La pandemia por COVID-19 ha exacerbado aún más la desigualdad en las ciudades, especialmente entre las personas más pobres, esto, derivado de una urbanización acelerada y desordenada, con grandes franjas de habitantes que viven en asentamientos informales y trabajan en la economía informal, así lo revela la síntesis del informe “Siete transformaciones para ciudades más equitativas y sostenibles”.
- El documento presentado por el World Resources Institute (WRI), destaca que, a nivel mundial, más de mil 200 millones de personas -o uno de cada tres residentes urbanos- carecen de algún servicio básico (como vivienda de calidad, transporte, agua, saneamiento o energía), y alerta que la mayoría de las ciudades globales del sur, permanecen en un camino de crecimiento desigual, inseguro y contaminante.
Predice que, de continuar por esta ruta las ciudades caerían en un ciclo de pobreza, baja productividad y degradación ambiental durante el resto del siglo y más allá, lo que socavaría la calidad de vida de todos y el progreso hacia los objetivos climáticos y de desarrollo. El documento asegura que las decisiones que se tomen hoy “pueden ampliar la brecha de los servicios urbanos” en formas que se vuelven más difíciles de revertir y empeoran los riesgos del cambio climático.
- África, Asia y América Latina: Esta nueva investigación, que es la culminación de seis años de trabajo de más de 160 autores y revisores de todo el mundo, ofrece a las ciudades un plan sobre cómo desencadenar un cambio transformador, especialmente en el sur global, donde los recursos y la capacidad son escasos. Documenta innovaciones revolucionarias en todos los continentes, y muestra soluciones reales para hacer crecer las economías, reducir la desigualdad y mejorar el medio ambiente.
Revela siete transformaciones urbanas cruciales que se necesitan en las áreas de infraestructura diseño y entrega, prestación de servicios, recolección de datos, empleo en áreas urbanas, finanzas, gestión del territorio y gobernanza.
Ani Dasgupta, CEO de WRI, asegura en el Prólogo del documento que nuestro planeta necesita ciudades exitosas, que sean centros de innovación y productividad, en la que cada familia prospere, y que cumplan la promesa de crecimiento con bajas emisiones de carbono.
“Todavía no estamos construyendo las ciudades que necesitamos. Una de cada dos personas vive en las ciudades, y 2 mil 500 millones más lo harán para 2050. Las ciudades producen más del 80% del PIB, pero también el 70% de las emisiones globales. Nuestras ciudades crecen, mientras se amplía la desigualdad y los medios de vida disminuyen”, señaló.
- Los ingresos y el PIB ya no son las únicas medidas de la pobreza: El informe ofrece una nueva lectura donde los ingresos y el PIB ya no son las únicas medidas de la pobreza y el éxito de una ciudad, y muestra que un mejor acceso a servicios básicos como agua, saneamiento, energía, transporte y vivienda para las poblaciones desatendidas, puede generar prosperidad y sostenibilidad en toda la ciudad.
La pandemia de coronavirus, reconoce el reporte, ha puesto al descubierto las desigualdades en las ciudades entre aquellos que tienen dinero y posibilidad de acceder a un empleo y aquellos que no. Hoy, más de 1.2 mil millones de personas viven en barrios marginales urbanos y se encuentran entre los desatendidos, lo que representa aproximadamente un tercio de los habitantes urbanos en todo el mundo y dos tercios en los países de ingresos bajos.
“Aquellos que están desatendidos por los servicios urbanos sufren desproporcionadamente, no sólo por brotes de enfermedades, sino también por amenazas de todo tipo, incluidas las crisis económicas, la degradación ambiental y los desastres naturales”, advierte el documento.
- CDMX y Guadalajara fueron parte del análisis: La Ciudad de México y Guadalajara fueron parte del análisis, en el que se reconocieron los mecanismos innovadores que se han impulsado para captar valor de las inversiones públicas, como la emisión del primer Bono verde en 2016 por la capital, cuyos ingresos se utilizan para iluminación de bajo consumo, mejoras de tránsito e infraestructura hidráulica.
Guadalajara fue reconocida por la creación de la ciclovía Vía RecreActiva, la cual conecta con los nueve municipios conurbados con más de 60 kilómetros de calles principales que están cerrados a los vehículos de motor, lo que las hace en ampliamente accesible como espacio público.
El informe reconoce que esta iniciativa surge de una coalición de activistas y grupos de la sociedad civil que ayudaron a transformar la forma en que se ve y se utiliza el espacio público en la ciudad, con una gobernanza más inclusiva y, aunque no ha revertido la desigualdad sistémica, sí ha marcado un paso importante.
- Viajes largos y costosos: Sin embargo, también señala los retos, particularmente en el desarrollo desordenado de las ciudades mexicanas, donde los programas de vivienda suelen evaluar la asequibilidad en términos de los ingresos y los costos de la vivienda por sí solos, sin tener en cuenta el alto precio de desplazarse o conectar la vivienda con los servicios.
Esta periferia urbana se caracteriza por viajes largos y costosos que reducen la productividad, exacerban el tráfico y la contaminación. Por estas razones, los residentes en varias ciudades han abandonado algunas de estas viviendas.
Menciona en particular un programa nacional de vivienda en la capital de México que costó 100 mil millones de dólares entre 2001 y 2012 y construyó millones de viviendas a las afueras de la Ciudad. “Hoy en día, una gran proporción de estas viviendas, aún carecen de agua corriente y electricidad y no están conectados al transporte público”, alerta.
- Hogares gastan en promedio alrededor de 40%: Asimismo, la investigación reconoce que el 62% de los habitantes de la Ciudad de México, invierte cantidades superiores al promedio en términos de tiempo y dinero para llegar a sus destinos.
Este análisis está respaldado por un estudio de los residentes de viviendas sociales que viven en áreas periféricas de ciudades de Brasil, Colombia, y México, el cual encontró que los hogares gastan en promedio alrededor de 40% menos de lo que lo harían por una vivienda ubicada en el centro de un área de bajos ingresos, pero sus desplazamientos cuestan el doble y tardan tres veces más en traslados que los hogares céntricos.
Una consecuencia importante, según muestra el documento, es que esta mala accesibilidad afecta directamente la productividad de las personas y, en última instancia, sus ganancias. Las proyecciones del estudio predicen que, para 2030, la expansión de las ciudades amenazará la biodiversidad y los ecosistemas.
Atender las desigualdades en México, un asunto de seguridad nacional
En México la movilidad social ascendente es casi inexistente, ya que solo 4 de cada 100 personas logran entrar en el grupo de mayores ingresos económicos; en contraste, 3 de cada 4 mexicanos que nacen en la pobreza se quedan pobres toda su vida y solo 1 de cada 3 estados han sido capaces de desarrollarse en los últimos 40 años, así lo expuso Raymundo Campos, autor de Desigualdades. Por qué nos beneficia un país más igualitario, la más reciente publicación del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), asociación civil que promueve la igualdad de oportunidades para la población mexicana.
“El desarrollo incluyente es un asunto de seguridad nacional. La integridad del país depende de que el crecimiento económico llegue a todos los rincones y regiones de México”, expuso el autor quien en 9 capítulos proporciona evidencia sobre cómo las diferentes desigualdades afectan a México y reflexiona sobre su alcance, profundidad y consecuencias. Afirma, por ejemplo, que desde 1895 no se han cerrado las brechas económicas y sociales entre el sur y el resto del país; así, la desigualdad regional no se ha podido disminuir en al menos 130 años. Este resultado “no es algo natural, sino una decisión en política”.
- Manifestó que México es un país que vive múltiples desigualdades y afectan a todas las personas. La más notable es la de ingresos. Pero el país sufre de otras desigualdades como son la de riqueza y la de oportunidades—que están estrechamente vinculadas con la infraestructura de escuelas, hospitales, transporte, espacios públicos o recreativos, trabajo y el hogar—; o la desigualdad en el trato, es decir la discriminación.
Con respecto a la desigualdad por motivos de género, Raymundo Campos refiere un estudio realizado junto a Eva Arceo (profesora de la Universidad Iberoamericana), que consistió en enviar miles de currículas falsas a diferentes empresas, el cual concluyó que a las mujeres las juzgan más por su apariencia, personalidad y estado civil al momento de postularse a puestos de trabajo, que a los hombres.
- Aseveró que tan sólo el 40% de las mujeres desocupadas se integrarán al campo laboral, el PIB de México aumentaría 43% en algunos años y detalló que actualmente, el 55% de las mujeres no tienen trabajos remunerados, y quienes sí perciben un salario, este es 23% menor que el de los hombres. Además tienen poca estabilidad laboral, realizan trabajos más precarios y se enfrentan a tener que dedicar más horas al trabajo doméstico. Por si fuera poco, la discriminación y los estereotipos de género contribuyen a que el 80% de las mujeres indígenas vivan en pobreza.
Con respecto a la discriminación por el tono de piel, Campos señaló que las personas blancas perciben ingresos 54% mayores a los ingresos de una persona morena, y resalta la sobrerrepresentación de personas blancas en puestos directivos o cargos públicos de alto nivel.
En gran medida, el autor atribuye la falta de soluciones a lo poco que se ha abordado el tema de la discriminación en estudios sobre economía y ciencias sociales realizados por economistas mexicanos, pues halló que de todos los estudios realizados entre 2000 y 2017, sólo 1% habla sobre discriminación y apenas 4 artículos mencionan la palabra indígena.
Por otro lado, en el país la esperanza de vida de una persona pobre es en promedio 20 años menor que una persona de mayores ingresos. Esto principalmente se debe a la falta de infraestructura y de servicios, además de la violencia que padecen las comunidades más rezagadas.
“Las desigualdades nos terminan afectando a todos. Un país más igualitario nos ayudaría a tener un desarrollo económico más equilibrado y más justo. Un Estado más fuerte y capaz es la única fuerza que puede reducir la desigualdad. Si el Estado no cambia, nos quedaremos sin armas para luchar contra ella”, concluye Campos.
Con la 4T pobreza extrema en CDMX aumenta 163.3%
De 2018 a 2020, periodo que comprende la mayor parte del gobierno morenista en la Ciudad de México, la pobreza extrema creció 163.3%, reveló la Medición de la Pobreza 2020 que elaboró el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Cifras de esta instancia gubernamental autónoma subrayan que hace dos años en la capital del país había 152.1 mil personas en pobreza extrema, y para 2020 ese número repuntó a 400.4 mil, que significó un aumento nominal de 248.3 mil individuos, que en porcentaje es 163.3.
- Para la institución, una persona está en pobreza extrema cuando tiene tres o más carencias sociales, de seis posibles, dentro del Índice de Privación Social y que, además, se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo.
- Estas dificultades son: rezago educativo, falta de acceso a los servicios de salud, a la seguridad social, calidad y espacios de vivienda, servicios básicos del hogar y nulo acceso a la alimentación.
Mientras que la no extrema se identifica cuando la gente tiene una o varias carencias sociales a parte de la económica. En este sentido, subió 9.2%, que pasó de 2 millones 755.9 mil personas en 2018, a 3 millones 9.4 mil en 2020, un alza nominal de 253.5 mil.
Respecto a la pobreza moderada, Coneval registró una elevación de 0.2%, al pasar de 2 millones 603.8 mil a 2 millones 609 mil, siendo la que menos se movió en el lapso referido.
Pandemia evidenció desigualdades en la CDMX
Un estudio elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reveló que la pandemia de COVID-19 puso en evidencia las desigualdades económicas y de empleo en las alcaldías de la zona oriente de la Ciudad de México y los municipios conurbados del Estado de México.
Al presentar el informe Movilidad y la COVID-19: impactos socioeconómicos en las personas y las empresas de la Zona Metropolitana del Valle de México, Octavio Mendoza, especialista de PNUD, afirmó que el objetivo del documento es identificar la magnitud de la pandemia y sus repercusiones en materia de movilidad, empleo, salarios, creación de empresas e informalidad en una de las zonas más golpeadas del país. Los datos fueron obtenidos a través de convenios con empresas como Waze y Grandata, así como con instituciones como el INEGI y el Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM.
- Impacto en movilidad y empleo: El especialista del PNUD señaló que las medidas de distanciamiento social impuestas por las autoridades desde marzo de 2020 causaron un impacto inmediato en la movilidad en el Valle de México: menos tráfico y usuarios en el transporte público.
Conforme avanzaron los meses hacia finales de 2020 e inicios de 2021, aumentó la movilidad en alcaldías como Iztacalco, Iztapalapa y Gustavo A. Madero, y en municipios mexiquenses como Chalco, Ixtapaluca, Nezahualcóyotl, Ecatepec, Tlalnepantla y Naucalpan.
Este aumento de la movilidad se relaciona con una menor percepción salarial entre los habitantes de esta región y con su necesidad de movilizarse para mantener un ingreso.
El percibir un sueldo bajo vuelve a la persona vulnerable ante la crisis, en el sentido de que hay pocas posibilidades de ahorrar, la necesidad de tener que satisfacer las necesidades fundamentales y la dificultad de atender necesidades adicionales». Octavio Mendoza, investigador del PNUD
En contraste, alcaldías de las zonas poniente, sur y centro, que tienen mayor poder adquisitivo, tuvieron una mejor resiliencia al impacto económico de la pandemia.
La movilidad también evidenció las brechas laborales del Valle de México, pues durante la pandemia las alcaldías del centro tuvieron una mayor oportunidad de realizar trabajo a distancia, no así las del oriente o municipios de la periferia, donde la necesidad de generar ingresos obligó a las personas a movilizarse a sus centros de trabajo.
«Se da un mayor aumento de personal ocupado en el centro de la Ciudad de México, lo cual está vinculado con la disminución de la movilidad, lo cual nos permite generar una hipótesis de que el trabajo remoto ha hecho más dinámico el empleo en algunos sectores», apuntó el experto del PNUD./PUNTOporPUNTO
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