Las catástrofes naturales causaron daños valorados en unos 120,000 millones de dólares en todo el mundo durante el primer semestre de 2023, según una estimación de la reaseguradora suiza Swiss Re publicada.
- La cifra es ligeramente inferior respecto al primer semestre de 2022, cuando los daños fueron estimados en 123,000 millones de dólares.
- Los daños cubiertos por las aseguradoras sí registraron un aumento y fueron de 50,000 millones de dólares en el primer semestre de 2023 contra 48,000 millones un año antes.
- La catástrofe más costosa fue el sismo de magnitud 7.8 que devastó Siria y Turquía a inicios de febrero, dejando más de 50,000 muertos.
- Las pérdidas económicas se estiman en 34,000 millones de dólares, según un cálculo preliminar del Banco Mundial.
- Los costes para las aseguradoras, a su vez, se estiman en 5,300 millones de dólares, según Swiss Re, que actúa como aseguradora de las aseguradoras.
Las facturas de las aseguradoras también subieron por las tormentas y los fenómenos meteorológicos que las acompañan, como el granizo, las fuertes lluvias, el viento y los cambios repentinos de temperatura, indicó.
- Estos supusieron casi el 70% de los daños cubiertos por las aseguradoras, y la factura para estas ascendió a 35,000 millones de dólares.
- Sólo en Estados Unidos se produjeron pérdidas aseguradas por valor de 34,000 millones de dólares, y las tormentas costaron a las aseguradoras 34,000 millones de dólares.
- Diez tormentas causaron daños superiores a 1,000 millones de dólares. El estado de Texas fue el más afectado.
Huracanes provocará pérdidas aseguradas por valor de 9,360 mdd
UBS espera que el huracán Idalia provoque pérdidas aseguradas por valor de 9,360 millones de dólares, según estimaciones preliminares, mientras vientos destructivos y lluvias azotaban la costa de Florida en Estados Unidos.
Idalia tocó tierra en el estado como un huracán «extremadamente peligroso» de categoría 3 el pasado 27 de agosto, después de que millones de residentes fueran evacuados o se trasladaran a centros de refugio.
- UBS estima una probabilidad del 50% de pérdidas de más de 4.050 millones de dólares y de un 10% de pérdidas por 25.600 millones de dólares, según datos del 28 de agosto. El estrecho rango representa cambios potenciales en la intensidad y trayectoria de la tormenta.
- Si las pérdidas rondan los 10.000 millones de dólares, Idalia costaría a las aseguradoras menos de 10 de los huracanes más devastadores que han azotado Estados Unidos. UBS dijo que espera que las reaseguradoras absorban una cantidad significativa de la pérdida en el extremo superior del rango actual.
Las aseguradoras globales enfrentan un 2023 desafiante, ya que las reaseguradoras aumentaron las primas de tipos clave de cobertura hasta en un 50% desde el 1 de julio, culpando a las fuertes pérdidas de la guerra de Ucrania y al aumento de los incendios forestales y huracanes que azotan estados como California y Florida.
- Los reaseguradores aseguran a las compañías de seguros y han estado aumentando las tarifas en los últimos años debido a las crecientes pérdidas que los actores de la industria atribuyen en parte al impacto del cambio climático. Las tasas de reaseguro más altas pueden afectar las primas que las aseguradoras cobran a sus clientes.
- Las tasas de reaseguro en Estados Unidos para pólizas que anteriormente enfrentaban reclamaciones por catástrofes naturales aumentaron entre un 30% y un 50% durante las renovaciones de julio, mientras que en Florida aumentaron entre un 30% y un 40%, dijo en julio la corredora de reaseguros Gallagher Re.
Se informó que empresas de seguros como Farmers Insurance, Bankers Insurance y Lexington Insurance, una unidad de AIG , se retiraron de Florida por el riesgo de grandes pérdidas. Como resultado, el estado se ha quedado con un mercado poblado por un gran número de aseguradoras muy pequeñas y con muy poca capitalización, según afirman los expertos en seguros.
Países de América Latina sin recursos para hacer frente a fenómenos climáticos
Los gobiernos, empresas y la infraestructura de América Latina cuentan con menos flexibilidad financiera para hacer frente al actual fenómeno de El Niño que cuando este azotó con fuerza la región en 2016, según un reporte divulgado por Moody’s.
- La llegada de El Niño es señalada como una de las causas de las elevadas temperaturas registradas en algunos países de la región, que expertos atribuyen también a efectos del cambio climático.
- «El impacto a corto plazo del nuevo El Niño en el crecimiento del PIB dependerá de su gravedad, y los efectos a largo plazo dependerán de los daños en carreteras, escuelas y hospitales», señaló la calificadora en el informe regional divulgado el jueves.
Según Moody’s, el fenómeno afecta más a las industrias de recursos naturales de Sudamérica, especialmente a los sectores agrícola y minero, y retrasaría el desarrollo de infraestructura, «con consecuencias crediticias mixtas para la generación hidroeléctrica y los precios de la electricidad».
- Su impacto en los patrones de precipitaciones en América Latina varía según la región, causando sequías, incendios, inundaciones e interrumpiendo la producción en algunas zonas, mientras apoya la energía y la producción agrícola en otras, detalló.
- El Niño causa sequías en el norte de Brasil, Colombia, Panamá y otras partes de Centroamérica, así como fuertes lluvias en los países costeros del Pacífico, como Ecuador, Perú, además del norte de Bolivia y de Chile, el sur de Brasil, Argentina y Paraguay, añadió.
- Si el fenómeno fuera «fuerte», agrega la calificadora, «comprometería la capacidad de los prestatarios de agricultura, ganadería, pesca y minería para pagar los préstamos bancarios».
A principios de julio la Organización Meteorológica Mundial señaló que según sus previsiones las temperaturas seguirán subiendo en gran parte del mundo tras la aparición del fenómeno meteorológico de El Niño en el Pacífico tropical por primera vez en siete años.
El Niño, ha generado pérdidas de billones de dólares en la economía global
En 2023, según la Organización Meteorológica Mundial, iniciará el fenómeno meteorológico llamado El Niño, el cual históricamente ha generado pérdidas de billones de dólares en la economía global, de acuerdo con un estudio publicado el jueves en la revista Science; para los próximos cinco años, se pronostica que el freno sea equivalente a unos 3 billones de dólares.
- El equipo de investigación analizó la actividad económica global en las décadas posteriores a los eventos de El Niño de 1982-83 y de 1997-98 y encontraron una “firma persistente” de crecimiento económico lento en los cinco años posteriores.
- Según cálculos, en la media década posterior al primero de esos periodos, la economía mundial perdió 4.1 billones de dólares, mientras que en el segundo fue de 5.7 billones. La mayor parte de esas mermas ocurrieron en naciones pobres, cercanas a los trópicos.
- El fenómeno de El Niño es un evento de origen climático relacionado con el calentamiento del Océano Pacífico oriental y ecuatorial y no tiene un patrón cíclico específico, lo que lo hace impredecible.
Suele provocar estragos en la zona intertropical y ecuatorial debido a las intensas lluvias, afectando principalmente a la región costera del Pacífico de América del Sur.
- El Niño es la fase cálida de un ciclo natural de temperaturas en el Océano Pacífico tropical, su nombre completo es El Niño-Oscilación del Sur y su contraparte más fría se conoce como La Niña.
- Cuando ocurre, El Niño desencadena cambios climáticos de gran alcance que resultan en inundaciones devastadoras, sequías que acaban con los cultivos, la caída en picado de las poblaciones de peces y un aumento de las enfermedades tropicales.
“Podemos decir con certeza que las sociedades y las economías no se limitan a recibir un golpe y recuperarse”, dice Christopher Callahan, candidato a doctorado en geografía en el Dartmouth College y autor principal del estudio; además, agrega en un comunicado de prensa, los datos sugirieron que una recesión después de El Niño podría durar hasta 14 años, si no más.
Debido a esto, el equipo de investigación proyecta que las pérdidas económicas globales para el siglo XXI ascenderán a 84 billones de dólares, ya que es posible que el cambio climático amplifique tanto la fuerza como la frecuencia con la que ocurran los futuros Niños, y esto sucedería incluso si se cumplen las promesas actuales de los líderes mundiales para reducir las emisiones de carbono.
El cambio climático pone a los bonos de catástrofes en el punto de mira
El sector asegurador tiene una herida que cada vez sangra más. Las pérdidas que sufrió la industria debido a los desastres naturales superaron los 120.000 millones de dólares (unos 110.000 millones de euros al tipo de cambio actual) en 2022, según datos recopilados por la firma alemana Munich Re.
- El huracán Ian, que devastó Florida (EE UU) el pasado mes de septiembre, es responsable de la mitad del agujero. El segundo suceso más costoso fueron las inundaciones en Australia de febrero pasado, que causaron pérdidas de más de 4.000 millones. Y parece evidente que 2023 no esquivará por desgracia eventos climáticos adversos.
- Sin ir más lejos, California, una zona que sufre tradicionalmente severas sequías, ha estrenado el año con lluvias torrenciales que han causado cerca de 20 muertos.
- Se trata de un salto cualitativo con respecto a la situación de principios del siglo XXI, cuando los daños ocasionados por la naturaleza apenas llegaban a 50.000 millones al año. “Es innegable que el cambio climático está disparando las pérdidas”, reconoce Ernst Rauch, científico de Munich Re, en una reciente entrevista publicada por Bloomberg. “Pérdidas aseguradas de más de 100.000 millones anuales es la nueva normalidad”, concluye.
En este contexto, el mercado de seguros contra catástrofes está sujeto a una fuerte presión, ya que a la mayor frecuencia de sucesos atmosféricos adversos hay que añadir el incremento de la inflación (que encarece el precio de la reconstrucción tras un desastre) y la disminución del capital tradicional de reaseguro a causa de la pérdida de rentabilidad de las inversiones.
Tanja Wrosch, gestora de fondos de Credit Suisse, cree que la conjunción de estos factores provoca un aumento de las primas de reaseguro y con ello dotan de más atractivo a los bonos de catástrofes como una alternativa de inversión.
- En un documento de mercado distribuido por el banco suizo, Wrosch explica que hay un fuerte desequilibrio entre la oferta y la demanda de capacidad de reaseguro.
- En concreto, el capital de reaseguro se redujo en más de un 30% en los nueve primeros meses de 2022, según cifras de Swiss Re.
- Las compañías de reaseguros son entidades que, a través de un contrato, aceptan la cobertura de uno o varios riesgos asumidos por otra aseguradora.
“Los bonos de catástrofes suponen una opción alternativa para introducir los riesgos climáticos en los mercados de capital. En nuestra opinión, son los que más saldrán ganando con la dinámica actual. Consecuencia de ello, las primas han alcanzado niveles récord”, argumenta la gestora de Credit Suisse.
Dada la disminución prevista de la capacidad tradicional de reaseguro y el aumento de las primas de las coberturas de catástrofes naturales, Wrosch considera que la transferencia alternativa de riesgos a los inversores mediante bonos de catástrofes va a adquirir cada vez mayor importancia y por eso cabe esperar una buena cosecha de emisiones de bonos. “No obstante”, aclara esta experta, “solo podrán colocarse según las condiciones que impongan los inversores”.
Y pronostica que la necesidad de cubrir las pérdidas de huracanes como Ian, así como la búsqueda de una rentabilidad sostenible a largo plazo para los que tengan exposición a este tipo de deuda —teniendo en cuenta temas como la inflación y el cambio climático—, dominarán el debate sobre los precios.
“El sector asegurador se encuentra en su conjunto ante un gran cambio que podría ofrecer oportunidades interesantes”, añade. El volumen de bonos de catástrofes tiene un tamaño actualmente de 35.000 millones de dólares, según datos recopilados por Bloomberg.
Evolución de los precios
El mercado ya empieza a recoger esa mayor presión. Las dos últimas emisiones de bonos ligadas a catástrofes, realizadas en el último trimestre de 2022, pagaron un cupón del 8,9%, frente al 5,2% de rentabilidad media ofrecida a principios del pasado año.
“El futuro desarrollo de las primas dependerá de muchos factores, como, por ejemplo, la evolución de las pérdidas causadas por el huracán Ian, el volumen de nuevas emisiones en este segmento de mercado y la disciplina de los inversores”, asegura Wrosch./PUNTOporPUNTO
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