El Estado de Derecho en México empeoró según muestran los datos del Índice Global de Estado de Derecho 2022 del World Justice Project (WJP).
«La recolección y análisis de datos provenientes de 140 países y jurisdicciones, realizados por el World Justice Project, muestran que la adherencia al Estado de Derecho cayó en 61% de los países encuestados este año incluido México”, precisó.
- De acuerdo con el informe México ocupó el lugar 115 de 140 países con un puntaje de 0.42 en una escala de 0 a 1 en donde 0 es una débil adherencia al Estado de Derecho y 1 una muy fuerte.
- Para el ranking 2021, México obtuvo un puntaje de 0.43 lo que lo llevó a ocupar el lugar 113 de 139 países medidos por la organización internacional.
“Entre sus tendencias más importantes está el deterioro del factor que mide el orden y seguridad. También, se observan las tendencias globales del deterioro del sistema de justicia civil y el debilitamiento de los contrapesos no gubernamentales como la sociedad civil y la prensa. A esto se suma un estancamiento en materia anticorrupción”, indicó el WJP.
En contraparte, se reportó que México mantiene fortalezas en rubros como gobierno abierto y el respeto a la ley derivado de la transición de poderes, aunado a la integridad en las elecciones.
Ubicación en la región
El WJP colocó a México, en comparación con los demás países medidos de América Latina y el Caribe en el lugar 27 de 32 nacionales medidas.
- El mejor desempeño de la región corresponde a Uruguay (puesto 25 de los 140 países encuestados en el mundo), seguido de Costa Rica y Chile. Los países de la región con los puntajes más bajos son Nicaragua, Haití, y Venezuela (puesto 140)”, se acotó.
Mientras que por ingresos, México se cataloga en el rubro de medio-alto; aquí la nación se ubicó en el lugar 39 de 42.
Cárteles doblega a López Obrador
El pasado 17 de octubre está marcado en la historia reciente del país como un capítulo negro para el gobierno mexicano y, sobre todo, la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), después de que ordenara, según sus propias palabras, la liberación del hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Ovidio Guzmán, tras un clima de violencia que aterrorizó a la ciudad en aquel jueves del 2019.
- “El ratón”, como también es conocido el narcotraficante de la facción de “Los Chapitos”, cayó después de que un grupo de elementos del Ejército mexicano y la Guardia Nacional realizaran un patrullaje en el fraccionamiento Tres Ríos; sin embargo, fueron agredidos con disparos de arma de fuego, lo que provocó la respuesta de los elementos castrenses y la posterior detención de Guzmán.
Sin embargo, su organización criminal sembró en pánico y terror a los ciudadanos de Culiacán después de la captura de uno de sus líderes criminales, con quema de vehículos, narcobloqueos y balaceras con elementos policiales al utilizar armas de grueso calibre.
- Ante la capacidad de fuego de los miembros del crimen organizado y el asedio en el que tenían sumida a la ciudad, así como a los elementos de las Fuerzas Armadas, el gobierno y las corporaciones de seguridad decidieron dejar en libertad a Ovidio Guzmán, algo que fue calificado por la prensa mexicana como un episodio en el que doblegaron al Estado mexicano.
Apenas era la hora de la comida y ya se habían reportado los primeros militares heridos. Tampoco había pasado mucho tiempo desde que los efectivos habían asegurado a Guzmán López cuando un grupo de pistoleros ya tenía rodeada la casa donde había sido apresado su jefe.
Lo mismo ocurrió a gran escala: los sicarios se posicionaron en varios puntos estratégicos (puentes) de la ciudad, bloquearon los accesos con autos a los que les prendieron fuego y en un mismo perímetro cercaron a soldados, agentes federales y a la población de Culiacán. Los conocimientos logísticos y tácticos cambiaron los roles en cuestión de minutos: los captores terminaron siendo los capturados.
“También la geografía de Culiacán aportó su parte: una y griega fluvial que forma tres ríos y divide la ciudad en áreas unidas por puentes donde formaron círculos de violencia y áreas de defensa. Tres ríos y dos fuegos con la población atrapada en medio”, escribió el novelista y autor de libros como Lady Metralla y Narcocuentos Juan José Rodríguez.
- Que se trató de una pobre planeación por parte de la Sedena está claro, pues no pudieron extraer al objetivo prioritario (Ovidio) a pesar de que ya lo tenían capturado, así lo aseguró el consultor de seguridad y Fuerzas Armadas, Alexei Chévez Silveti.
- En el reporte oficial de la Sedena se detalló que la institución desplegó aeronaves antes y mientras sucedían las agresiones, pero la extracción de Ovidio, como se detalló en el reporte, planearon hacerla por tierra.
“No utilizaron los helicópteros que, por ejemplo, usa mucho la Marina, como en la detención de Caro Quintero. Planearon una extracción por tierra, que a todas luces se volvió imposible. Fue una mala planeación que devino en algo que los terminó superando. Definitivamente hay una parte de culpa por parte de Sedena por no incorporar técnicas y tácticas defensivas”, explicó en entrevista.
El consultor subrayó que buena parte de la fuerza del crimen organizado se fue directamente con la población, pero sobre todo contra objetivos militares de la región. “Hay que recordar que lo que devino del mal operativo en Culiacán fue precisamente la amenaza de atacar objetivo civiles dentro de instalaciones de la Sedena”.
Según los informes del Ejército mexicano, a las 15:50 horas de ese día se reportaron “vehículos con gente armada” rodeando las bases militares de operaciones en Cosalá, Costa Rica y El Fuerte. Poco más de una hora después, se registraron agresiones a instalaciones y fuerzas militares en distintos puntos de la ciudad, así como “despojo y quema de vehículos civiles” y la fuga masiva de 51 presos del penal de Aguaruto.
- Los pistoleros rodearon una unidad habitacional militar y amenazaron con ejecutar a las familias de los soldados. Para que se cumplieran sus exigencias, tomaron como rehenes a ocho efectivos. Todo esto mientras un Ejército de entre 700 y 800 civiles armados, la mayoría de ellos jóvenes, hacía retroceder a punta de plomo a más de 350 efectivos de las fuerzas del orden público en diferentes puntos de la capital sinaloense.
- Para Chévez Silveti no hay que impresionarse o dejarse llevar por el nivel de fuego que demostró el Cártel de Sinaloa aquel “Jueves Negro”, pues si bien superaban en número a las fuerzas federales, hay que recordar que su armamento es “a todas luces inferior” comparado con el del ejército. Lo que sí causó desconcierto, apuntó, fue la incapacidad, y sobre todo las directivas de cómo abrir fuego de los soldados mexicanos, que impidieron que respondieran.
“Nos dejó perplejos, con una impresión de indefensión. Para muchos de nosotros, sobre todo los habitantes del norte del país, nos dejó una imagen de indefensión porque siempre habíamos creído que las fuerzas armadas eran nuestro último punto de contención contra estas organizaciones criminales. Pero cuando estos cárteles doblegan al Ejército de esa manera… ¿Ahora quién podrá defendernos?”.
- La táctica y logística militar que utilizó el crimen organizado en Sinaloa se había visto varias veces en el pasado, aunque casi de manera específica en Jalisco, sobre todo con los bloqueos y las quemas de vehículos, explicó el especialista. De hecho, refirió, se desarrollaron procedimientos en las fuerzas del orden para evitar este tipo de sucesos y volverlos ineficientes.
Sin embargo, todo parece indicar que ni el Ejército esperaba que el Cártel de Sinaloa replicara dichas tácticas, incluso cuando ya se habían visto eventos similares en Tamaulipas con la detención de “El Huevo” Treviño, y en la misma Ciudad de México con el abatimiento del fundador del Cártel de Tláhuac, Felipe de Jesús Pérez Luna, alias “El Ojos”.
“Fueron muy eficientes al realizar esto, pero también fueron muy contundentes, porque una de las estrategias que tenía Jalisco era de salir en vehículos pequeños y a través de motocicletas secuestrar los camiones quemados y huir, no plantarle cara a las instituciones de la ley. Vimos las imágenes de los sicarios abriendo fuego. Tomando posiciones de combate y recuperando la calle”, dijo Chévez.
- Muchos analistas criticaron el hecho de que las fuerzas armadas llevaran a cabo el operativo para detener a Ovidio Guzmán a plena luz del día, cuando la población de Culiacán se encontraba en las calles, pero para Alexei Chévez dicha determinación del Ejército pudo haber dependido de circunstancias que solo así lo permitían.
“Los operativos no se diseñan con base en si es de día o de noche. Se diseñan con base e el elemento sorpresa y de que el objetivo esté en en su lugar. Si en ese momento estaba el objetivo, pues en este momento había que hacerlo. Había una ventana de oportunidad que tenían que tomar en ese instante”, refirió.
En caso contrario, si el objetivo llevaba varios días ahí y decidieron hacerlo de día, entonces sí cabría interpretar una decisión absurda. “Yo quisiera creer que lo hicieron con base en información de inteligencia”.
“Definitivamente el área que manejaron ellos, los círculos concéntricos de seguridad que manejaron, se rompieron. Fue un error que permitiera el segundo círculo fuera penetrado por estas organizaciones criminales. Y el método de extracción que estuvo planeado por tierra definitivamente en una ciudad controlada por ellos no fue la decisión más acertada, sobre todo porque ya que lo vez con las imágenes satelitales hay varias áreas cerca de donde estaba la casa del objetivo prioritario donde pudieron haber descendido uno o dos helicópteros. Definitivamente perdieron el momentum y pasaron a la defensiva”.
De acuerdo con los habitantes, ese jueves negro de 2019 derrumbó el simbolismo de criminales, quienes por décadas han querido venderse como protectores para obtener respaldo y aceptación social. Aquella tarde se mostraron como realmente son y quedó en claro que cualquier pax narca se cae fácilmente.
- Los sicarios de los Chapitos y del Mayo Zambada destacaron en su versión más sanguinaria, lejos de aquello que la narcocultura ha impuesto como atributos de cabecillas en el imaginario social. A menudo, los capos son distinguidos con valores de caridad, honradez, benevolencia, opulencias o lujos de lo que debe anhelarse para prosperar en la cuna de los cárteles de la droga.
Durante años, los líderes de la vieja escuela se esforzaron por exponerse como garantes de la tranquilidad local, táctica que les beneficia para no ser delatados en sus casas de seguridad, bodegas u operadores. Eso llevó a tomarlos como sustitutos de autoridades regionales porque también impiden la irrupción de enemigos. Así lograron arraigar estereotipos para que los niños no sueñen con ser Lionel Messi ni Michael Jordan, sino convertirse en el próximo Chapo Guzmán.
- Un informe de inteligencia militar, revelado tras hackeos al Ejército por el colectivo Guacamaya, apuntó que el perfil de los sicarios subordinados a los Chapitos son altamente violentos y en su mayoría se trata de jóvenes que van de los 20 a 35 años de edad. La nueva camada de esta facción se caracteriza por el protagonismo, a diferencia de aquellos que comanda el Mayo Zambada, quienes deben mantenerse reservados al igual que su líder.
Previamente, analistas consultados por Infobae México habían precisado que el rasgo generacional del Cártel de Sinaloa repercute en que lugartenientes no sean bien vistos por sus mismos colaboradores, porque la Chapiza prefiere imponerse a base de intimidaciones, ideas impulsivas y el factor agresivo, lejos de los acuerdos en que deben ceder. Además, la suma de inexperiencias puede traducirse en errores tácticos y un respaldo social con base en el miedo, más que en el pleno respeto.
Marlene León Fontes, directora de la organización Iniciativa Sinaloa, calificó el Culiacanazo como un punto de quiebre con la percepción ciudadana, pues se ha dado por hecho que los cárteles de la droga se mantienen en el estado, pero no atacan a la población civil. Y para ella, el jueves negro mostró que los criminales están dispuestos a utilizar todo su poderío sin detenerse ni importarles bajas de inocentes.
“Tu percepción dice: ok, sí, sabemos que tienen ese poder, que tienen el armamento, el equipo, todo para hacerlo, pero no sabías si realmente lo iban a hacer, o al menos no se sabía hasta que ocurrió este hecho”, señaló.
- El Culiacanazo vino a romper con ellos, ahí te das cuenta de que realmente no hay un pacto, no hay paz cuando se trata de salvar o cuidar al líder, ahí prefieren irse contra la sociedad y rescatar a este líder.
- David Saucedo, consultor en Políticas Públicas y Seguridad, dijo que el nivel de violencia de los grupos de macrocriminalidad podía suponerse entre pobladores locales, especialistas, policías y el propio Ejército. Pero los sucesos en Culiacán fueron una revelación de las capacidades reales que tiene el Cártel de Sinaloa y que no eran tan evidentes para el resto de la opinión pública a nivel nacional e internacional.
“Con este hecho quedó suficientemente claro que los grupos del narco tienen el control de regiones enteras y estados, donde quien pone la Ley y controlan lo que ocurre son los grupos armados”, expuso.
- Sin embargo, León Fontes explicó que el 17 de octubre de 2019 sucedió un ataque sin precedentes para los propios sinaloenses y eso demostró cómo los delincuentes seguirán siendo delincuentes. Aún cuando quieran ganarse la estima de pobladores con despensas, equipar una escuela en barrios pobres o repartir billetes de a 200 pesos con las iniciales de su jefe.
Esa es parte de las conclusiones para una sociedad que no ha sido atendida por los padecimientos del Culiacanazo. Pues actualmente, la directora de la organización de la sociedad civil ha notado que los culiacanenses se molestan cuando se recuerda el jueves negro. Eso significaría que el dolor sigue presente por rememorar una tarde de narcoterrorismo, pese a que el discurso político solo pretenda darle vuelta a la página sin procurar justicia.
“Hay que seguir apostándole a la memoria colectiva, porque por más que duela, es necesario hablar del tema, es necesario hablar de las víctimas, la falta de reparación del daño, la impunidad y de la rendición de cuentas”, apuntó.
- El académico de la UAS añadió que la población de Culiacán ha ido aceptando el nivel de violencia experimentado porque viven acostumbrados a escuchar balazos o tirarse al suelo por inercia. Para él se trata de un proceso de normalización tras expulsar el pánico y volver poco a poco a la dinámica previa. Aunque no puedan borrarlo tan fácilmente, los pobladores se ven obligados a convivir atemorizados en una ciudad donde domina el narco.
Se ha normalizado tanto que hemos creado una capa protectora para ya no sentir miedo. No podemos vivir en una sociedad del miedo y de angustia constante. Esa es la pedagogía del miedo.
El investigador de la cultura y el narcotráfico fue testigo de las balaceras y narcobloqueos en varios puentes de la ciudad cuando iba por su hija al trabajo aquel jueves negro. Vio a los sicarios desfilando fuertemente armados y cómo la gente huía aterrorizada para esconderse en donde fuera posible. Esa noche alojó y alimentó en su casa a varios profesores, así como a otros colegas universitarios.
“Tenían temor de irse. Aquí pasaron toda la noche. Al día siguiente se fueron, pero iban con miedo porque todavía estaban los carros quemados y alguno que otro cuerpo”, recordó.
AMLO abraza a los narcos, y ellos envenenan con fentanilo a México
En Sinaloa, la tierra donde gobierna el Cartel de Sinaloa, el 30 de junio pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en un tono indolente y casi sarcástico, reiteró las supuestas bondades de su política de «abrazos no balazos” hacia los carteles de la droga en México. Mientras, éstos aumentan día a día su violencia dejando una estela de miles de víctimas en todo el país.
«Cuando dije abrazos no balazos hasta se burlaron, y todavía, pero les vamos a demostrar que es más eficaz, más humano, enfrentar el problema de la inseguridad atendiendo las causas que originan la violencia, es un desafío, es un reto, pero vamos a lograr salir adelante”, dijo el Presidente en el territorio de Ismael «El Mayo” Zambada el jefe del Cártel de Sinaloa, dos días antes de la consulta popular a la que él mismo convocó para enjuiciar a ex presidentes por actos de contubernio u omisión, como ahora hace él.
«Para que se tenga una idea de cómo la estrategia nuestra es distinta. No se puede enfrentar la violencia con la violencia, no se puede, no funciona y no es humano enfrentar el mal con el mal. El mal hay que enfrentarlo haciendo el bien”, añadió el mandatario con descarnada demagogia.
La realidad es que los programas sociales de AMLO para contrarrestar la pobreza, que según él son la causa de la inseguridad, han fracasado. Según la información dada en julio pasado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), una institución del propio gobierno, aunque en 2020 aumentaron las dádivas gubernamentales- repartidas en un contexto de opacidad- éstas en concreto no compensaron la disminución de ingresos de las familias ni evitaron el aumento de pobres en México a causa del Covid-19.
La realidad es que más allá de los programas sociales, en la estrategia de la política de «abrazos no balazos” está incluida la negociación con los carteles de la droga de la llamada pax mafiosa o paz narca, como se reveló en esta columna en el mes de junio pasado.
La realidad es que a la par que el gobierno hace esas negociaciones el partido político de AMLO, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), gobierna en más territorios dominados por el narco.
La realidad es que mientras el Presidente dice en el discurso que «el mal hay que enfrentarlo haciendo el bien”, los carteles de la droga en México se frotan las manos ante la política de «abrazos” que les permite incursionar en un nuevo y muy jugoso negocio: el aumento de producción del fentanilo para su consumo en México.
El fentanilo y similares es el peligroso opioide sintético que aumenta la adicción y ha provocado en Estados Unidos una epidemia que ha causado en los últimos tres años decenas de miles de muertos por sobredosis. Tan solo 2019 causó la muerte de más de 36 mil personas.
De acuerdo con información obtenida por fuentes de inteligencia del gobierno de Estados Unidos y México, está aumentando la venta local de esta droga sintética.
Si el gobierno de AMLO continúa con su política de total tolerancia hacia los carteles de la droga, en el mediano plazo México, además de la crisis de violencia e impunidad, podría enfrentar una epidemia como la de EU./PUNTOporPUNTO
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