La pandemia de coronavirus (COVID-19) sigue avanzando en nuestro país y el número de personas infectadas aumentó a 4 mil 661, de los cuales han fallecido 296, según las últimas cifras presentadas por la Secretaría de Salud (Ssa).
- Si bien varias naciones han sufrido con contener el brote por no actuar con anticipación como el caso de Estados Unidos, Italia y España, en México expertos han manifestado que los cambios en materia de salud pública implementados por el presidente Andrés Manuel López Obrador, muestran que el gobierno no ha contribuido a mejorar las condiciones de salud de la población, hecho que le está costando la vida a muchos mexicanos.
- Durante esta crisis de salud se ha difundido en los medios que los centros de salud carecen de insumos para equipos de protección, tampoco cuentan con el personal médico suficiente, y en muchos casos, falta de capacitación adecuada contra el COVID-19.
Uno de los críticos más destacados a estas nuevas políticas de salud pública es Julio Frenk Mora, exsecretario de Salud durante el sexenio de Vicente Fox (2000-2006). “Una emergencia de este tipo hubiera sido un reto para el sistema de salud bajo cualquier circunstancia, pero se ha dado en la desafortunada coincidencia que llevamos desde principios de este gobierno con una serie de políticas erradas y erráticas que han debilitado al sistema de salud”, declaró en una entrevista para Foro TV a finales de marzo pasado.
No era la primera vez que lo mencionaba el actual rector de la Universidad de Miami, en Estados Unidos. En febrero de 2019 publicó un ensayo en la revista Nexos bajo el título “Salud: focos rojos”, donde afirmaba que la destrucción del Seguro Popular (SP) por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) se trató de un verdadero paso al pasado, el cual fue basado “en ideologías y no en evidencias científicas para aplicar políticas públicas en salud”.
Y es que de acuerdo al especialista, hay tres momentos que marcaron la legislación mexicana en materia de salud pública: en 1943, cuando inició con la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que atendió a la población asalariada con crecimiento exponencial sumando más sectores no sólo obreros al servicio, sino campesinos; en 1960, cuando se creó el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) para la atención de los asalariados del sector público; y en 2003, cuando se decidió la creación del Seguro Popular para atender la población sin seguridad social, lo que fue un gran acierto para bien de la gente.
- No obstante, para el presidente Andrés Manuel López Obrador estos sistemas de salud mexicano eran ineficaces y constituían un deterioro de 36 años, “neoliberal” partiendo en su interpretación de 1983 a 2018. “En las cuatro décadas se amplió consistentemente el sistema de salud”, escribió Julio Frenk.
En dicho lapso indicó que se registró un aumento de 210% de presupuestos reales para la atención a la salud, que llegaba a 55 millones de mexicanos. Además, se duplicó el número de camas por habitantes, se triplicó el número de médicos, y se incrementó siete veces el número de enfermeras. Muy pocas áreas de la administración pública tuvieron un crecimiento similar.
- De 1980 a 2012 se calificó al sistema de salud de México comparable al de Noruega, o Canadá en condición de igualdad. “Los promedios de México fueron mejores que los de Cuba, Venezuela, Argentina o Brasil”, aseguró.
- Aunque confiesa que es verdad que dichos sistemas tuvieron claras carencias, Frenk sostiene que no se pueden olvidar los éxitos como el programa de vacunación universal que permitió erradicar la rubéola y el sarampión, enfermedad que hoy está de regreso en la Ciudad de México.
Además, el sistema de vigilancia epidemiológica que logró contener la amenaza de la influenza H1N1 en 2009, con una acertada actuación preventiva, que aunque tuvo grandes costos económicos por varios meses, se evitaron concentraciones públicas que lo hubieran empeorado.
También se lograron bajas en cifras de enfermos por VIH-Sida, y en medio de polémicas se avanzó en programas de atención de salud reproductiva, tales como la anticoncepción de emergencia.
Cabe mencionar que el argumento principal de López Obrador al anular todo lo anterior, como ha ocurrido con otros organismos o instituciones, fue la corrupción y el uso indebido de recursos federales; a lo que el rector de la Universidad de Miami consideró que una mejor solución era “contar con un control de gasto, que la centralización”, pues según él así se perdió la presencia y autoridad en el sector, debido a que ahora la Presidencia de la República también es la Secretaría de Salud, lo que significa que muchos sectores dependen de soluciones de una persona.
Esas son pruebas de que no todo lo que había antes estaba mal. Y que llegara a destruirse sin tener claramente con lo que lo vas a reemplazar es una pésima forma de gobernar
A pesar de este panorama, Frenk Mora confía en que el sistema de salud podrá hacer frente a la emergencia sanitaria ocasionada por el coronavirus.
«A pesar de todo esto, es un sistema con gran capacidad de resistencia, de fortaleza. Ha podido salir adelante de muchas crisis porque hay un equipo de personal de salud con una enorme vocación de servicio».
Mexicanos considera que el sistema de salud mejorará con más hospitales
Casi la mitad de los ciudadanos mexicanos (46.4%) considera que para mejorar el sistema de salud en México se requiere construir un mayor número de clínicas y hospitales y promocionar una cultura de prevención y detección oportuna de enfermedades.
Así lo revela el estudio «Covid-19 en México. Oportunidad para revisar pendientes en materia de salud pública» que realizó el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República a partir de los resultados de la «Encuesta nacional sobre cultura de la legalidad y agenda legislativa 2019».
- A la pregunta: «¿Cuál es el aspecto más importante de una ley que busca mejorar los servicios públicos de salud?», 23.8% de los 1,200 encuestados respondió que «construir un mayor número de clínicas y hospitales»; 22.6%, que «promover una cultura de prevención y detección oportuna de enfermedades»; 17.2% opinó que «equipar las instalaciones para una mejor atención de pacientes»; 16.5% dijo que «garantizar que siempre haya medicinas gratuitas»; 14.1% consideró que «atender a las personas con respeto y sin discriminación», y que «acortar los tiempos de espera para las consultas», 4.2 por ciento.
«Los dos aspectos más señalados por la población fueron la construcción de un mayor número de clínicas y hospitales y la promoción de una cultura de prevención y detección oportuna de enfermedades. En cuanto a las tendencias sociodemográficas destaca que la población entre 18 y 35 años es la que tiene una mayor preocupación por la importancia de construir clínicas y hospitales; la población con grados de instrucción superiores (licenciatura y posgrado), que habita en regiones con menores niveles de pobreza y que cuenta con un nivel socioeconómico (NSE) más alto, seleccionó con más frecuencia la promoción de una cultura de la prevención y detección oportuna de las enfermedades.
«La población con menores niveles de instrucción escolar, que habita en regiones de mayores niveles de pobreza y tienen un NSE más bajo, son más sensibles a que se garantice la entrega de medicamentos gratuitos. Esta misma población coincide con los grupos etarios de mayor edad en que una medida prioritaria para mejorar el sistema de salud radica en atender a las personas con respeto y sin discriminación», indica la encuesta.
El estudio refiere que si bien la encuesta se realizó en un escenario distinto a la actual emergencia sanitaria, sus hallazgos resultan vigentes para reflexionar sobre la manera en que los mexicanos perciben en dónde se encuentran las áreas de oportunidad para mejorar el sistema de salud./Agencias-PUNTOporPUNTO
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