La delincuencia y la violencia son flagelos que no solo azotan a México, ya que toda América Latina se ve afectada por dicha cuestión; al grado de influir de manera negativa en el crecimiento económico de la región generando enormes costos de prevención y absorción de impactos.
Dicho fenómeno genera una relación estrecha entre las finanzas de una nación pues “un aumento de la actividad económica reducirá la delincuencia, pero una reducción de la delincuencia, a su vez, impulsará la actividad económica”, resaltó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe América Latina: Reducir la delincuencia para estimular el crecimiento económico.
Al respecto, el organismo internacional señaló que la tasa de homicidio media de la región latinoamericana es 10 veces superior en comparación a otras, el doble que en África subsahariana, por ejemplo; una condición que demuestra que “El aumento de las tasas de homicidio frena considerablemente el crecimiento económico. Se calcula que en América Latina un aumento del 30 por ciento en las tasas de homicidio reduce el crecimiento en 0.14 por ciento”, puntualizó el FMI.
Además, la delincuencia ha entorpecido la acumulación de capital ya que ha desincentivando a inversionistas, debido a que temen al robo y la violencia, pues merma la productividad, puesto que tiende a desviar los recursos e invertir en medidas preventivas no generan ganancias per se, de acuerdo con el informe.
De lo anterior que el escenario latinoamericano ha sido el que ha registrado la mayor cantidad de pendientes por atender en temas de seguridad, lo que se ha reflejado en términos de un rezago importante respecto a crecimiento económico e igualdad en el ingresos; donde por encima de México han existido naciones con un agravamiento profundo del problema, explicó para Reporte Índigo, Rafael Sámano, abogado especialista en derecho financiero.
Abundó que la situación “genera como principal factor lo que vemos con la crisis de inmigración que se vive en la frontera sur de México para llegar a Estado Unidos buscando oportunidades para trabajar debido a la falta de estas, que se asocian a la inseguridad y a la impunidad; sin duda alguna esto ha sido un cóctel terrible que ha generado un círculo de estructura a nivel sociedad donde no existen elementos para empujar el desarrollo de alguien ni en términos económicos ni personales”.
Una situación con una huella histórica determinante que ha relegado a diversas naciones a vivir problemas con la justicia, por la desigualdad y temas de seguridad, y que hasta nuestros días ha persistido, lamentó el doctor Salvador Guerrero, presidente del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México.
México ha sido azotado por la delincuencia desde hace años, y de acuerdo con el último dato disponible, el costo económico de los delitos en el país representó un monto de 319.1 mil millones de pesos, cuestión que podría traducirse a 1.08 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, se reportó en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2023, publicada por el Instituto Nacional de Geografía (Inegi).
Sin embargo, otros datos reflejan un problema mayor, ya que se calcula que el impacto económico de la violencia en México fue de 4.6 billones de pesos en 2022, lo que equivale al 18.3 por ciento del PIB nacional, de acuerdo al Índice de Paz México 2023.
En dicho informe se detalló que el impacto fue seis veces más las inversiones públicas realizadas en salud y cinco veces superior a las realizadas en educación en 2022, además que el gasto de México en seguridad pública y el sistema judicial en 2022 fue igual al 0.6 por ciento del PIB, el menor de cualquier país latinoamericano o miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Aunque los problemas de delincuencia y violencia son enormes, aún existen posibilidades para poder transformar el panorama y su impacto en la vida económica de la población, coincidieron los entrevistados.
Al respecto, un medio que puede impulsar la economía y restar fuerza al fenómeno delictivo es la llegada de las nuevas oportunidades que traen proyectos como el nearshoring, ya que “se tiene una gran oportunidad como país, por las interacciones geopolíticas mundiales y que puede ser permanente en el largo plazo con capitales importantes, de crecimiento y de desarrollo, probablemente es única en un par de generaciones”, abundó el abogado.
También apuntó que por ello el nearshoring va más allá de una oportunidad financiera, pero que solo dependerá, en el caso de México, de aprovechar la oportunidad, puesto que, sin duda, pinta como una especie de esperanza para disminuir la delincuencia al mejorar la economía del país.
En contraste, respecto a que la relocalización de empresas sea un tipo de “salvavidas” por las nuevas inversiones que llegarán al país y que podría expresarse en una disminución de la delincuencia, el doctor Guerrero explicó que no siempre es así, pues cuestiones como la gobernanza y la estratificación del poder complejizan la labor del combate a la delincuencia.
Un tercio de los homicidios globales se comete en Latinoamérica
El 27 % de los 458,000 homicidios registrados en 2021 en el mundo se cometió en América Latina y el Caribe, que un año más siguió siendo la región más violenta del planeta, pese a que la tendencia generalizada sigue siendo a la baja, con excepciones en países como Ecuador, Nicaragua o Panamá.
En el año 2021, ocho de los diez países con las mayores tasas de este tipo de crimen en todo el mundo estaban en esta región, según los datos recopilados en el Estudio Global sobre Homicidios de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).
Ese informe señala que Jamaica fue, con 52, -unos 13 asesinatos por cada 100,000 habitantes-, el país del mundo con la mayor tasa de homicidios, mientras que Brasil, con 47.722 asesinatos (el 11 % del total mundial), según datos de 2020, fue el que tuvo el mayor número en cifras absolutas. Con ello, en Brasil se registra una media de casi 131 homicidios al día, o cinco cada hora.
“América Latina y el Caribe no sólo tiene sistemáticamente la tasa de homicidios más alta de todas las subregiones, sino que también tuvo la mayor proporción de homicidios relacionados con la delincuencia organizada en todo el mundo en 2021”, indica la ONUDD.
La situación es muy variada entre los diferentes países. Por ejemplo, la tasa de homicidios más alta en América Central en 2021, la de Honduras, fue siete veces mayor que la de Nicaragua. En Sudámerica, Colombia, la más elevada ese año, tuvo una tasa ocho veces más alta que la de Bolivia.
Con todo, el Estudio señala que la región ha experimentado en general una tendencia a la baja en las tasas de homicidios desde 2017, especialmente por la caída en Brasil.
Desde ese año hasta 2021, último del que se tienen datos completos, la tasa de homicidios en toda la región bajó casi un 14 %.
La evolución en ese periodo ha sido muy desigual.
- Ha habido descensos más o menos marcados en países sudamericanos como Venezuela (60 %), Brasil (26 %), Perú (27 %), Argentina (13 %) o Paraguay (8 %).
También ha caído el número de homicidios en naciones de América Central asociadas históricamente con la violencia, como El Salvador (71 %), Belize (18 %) u Honduras (5 %), debido en estos casos, según la ONUDD a “agresivas intervenciones contra pandillas”.
En el caso de El Salvador, el estudio indica que el Gobierno atribuye esa caída a “las medidas enérgicas contra las bandas y al encarcelamiento de más de 61,300 presuntos miembros de bandas desde la aplicación del estado de excepción en marzo de 2022”.
En América central destaca la abrupta subida del 46 % en el número de homicidios en Nicaragua entre 2019 y 2021, sin que haya datos disponibles para 2020.
También es llamativa la evolución en Guatemala, donde entre 2017 y 2020 el número de homicidios bajó un 35 %, una evolución que cambió en 2021 al elevarse la tasa un 7 %.
- En Panamá la tendencia al alza iniciada en 2017 se frenó el año pasado, con una reducción del 10 % en la tasa de homicidios.
- En México, que en 2021 representó aproximadamente el 77 % de todas las víctimas de homicidios en Centroamérica, la tendencia a la baja iniciada en 2018 continuó el año pasado, con una caída del 10 %.
- Al igual que en Brasil, el Estudio vincula esa caída con la llamada “pax mafiosa”, o la tendencia de los grupos criminales a reducir la violencia que ejercen cuando logran el dominio de un territorio.
Más preocupante ha sido la evolución en Ecuador, donde tras años de tasas de homicidio relativamente bajas, se ha registrado un aumento del 470 % entre 2016 y 2022, que la ONUDD atribuye a “la intensificación de la competencia violenta entre bandas rivales de narcotraficantes”.
Ecuador tuvo por primera vez en 2022 el índice más alto de homicidios de toda América del Sur, 27 por cada 100,000 habitantes. Ese año, el número de homicidios se duplicó respecto al 2021.
- En Colombia, pese a que las tasas son ahora una cuarta parte respecto a los primeros años de la década de 1990, la tendencia a la baja iniciada en 2018 se revirtió en 2021, con una subida del 14 %, aunque el año pasado las cifras volvieron a estabilizarse.
Entre los países con subidas en la incidencia de homicidios en 2022 se cuentan Chile, con un 45 %, Uruguay (25 %), Bolivia (14 %) y Costa Rica (12 %).
Países de la región caribeña, las zonas más violentas
Un informe publicado en febrero de 2023, mostró cuáles son los países con las tases más altas de homicidio en América Latina y el Caribe en 2022. La investigación de InSight Crime señala que los enfrentamientos entre bandas criminales por las disputas del control del negocio de la droga sigue siendo una de las principales causa de la violencia en la región.
En Sudmérica, Ecuador fue uno de los países con mayores niveles de violencia. Esto se debió a que el narcotráfico en el país andino aumentó considerablemente, lo que derivó en un incremento de asesinatos y ataques contra funcionarios judiciales.
Por su parte, en El Salvador la ofensiva del Gobierno de Bukele contra las pandillas redujo de manera considerable las tasas de homicidio. Sin embargo, InSight Crime señala que esto se logró, presuntamente, a costa de violaciones sistemáticas a los derechos humanos.
El Caribe también es señalado como una de la regiones más violentas. En Jamaica el tráfico de armas permitió el fortalecimiento de las pandillas, por lo que la tasa de homicidios aumentó. Y las paradisíacas Islas Turcas y Caicos se convirtió en el país más violento per cápita de América Latina y el Caribe en 2022: 35 asesinatos en un país que tiene una población de 45.000 habitantes.
El informe no incluyó a países como Argentina, Bolivia y Perú, ya que no han publicado sus estadísticas de 2022 de homicidios.
- Venezuela. Después de Jamaica, Islas Turcas y Caicos y Santa Lucía, Venezuela es el país más violento de la región. Aunque las cifras se mantuvieron estables durante 2022, el país caribeño registra 40,4 asesinatos por cada 100.000 habitantes. De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), en 2022 hubo un total de 9.367 muertes violentas. Esto se traduce en un promedio de 26 asesinatos por día.
La mayor parte de la violencia es generada por pandillas y no por grupos criminales más grandes y mejor organizados, y el foco de los crímenes se ubica en la zona centro-norte del país. Según InSight Crime, el aumento de los crímenes por bandas criminales más pequeñas tiene que ver con la dolarización de facto del país. Al haber mayor circulación de dólares en efectivo que no pueden ser depositados en bancos, la gente está más expuesta a ser robada.
Además, el informe denuncia que el 13% de las muertes criminales fueron resultados de intervenciones por parte de la fuerza pública. Al respecto, hay denuncias de ejecuciones extrajudiciales por parte de la policía.
- Colombia. De acuerdo con el informe, Colombia sigue siendo uno de los países más violentos con 26,1 asesinatos por cada 100.000 habitantes. La Policía Nacional de Colombia señala que en 2022 hubo 13.442 homicidios: promedio de 26,09 asesinatos por día.
En el país cafetero la mayor parte de los crímenes se presentan en las regiones donde los grupos armados se disputan el control del negocio de la droga. En los departamentos de Arauca, Putumayo, Cauca, Chocó, Guaviare y Valle del Cauca se presentaron la mayoría de homicidios.
En Arauca el ELN y las disidencias de las FARC se han enfrentado por el control de la región. También en la selvática región del Putumayo, zona estratégica y corredor del narcotráfico, es otro de los puntos más violentos del país.
Las promesas del nuevo gobierno de dar otro enfoque al tema de la seguridad tampoco han detenido los asesinatos de líderes sociales. En el país decenas de líderes son asesinados por grupos armados.
- Ecuador. Ecuador, que es uno de los países de la región donde más aumentó la tasa de homicidio, registra 25,9 asesinatos por cada 100.000 habitantes. En 2022 hubo 4.603 asesinatos. El informe señala que las causas del desborde de violencia se deben por el aumento del ingreso de cocaína proveniente de Colombia en el país andino.
En el foco de todo están el enfrentamiento entre pandillas, entre estas los Choneros y los Lobos, quienes se disputan el control del negocio del narcotráfico. Guayaquil, con su puerto marítimo, es la ciudad más violenta del país. Y Esmeraldas, provincia limítrofe con Colombia, es el centro principal de tráfico de drogas.
InSight Crime señala que están apareciendo grupos delincuenciales más pequeños pero mejor organizados que quieren participar del lucrativo de negocio de la droga. Además de esto, el informe también señala el aumento del tráfico de armas, en su mayoría provenientes de Estados Unidos y Perú.
- México. De acuerdo con el informe, México superó la cifra de 30.000 homicidios por quinto año consecutivo. El país azteca —con una población de 126.705.138 millones— registra 25,2 asesinatos por cada 100.000 habitantes.
La cifra oficial de homicidios en 2022 en México fue de 31.915. InSight Crime señala que cerca del 50% de los asesinatos registraron en los estados de Guanajuato, Baja California, Chihuahua, Jalisco, Michoacán y el Estado de México.
De estos estados, en Baja California y Chihuahua se encuentran grupos criminales que se disputan las vías del tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Además, en Michoacán y Colima se concentran los puntos de llegada de los precursores químicos con los se producen drogas como fentanilo.
- Brasil. Registró una tasa de 18,8 asesinatos por cada 100.000 habitantes. En 2022 el gigante sudamericano registró 30.187 asesinatos, lo que indicó una disminución del tres por ciento en relación con el 2021.
De acuerdo con el informe, el foco de violencia está en el noreste del país donde los bandas criminales se disputan las rutas del narcotráfico. Y Bahía fue el estado con el mayor número de homicidios del país.
El informe también denuncia la violencia policial, en el país miles de personas fueron asesinadas por la policía. De estos asesinatos, el 84% de las víctimas fueron afrobrasileños.
- Uruguay. Registró una tasa de 11,2 homicidios por cada 100.000 habitantes. En 2022, el país registró 383 homicidios, lo que representó un aumento del 25% con respecto al año anterior.
“Estamos viendo una violencia muy vinculada al negocio del narcotráfico, una violencia entre bandas”, dijo el presidente Luis Lacalle Pou a a finales de agosto.
De acuerdo con las autoridades, en Montevideo grupos criminales se disputan el control de la venta de drogas, lo que ha significado un aumento de la violencia.
- Paraguay. Contabilizó 8 asesinatos por cada 100.000 habitantes. En 2022 hubo 489 homicidios en el país. La mayor parte de la violencia la ejercen pandillas y grupos criminales que están involucrados en el negocio de la droga.
InSight Crime señala al Primer Comando de la Capital (Primeiro Commando da Capital, PCC), la banda narco más grande de Brasila, al frente de la ejecución de asesinatos selectivos en Paraguay. Este grupo criminal además está en disputa con el Clan Rotela, su rival paraguayo.
- Chile. De acuerdo con el informe, en Chile los homicidios crecieron un 32% en 2022 con respecto al año anterior. El país andino registra 4,6 asesinatos por cada 100.000 habitantes. El año pasado hubo 960 homicidios, mientras que en 2021 hubo 726.
La violencia en Chile está concentrada en la región de Tarapacá, donde la mayor problemática es el tráfico de migrantes, negocio que controlado por la banda criminal venezolana Tren de Aragua.
Además, el narcotráfico ha aumentado en el país. También hay bandas criminales que se dedican al robo de cobre y a la tala ilegal de árboles.
La violencia en 2022 le costó a México 4.6 billones de pesos
La violencia en México costó a los ciudadanos y al gobierno 4.6 billones de pesos en 2022, lo que equivale a 18.3% del Producto Interno Bruto (PIB), según el informe Índice de Paz en Mexico.
Lo anterior toma en cuenta los costos que tiene tanto la víctima, el gobierno y el perpetrador, como gastos médicos, vigilancia, la pérdida de ingresos futuros, el trauma físico y psicológico, entre otros.
“Aunque el impacto de la violencia disminuyó en 2022 sigue siendo equivalente a más de tres veces el gasto en desarrollo económico del gobierno”, señala el informe, el cual fue presentado este martes.
- Por ejemplo, los homicidios tuvieron un impacto económico de 2,077.5 millones de pesos; delitos con violencia, 1,521.2 mdp; crímenes de la delincuencia organizada, 20.5 mdp; miedo, 44.2 mdp; costos de protección, 348.9 mdp; gastó en fuerzas armadas, 321.8 mdp; gastos en seguridad pública, 78.9 mdp, y gastos del sistema judicial y encarcelamiento, 232.8 mdp.
“En 2022, la importante disminución de lo homicidios contribuyó a la reducción del 5.5% en el impacto económico de la violencia. A pesar de la mejora, en 2022 hubo un aumento en la actividad delictiva organizada, lo que ocasionó un aumento del 9.3% para esta categoría en comparación con 2021. Esto se debe en gran medida al aumento de los secuestros y de la extorsiones”, señala el documento.
- El informe realizado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP) explica que la reducción del impacto general de la violencia en la económica contribuyó a que el gobierno mexicano redujo sus gastos militares y su gasto en seguridad pública.
Sobre el impacto económico de la violencia por estado, Zacatecas, Colima y Morelos tuvieron un costo que supera 40% de su PIB, ya que estos registraron aumento en los delitos de extorsión, secuestro y trata de personas.
En cuanto a los resultados del Índice de Paz en Mexico en 2022, el documento señala que Zacatecas, Baja California, Guanajuato y Morelia se ubicaron como los cinco estados menos pacíficos.
Mientras, Yucatán, Tlaxcala, Chiapas, Nayarit y Tamaulipas se posicionaron como los cinco estados más pacíficos.
En conferencia Carlos Juárez, director en México del IEP, señaló que para hacer contrapeso ante la incidencia selectiva es necesario fortalecer instituciones, reducir tasas de impunidad, profesionalización de la justicia, mejora de la calidad de los policías municipales y el trabajo vinculado entre sector privado y sociedad civil./PUNTOporPUNTO
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