América Latina hay resultados mixtos respecto a las emisiones contaminantes, con algunas disminuciones en el caso de nuestro país. “Hay un gran progreso en Norteamérica y Europa; resultados variados en África y un gran retroceso en Asia”.

Binimelis de Raga aseguró que hay progreso a nivel global en términos de acciones para disminuir la contaminación del aire, pero aún falta para que la mayoría respire aire limpio. “Todavía hay muchos países en el mundo que no cuentan siquiera con redes de monitoreo de la calidad del aire”.

  • Luis Gerardo Ruiz Suárez, también investigador de esa entidad académica, consideró que la calidad del aire es más que el problema de los cuatro o cinco contaminantes que miden los expertos. “Para analizar las partículas los instrumentos son caros y se requiere personal altamente especializado; necesitamos abordar esa problemática”.

Dijo que la mala calidad es solo una de las manifestaciones del deterioro ambiental, que viene combinada con otras situaciones como el cambio climático y problemáticas a escala temporal y espacial. Hemos perdido tiempo abordándolos por separado.

Ruiz Suárez consideró importante avanzar en la normatividad e incrementar los estudios en zonas rurales, toda vez que en México solo se monitorean las urbanas. “No hay suficientes estudios del efecto de la contaminación en los cultivos, en la salud de los ecosistemas y en los materiales. Ahí hay pérdidas millonarias que no las estamos contando bien”.

  • Ramiro Barrios Castrejón, director de Calidad del Aire en Zonas Metropolitanas de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), externó: “En el país tenemos que medir más las partículas que contaminan el aire. Es caro, pero es más caro no hacerlo. Además, falta actualizar la legislación y aumentar el monitoreo en diversas zonas”.
  • Para Víctor Hugo Páramo Figueroa, coordinador ejecutivo de la CAMe, la Megalópolis es diversa y sólo se conoce la calidad del aire por lo que registran las redes de monitoreo.

“La información que están arrojando indica qué en las ciudades, que es donde principalmente se tienen mediciones, persiste el problema del ozono, de las partículas PM 2.5 y PM 10. En todas, los contaminantes no cumplen con las normas de protección de la salud mexicanas. Las ciudades tienen en común un crecimiento importante del parque vehicular”, acotó.

Cabe señalar que las sustancias y partículas que contaminan el aire y a las que estamos expuestos provienen, principalmente, de la quema de combustibles fósiles en las industrias, de la generación de energía del transporte, incluso de actividades domésticas.

Mueren en la CDMX hasta 14 mil personas por la contaminación

Las conclusiones de un estudio publicado en The Lancet (previo a la pandemia) en el que los investigadores aseguraban que la contaminación ambiental multifactorial, provocaba 300% más muertes al año que las causadas por el SIDA, la tuberculosis y la malaria sumadas, y 150% más que todas las guerras y otras formas de violencia.

Aunque su impacto negativo en los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD), y la merma en la calidad y disminución en la expectativa de vida son ampliamente conocidos, nuestras autoridades, y las de muchos otros países, no han sido capaces de frenar este gravísimo problema de salud, el que además de afectarnos a todos, genera una enorme presión sobre los sistemas sanitarios estatales.

  • Los especialistas estiman que la polución se roba anualmente la vida de entre 8 y 14 mil ciudadanos, de los más de 22 millones que viven atrapados en una urbe que salta lastimosamente de una contingencia ambiental a otra sin atacar la raíz del problema, obligando a sus habitantes a consumir involuntaria, y diariamente.
  • Un cóctel tóxico, en el que se integran sustancias, gases, residuos, partículas en suspensión, y ruido, agentes causales de cáncer pulmonar, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, intoxicaciones, pérdida auditiva, osteoporosis, y accidentes de tránsito, entre otros padecimientos.
  • El Programa Hoy no Circula iniciado en 1989, y el Programa de Verificación Vehicular, puesto en operación en la Ciudad de México en 1993, aún no alcanza la cobertura nacional, son las únicas y a todas luces insuficientes acciones emprendidas gubernamentalmente para tratar de paliar la contaminación ambiental, lo que hace evidente la necesidad de emprender acciones de fondo, y no de forma.

Asfixiados: Perú, Chile, México, Guatemala y Colombia

Los vehículos, la quema de combustibles fósiles, la extracción minera y los incendios están haciendo que nuestro aire sea cada vez más tóxico y peligroso. De hecho, según un reciente ranking realizado por IQAir junto a Greenpeace, con apoyo de ONU Hábitat y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en cinco países de la región la concentración de PM2.5 en el aire, – partículas tan finas que solo alcanzan las 2,5 micras de diámetro – superan entre tres y cinco veces las directrices aprobadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

  • En 2021, esta organización endureció sus estándares y determinó, después de 15 años de nuevos datos, que la exposición anual a PM2.5 recomendada ya no sería de 10 microgramos por metro cúbico (μg/m3), sino de 5. Perú, con un promedio de 23,5 μg/m3 es el país de la región que más se aparta de esta cifra, seguido de Chile (22,2), México (19,5), Guatemala (18,6) y Colombia (15,7).

“Es la primera vez que Perú reporta datos para este informe, y no le fue bien”, asegura Tatiana Céspedes, directora de campañas de Greenpeace Colombia. Tres de las cinco ciudades de Latinoamérica con más altos niveles de PM2.5 están en ese país, con el récord impuesto por San Juan de Lurigancho, donde se reportaron niveles de hasta 41,2 μg/m3. E, igualmente, señala el reporte, en Chile la contaminación anual empeoró en un 2% entre 2021 y 2022, mientras que, en Colombia, para estos años, el indicador saltó de 14,1 μg/m3 a 15,5 μg/m3. “Este aumento se debió en parte al significativo incremento de los incendios forestales en la Amazonia colombiana durante la estación seca de 2022″, aclara el documento.

“En enero de 2022, se reportaron casi 30 veces más incendios forestales en comparación con el mismo mes en 2021″.

Pero no en todos los países se dio una involución. En Brasil, por ejemplo, que supera el estándar de la OMS entre dos a tres veces, las concentraciones medias anuales de PM2.5 cayeron a 12,2 μg/m3 en 2022, cuando venían siendo de 13,6 μg/m3 en 2021 y de 14,2 μg/m3 en 2020.

Además, en el grupo de países de Latinoamérica que van mejorando, también están los Países Bajos del Caribe (Bon Aire, San Eustaquio y Saba), en los que se dio una disminución del 35% de la concentración de PM2.5. Las Islas Vírgenes estadounidenses, por su parte, es donde se sigue respirando el mejor aire a partir de este estándar, ya que la concentración de PM2.5 llega apenas a 2.9 μg/m3 y se mantiene por debajo del máximo al que uno se debería exponer, según la OMS.

  • Un problema global: Hasta veinte veces más pequeñas que el diámetro de un cabello, las partículas PM2.5 son un problema de salud pública. “Elegimos este componente que se encuentra dentro de la polución porque es uno que está directamente afectando nuestra salud”, agrega Céspedes. La mala calidad del aire, recuerda el informe, está vinculada a más de seis millones de muertes a nivel mundial y afecta especialmente a los países con ingresos bajos y medios.

A nivel global, los países que se llevaron el desesperanzador primer puesto en el ranking de IQAir y Greenpeace, fueron Chad, Irán, Pakistán, Baréin, Bangladesh, Burkina Faso, Kuwait e India, todos superando más de diez veces la directriz de la OMS. Y solo 13 de los 131 países incluidos en el informe estuvieron en el nivel o por debajo de lo recomendado por esta autoridad de salud, aunque, como bien lo explica Céspedes, no todos los países tienen la misma cantidad de información disponible, lo que podría alterar ligeramente los resultados.

  • Este ranking en particular tuvo en cuenta tres fuentes: las mediciones de calidad de aire de los gobiernos locales y distritales, los datos de medidores que tiene la misma IQAir y la ciencia ciudadana.
  • “Contamos con la colaboración de Aires Nuevos, una fundación que tiene una red de personas en América Latina con un monitor de la calidad de aire dentro de su hogar que pueden reportar datos”, comenta la vocera de Greenpeace.
  • Además, recuerda que una de las claves para que la región empiece a reducir su contaminación es que los países tengan estándares tan estrictos como la OMS, pues, en la mayoría de los casos, son mucho más flexibles y lo superan.

Daños por la contaminación del aire en México

«La proporción de población expuesta a niveles de contaminación del aire que suponen un riesgo para la salud humana (PM 2.5 a más de 10 microgramos por metro cúbico) fue de 98.6%, situándose por encima del 95.4% registrado en América Latina y el Caribe, y de 61% en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)», se lee en el informe «Perspectivas económicas de América Latina 2022: Hacia una transición verde y justa», que fue publicado este año por el organismo.

  • Esto es preocupante para la sociedad mexicana y su bienestar. El maestro en geografía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Carlos Ruiz Abad expone en entrevista para Sputnik las repercusiones de respirar aire con altos niveles de polución.

«Los efectos de la contaminación atmosférica en la salud son muy grandes. Hay afectaciones en los sistemas respiratorios, circulatorio y, de manera más profunda, en el endócrino y en las funciones reproductivas (…). Hay análisis que comprueban que la mayor concentración de contaminantes y la alta exposición a ellos causarán, a corto y largo plazo, reacciones negativas en el cuerpo», detalla el universitario.

  • Ruiz Abad, quien ha realizado diversos estudios sobre la relación de la geografía con la salud, explica que entre los padecimientos más frecuentes causados por la contaminación del aire destacan la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cáncer de pulmón, infartos u obstrucciones arteriales.

«Otra parte del cuerpo que también resulta afectada es la piel, ya que está en contacto directo con el aire; puede causar enrojecimientos y, en el caso de los ojos, irritación», ahonda.

  • Según un análisis de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la contaminación y las sustancias tóxicas anualmente causan al menos 9 millones de muertes prematuras a nivel mundial.

De acuerdo con una entrevista realizada por Aristegui Noticias al director de Salud Ambiental del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de México, Horacio Riojas, en México ocurren 48.000 de ellas.

¿Cuáles son los elementos más dañinos?

En la emisión, Riojas expuso que, de las 48.000 defunciones por contaminación del aire en México, 14.000 ocurrieron por partículas PM 2.5. Estas son solo uno de los cinco elementos que más afectan a la población.

«Se llaman contaminantes criterio y se dividen en dos: primarios [emitidos directamente por actividades humanas] y secundarios [nacidos a partir de los primeros elementos]. Dentro de la normativa oficial de nuestro país tenemos principalmente cinco contaminantes criterio: dióxido de azufre, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, ozono y las partículas PM 2.5 y PM 10, que pueden ser inhaladas fácilmente», comenta el maestro en geografía por la UNAM.

Anteriormente, también se analizaba la prevalencia de plomo en el aire pero, al existir más restricciones sobre su uso y la refinación de los combustibles, pasó a segundo plano.

  • Aunque el tema de la contaminación del aire —también conocida como contaminación atmosférica— parece ser relativamente nuevo, ha sido estudiado desde las primeras décadas del siglo XX. Según rememora el experto, al menos en el país latinoamericano se analiza a partir de la década de 1940, debido a las tolvaneras que existían en la Ciudad de México en esa época.
  • «Desde 1950, la entonces Dirección de Higiene y Salud de la Ciudad de México confirma la existencia de contaminantes dentro de [la urbe] y desde ahí ya se empiezan a preocupar», localiza Ruiz Abad.
  • «Después de los años 1960, se establece una primera red de monitoreo atmosférico, donde se instalaron alrededor de 10 estaciones, esto con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud [OPS], que tenía interés en saber cómo estaba la polución en los países latinoamericanos (…). Con el paso del tiempo, se constituyó el Sistema de Monitoreo Atmosférico [conformado por varias redes], que está a cargo de la Secretaría del Medioambiente de la [capital mexicana], en conjunto con la Secretaría de Salud».

El experto hace énfasis en que los dispositivos para medir contaminantes en México solo están localizados en las grandes ciudades del país.

«No podemos olvidar la zona rural donde, por ejemplo, si hay minería existe una exposición y puede llevar a enfermedades más fuertes, como anemia o cáncer. No obstante, la mayoría de la información que se tiene son las ciudades, obviamente la Ciudad de México es la que prevalece porque tiene más información y más población expuesta por el número de habitantes, pero también hallamos datos de Monterrey, Guadalajara o Mexicali. A grandes rasgos, la población urbana es la que tiende a estar más expuesta a la contaminación atmosférica», reconoce.

Un problema con diversos componentes

Si bien la contaminación del aire existe y tiene niveles altos, estos han disminuido en comparación con cifras de hace 30 años. Según datos de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), la calidad del aire fue muy mala de 1990 a 2003, aproximadamente. Al inicio de estos registros, los días con contingencias ambientales eran mucho más frecuentes que en la actualidad.

  • Medidas como el Hoy No Circula (que regula el flujo vehicular por días de la semana), la verificación obligatoria de los automóviles y los ajustes a las leyes medioambientales y a las maneras de medir los contaminantes han mejorado el panorama, al menos para los habitantes de la capital del país y de su zona conurbada, esencialmente distribuida en localidades del Estado de México

Pero, como afirma el experto en geografía, aún falta trabajo por hacer para que estos índices sean aceptables.

  • «Nunca vamos a llegar a un límite muy bajo [de contaminantes], en el sentido de que somos una de las ciudades más pobladas del mundo, donde la mayoría de la gente usa un transporte privado (…) o camiones y tráileres que emiten gases contaminantes y que, en ocasiones, no cumplen con la verificación correspondiente», asienta.
  • Sumado a esto, se deben comprender las condiciones naturales de cada región. «En el caso de la Ciudad de México, tiene tres periodos de clima: seco-frío, seco-cálido y lluvioso. En este último es poco probable la presencia de una contingencia ambiental porque tenemos una inestabilidad atmosférica», dice.
  • Por ello, Ruiz Abad considera que en este rubro también deben poner aún más de su parte las autoridades locales y federales, que brinden transportes limpios, apuesten por las energías renovables exigiendo a las empresas voltear a ver tecnologías que les ayuden en ello, y por la seguridad de la ciudadanía.

«En el caso de la sociedad civil, podemos participar en programas de reforestación, no tirar basura, si sales a un sitio cercano no uses el automóvil (…). Si hacemos ese tipo de cambios, en conjunto con los del Gobierno y empresas, posiblemente podríamos reducir todavía un poco más los niveles de contaminación», concluye. /PUNTOporPUNTO

Documento Íntegro en el Enlace:

https://www.worldbank.org/en/topic/climatechange/publication/detox-development

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