El planeta se encuentra constantemente en peligro debido a las consecuencias del calentamiento global, que a pesar del esfuerzo de organizaciones civiles y de la comunidad científica, aún no se logra determinar como poner un alto a las elevaciones de la temperatura en el mundo.
- El pasado 27 de marzo, se dio a conocer un estudio que encontró que los polos se están derritiendo a una mayor velocidad, lo que afectaría el movimiento de rotación de la Tierra.
De acuerdo con NBC, Duncan Agnew, geofísico del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego, EU, autor principal del estudio, dijo que el planeta girará más lento, debido a que el deshielo provoca que cambie el lugar donde la masa de la Tierra se concentra.
«Cuando el hielo se derrite, el agua se esparce por todo el océano, lo que modifica la distribución de fluidos en la superficie y en el interior de la Tierra», describió el experto.
- Por otro lado, Thomas Herring, un profesor de geofísica en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, que no participó en la investigación también coincidió en que la distribución de agua en el planeta proveniente del derretimiento de la Antártida y Groenlandia está moviéndose hacia el ecuador, lo que está afectando a la velocidad con la que la Tierra se mueve.
«Lo que estás haciendo con el derretimiento del hielo es tomar agua que está congelada en lugares como la Antártida y Groenlandia, y esa agua congelada se está derritiendo, y mueves los fluidos a otros lugares del planeta. El agua fluye hacia el ecuador”, indicó Herring.
¿Cuáles son las consecuencias de que la Tierra gire más lento?
De acuerdo con el análisis, la consecuencia más grave de la ralentización del movimiento de la Tierra tiene que ver con el tiempo.
«El derretimiento de los casquetes polares está ralentizando la rotación de la Tierra hasta tal punto que el siguiente segundo intercalar (el mecanismo utilizado desde 1972 para conciliar la hora oficial de los relojes atómicos con la basada en la inestable velocidad de rotación de la Tierra) se retrasará tres años», señala el estudio publicado en la revista Nature.
- Esto alterará el cálculo del tiempo universal sobre el cual se ajustan las redes informáticas, por lo que se tendrían que ajustar los segundos intercalares en sentido negativo, algo que los expertos en la medición del tiempo harían por primera vez en la historia.
- Lo normal es añadir un segundo intercalar en ciertos periodos para ajustar los horarios que garantizan la precisión de las infraestructuras digitales y de comunicación, como la navegación por satélite.
“No sabemos cómo afrontar que falte un segundo. Por eso los metrólogos del tiempo están preocupados”, dijo Felicitas Arias, exdirectora del Departamento de Tiempo de la Oficina Internacional de Pesas y Medidas en Sevres, Francia.
El estudio sugiere, en otras palabras, que la influencia humana ha manipulado una fuerza sobre la que astrónomos y científicos se han preguntado durante milenios, algo que durante tiempo se consideró una constante que estaba fuera del control de la humanidad.
“Es impresionante, incluso para mí, que hayamos hecho algo que cambie de forma mensurable la velocidad a la que gira la Tierra”, afirmó Agnew, “están ocurriendo cosas que no tienen precedentes”.
- Su estudio, sugiere que la crisis climática está desempeñando un papel lo suficientemente importante en la rotación de la Tierra como para retrasar la posibilidad de un “segundo salto negativo”. Si el hielo polar no se hubiera derretido, los relojes de todo el mundo podrían haber necesitado la sustracción de un solo segundo tan pronto como en 2026 para mantener el tiempo universal sincronizado con la rotación de la Tierra, en la que influyen diversos factores.
Sin embargo, el efecto de la crisis climática ha retrasado esa posibilidad unos tres años. Si las organizaciones de cronometraje deciden finalmente añadir un segundo bisiesto negativo, el ajuste podría perturbar las redes informáticas.
La razón por la que son necesarios los ajustes de los segundos intercalares es que, incluso sin cambio climático, la rotación diaria de la Tierra ha tendido a ralentizarse con el tiempo, aunque parezca constante.
Hace unos 70 millones de años, los días eran más cortos y duraban aproximadamente 23.5 horas, según sugirió un estudio publicado en la revista Paleoceanography and Paleoclimatology. Esto significa que los dinosaurios del Cretácico vivían en un planeta con 372 días al año.
Varios factores afectan al giro del planeta, a veces en oposición.
La fricción de las mareas oceánicas, debida en parte a la atracción gravitatoria de la Luna, ralentiza la rotación de la Tierra. Mientras tanto, desde la última era de hielo, la corteza terrestre se ha ido levantando en algunas regiones como respuesta a la retirada del peso de las capas de hielo. Este efecto modifica la distribución de la masa y acelera el giro del planeta. Ambos procesos son bastante constantes y tienen ritmos predecibles.
- Otro factor es el movimiento de fluidos en el núcleo interno líquido de la Tierra, un comodín que puede acelerar o ralentizar la velocidad de rotación de la Tierra, según Agnew.
- Ahora se ha añadido a la mezcla el deshielo polar. A medida que se intensifique el cambio climático, los investigadores prevén que tenga un efecto más profundo en la forma en que gira el planeta.
“Su contribución será mayor a medida que pase el tiempo y se acelere el deshielo, como esperamos que ocurra”, afirmó Herring. Añadió que el nuevo estudio era un análisis exhaustivo y sólido que combinaba investigaciones de varias disciplinas de la ciencia.
La necesidad de que los cronometradores ajusten la hora universal para mantenerla en línea con la rotación de la Tierra no es un fenómeno nuevo. Pero, históricamente, eso ha implicado añadir segundos bisiestos al estándar común de los relojes, porque la ralentización del giro de la Tierra hace que el tiempo astronómico se retrase con respecto al tiempo atómico (que se mide por la vibración de los átomos en los relojes atómicos).
En las últimas décadas, sin embargo, la Tierra ha girado más rápido de lo que cabría esperar debido a las fluctuaciones de su núcleo. Esto ha llevado a los cronometradores a plantearse —por primera vez desde que se adoptó oficialmente el Tiempo Universal Coordinado en los años 1960— si tendría sentido restar un segundo intercalar para mantener el tiempo universal al mismo ritmo que la rotación de la Tierra.
El derretimiento de los hielos polares ha contrarrestado esa tendencia y ha adelantado cualquier decisión sobre un segundo bisiesto negativo. Según las estimaciones de Agnew, ha retrasado esa posibilidad tres años, de 2026 a 2029, si se mantiene el ritmo actual de rotación de la Tierra.
- La adición y sustracción de segundos bisiestos es una molestia, porque puede alterar los sistemas de transmisión por satélite, financieros y energéticos, que dependen de una sincronización extremadamente precisa. Por eso, los cronometradores mundiales votaron en 2022 a favor de suprimir las adiciones y sustracciones de segundos bisiestos para 2035 y dejar que el tiempo universal se aleje del ritmo de rotación de la Tierra.
“Desde aproximadamente el año 2000 se viene insistiendo en la eliminación de los segundos intercalares”, indicó Agnew.
Independientemente de que los relojes acaben cambiando o no, la idea de que el deshielo de los polos afecte a la rotación de la Tierra demuestra lo importante que se ha convertido este asunto. La investigación ya ha descrito el profundo impacto que la pérdida de hielo tendrá en las comunidades costeras.
Los científicos prevén que el aumento del nivel del mar se acelere a medida que se caliente el clima, un proceso que continuará durante cientos de años. El año pasado, los principales investigadores polares advirtieron en un informe que partes de las principales capas de hielo podrían colapsar y que las comunidades costeras deberían prepararse para muchos pies de aumento del nivel del mar. Si la humanidad permite que la temperatura media mundial aumente dos grados centígrados, el planeta podría verse abocado a una subida del nivel del mar de más de 40 pies.
La Antártida sufre deshielo histórico
El calentamiento global sigue causando estragos en la Tierra, una muestra de ello son las recientes imágenes que compartió la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA por sus siglas en inglés) sobre el nivel de deshielo que está alcanzando la Antártida y en el Ártico, incluso se habla ya de veranos en los que posiblemente no habrá nieve.
- De acuerdo con la NASA la cobertura de hielo que rodea a la Antártida se redujo a mínimos casi históricos por tercer año consecutivo. Se explica que dicho deshielo podría modificar las condiciones en el Océano Austral.
La agencia espacial señala que probablemente esta situación se esté dando debido al cambio climático en la Tierra. Según datos del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo, señala que en el Océano Ártico la tendencia de 46 años de reducción y adelgazamiento del hielo en el Océano Ártico no muestra signos de que vaya a cambiar próximamente.
«El hielo marino actúa como un amortiguador entre el océano y la atmósfera, el hielo marino impide gran parte del intercambio de calor y humedad del océano relativamente cálido a la atmósfera que lo cubre», explica Linette Boisvert del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA.
Boisvert señala que una menor cobertura de hielo permite que el océano caliente la atmósfera sobre los polos, lo que provoca que se derrita más hielo, lo que representa un ciclo interminable de aumento de temperaturas.
La NASA asegura que en los años recientes, la capa de hielo marino que rodea a la Antártida se ha desplomado.
- Este año, el hielo marino antártico alcanzó su extensión anual más baja el 20 de febrero con un total de 1,99 millones de kilómetros cuadrados. Eso es un 30% por debajo del promedio de finales de verano de 1981 a 2010. La diferencia en la capa de hielo abarca un área aproximadamente del tamaño de Texas, explica la NASA.
- La agencia espacial señala que el mínimo histórico se alcanzó en 2023 con 1,79 millones de kilómetros cuadrados. Sumando el deshielo del 2024, se ha logrado la marca el promedio de cobertura de hielo de tres años más bajo en más de 40 años.
Por otro lado, la historia no es muy distinta en el Ártico, donde el promedio entre 1981 y 2010, la cobertura máxima de hielo invernal en el Ártico se ha reducido en un área equivalente al tamaño de Alaska desde 1979. La disminución de deshielo del Océano no se ha detenido desde hace 46 años.
«La idea es que en un par de décadas tendremos veranos esencialmente sin hielo», explicó Boisvert, quien estima una cobertura de hielo reducida a menos de un 1 millón de kilómetros cuadrados y la mayor parte del Océano Ártico expuesto a el cálido resplandor del sol.
Deshielo acelera el aumento del nivel del mar
Otro estudio reveló que hay un ciclo de retroalimentación que empeora esta situación y contribuye al aumento global del nivel del mar.
La investigación, realizada por científicos del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego, indica que el agua de deshielo que fluye hacia el mar por debajo de los glaciares antárticos hace que estos se derritan aún más rápido.
Los resultados del estudio, publicados en la revista Science Advances, plantearon el temor de que las proyecciones actuales del aumento del nivel del mar podrían estar subestimando la velocidad actual del deshielo.
El agua de deshielo que emerge de los glaciares antárticos hacia el mar no se ha considerado en los modelos usados por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) para hacer proyecciones importantes sobre el aumento del nivel del mar.
“Es fundamental conocer cuándo y en qué medida aumentará el nivel del mar global para el bienestar de las comunidades costeras”, dijo en un comunicado Tyler Pelle, líder del estudio, quien insiste en que no podemos prepararnos adecuadamente sin proyecciones precisas del aumento del nivel del mar.
- Los glaciares antárticos generan agua de deshielo subglacial a partir del derretimiento que ocurre donde se asientan sobre la corteza continental. Cuando esta agua fluye al mar, acelera el derretimiento de la plataforma de hielo glacial, lo que a su vez apresura el retroceso de los glaciares y potencialmente impulsa el aumento del nivel del mar.
Los glaciares Denman y Scott de la Antártida Oriental, que juntos contienen suficiente hielo como para provocar un aumento de casi 1,5 metros en el nivel del mar, centraron la atención de este estudio, ya que el primero se derrite más rápido que el otro a pesar de que ambos comparten las mismas condiciones océanicas. Tras ejecutar sus modelos de derretimiento subglacial, notaron que el glaciar Denman era afectado por un fuerte canal de descarga de agua subglacial que drenaba por debajo.
Jamin Greenbaum, coautor del estudio, considera que esta investigación representa una llamada de atención para la comunidad de científicos que elaboran los modelos del aumento del nivel del mar. En tanto, advierte que la causa de este problema radica en las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que hace énfasis en la necesidad de controlarlas en las próximas décadas.
Se necesita estudiar toda la capa de hielo
La mayoría de los glaciares antárticos, incluidos los glaciares Thwaites, Pine Island y Totten, tienen agua de deshielo subglacial debajo de ellos.
Ante esta situación, el grupo de investigación ha comenzado a trabajar en un proyecto para extender su nuevo modelo a toda la capa de hielo de la Antártida.
- Las futuras versiones del modelo incluso podrían intentar relacionar el ambiente subglacial con los modelos oceánicos de la capa de hielo, de modo que la cantidad de agua de deshielo subglacial responda dinámicamente a estos factores.
“Esto también significa que nuestros resultados son probablemente una estimación conservadora del efecto de la descarga subglacial”, advirtió Greenbaum. “Dicho esto, todavía no podemos decir cuánto se acelerará el aumento del nivel del mar con este proceso; esperemos que no sea demasiado”./PUNTOporPUNTO
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