TEXTO ÍNTEGRO: Contagios por COVID-19 están asociados con cambios “significativos y perjudiciales” en el CEREBRO, revelan científicos

Los investigadores también han hallado pruebas de que la covid puede desencadenar una respuesta autoinmune perdurable y perniciosa.

Imagen: Shutterstock

Los contagios por COVID-19 están asociados con cambios “significativos y perjudiciales” en el cerebro, según un estudio realizado por científicos en Reino Unido, quienes encontraron diferencias significativas en las imágenes por resonancia magnética (IRM) antes y después de la infección.

  • El coronavirus puede hacer que el cerebro se encoja, reducir la materia gris en las regiones que controlan las emociones y la memoria, y dañar las áreas que controlan el sentido del olfato, según el hallazgo de la Universidad de Oxford y publicado en la revista Nature el lunes.

Los especialistas dijeron que los efectos se observaron incluso en personas que no habían sido hospitalizadas con COVID-19 o tuvieron síntomas leves. Sin embargo, dijeron que se necesita más investigación para conocer si el impacto podrían revertirse parcialmente o si persistirían a largo plazo.

  • “Estábamos observando una infección esencialmente leve, con lo cual notar que realmente había diferencias en el cerebro y cuánto había cambiado en comparación con aquellos que no habían sido infectados fue una gran sorpresa”, señaló Gwenaelle Douaud, autora principal del estudio y profesora del Centro Wellcome de Neuroimagen Integrativa de la Universidad de Oxford.
  • El artículo publicado en Nature informó que los científicos basaron sus datos en 785 participantes del Biobanco del Reino Unido de personas entre 51 a 81 años, a los que se les tomaron imágenes dos veces, incluidos 401 casos que dieron positivo por infección de SARS-CoV-2 entre sus dos escaneos, con 141 días en promedio separando su diagnóstico y el segundo escaneo.

“Hay pruebas sólidas de anomalías relacionadas con el cerebro en la COVID-19″, dijeron los investigadores. Incluso en los casos leves, los participantes en la investigación mostraron “un empeoramiento de la función ejecutiva” responsable del enfoque y la organización, y en promedio, el tamaño del cerebro se redujo entre un 0.2 por ciento y un 2 por ciento.

Los investigadores analizaron los datos de los escáneres cerebrales y las pruebas recopiladas de los participantes antes de que se infectaran con la enfermedad y de una segunda ronda realizada más tarde, cerca de cinco meses en promedio después de que dieron positivo.

“Hasta donde sabemos, este es el primer estudio de imágenes longitudinales del SARS-CoV-2 en el que los participantes fueron escaneados inicialmente antes de que ninguno se infectara”, escribieron los autores del estudio.

  • Para medir el impacto de la enfermedad en la capacidad de las personas para completar tareas cognitivas, los científicos observaron datos de pruebas de “creación de senderos” en las que se cronometra a las personas para dibujar líneas entre ciertos números o letras.
  • Aquellos que dieron positivo por COVID-19 tardaron “mucho más tiempo” en completar las pruebas, incluso después de excluir a las personas que habían sobrevivido a un caso lo suficientemente grave como para ser hospitalizadas.

El proyecto del Biobanco de Reino Unido ha seguido la salud de 500 mil personas durante aproximadamente 15 años y tiene una base de datos de escaneos registrados antes de la pandemia, por lo que brindó una oportunidad única para estudiar los impactos del virus en la salud a largo plazo.

Covid persistente: así es como agota al cuerpo

Los pacientes con covid grave pueden terminar hospitalizados con un respirador hasta que los síntomas desaparecen. Es común que en las pruebas de diagnóstico habituales aparezcan los daños en el cuerpo resultantes de una covid grave : neumonía, baja oxigenación, inflamación.

  • La covid persistente es diferente: se trata de una enfermedad crónica con una amplia gama de síntomas, muchos de los cuales no se pueden esclarecer con pruebas convencionales de laboratorio. Las dificultades para detectar la enfermedad han hecho que algunos médicos no tomen en serio a los pacientes o que, por error diagnostiquen los síntomas como psicosomáticos. Pero los investigadores que han estudiado más a fondo a los pacientes con covid persistente han descubierto trastornos visibles en todo el cuerpo.

Los estudios calculan que tal vez del diez al 30 por ciento de las personas infectadas con coronavirus presentan síntomas a largo plazo. No se sabe por qué algunas personas desarrollan covid persistente y otras no, pero hay cuatro factores que, al parecer, aumentan el riesgo: altos niveles de ARN viral al inicio de la infección; la presencia de algunos autoanticuerpos; la reactivación del virus Epstein-Barr y padecer de diabetes tipo 2.

El sistema inmunitario

Parece que, a diferencia de los pacientes que se recuperan completamente después de la covid, los pacientes con covid persistente tienen sistemas inmunitarios alterados. Muchos investigadores creen que una disfunción inmunitaria crónica después de una infección con coronavirus podría desencadenar una cadena de síntomas en todo el cuerpo.

  • Una posibilidad es que el cuerpo siga combatiendo lo que queda del coronavirus. Los investigadores descubrieron que el virus se propaga mucho durante la infección inicial y que el material genético viral puede permanecer incrustado durante muchos meses en los tejidos de los intestinos, los ganglios linfáticos y de otras partes del cuerpo.
  • Algunos estudios que están en curso intentan determinar si estos reservorios virales provocan inflamación en los tejidos circundantes, cosa que podría producir lagunas mentales, problemas gastrointestinales y otros síntomas.

Los investigadores también han hallado pruebas de que la covid puede desencadenar una respuesta autoinmune perdurable y perniciosa. En los estudios se han descubierto niveles extraordinariamente elevados de autoanticuerpos, los cuales atacan por error los propios tejidos del paciente muchos meses después de la infección inicial.

Una tercera posibilidad es que la infección viral inicial, quizás al reactivar otros virus que hay en el cuerpo del paciente y que por lo general están latentes, desencadene una inflamación crónica. En uno de los estudios, se descubrió que la reactivación del virus de Epstein-Barr, el cual infecta a la mayor parte de las personas cuando son jóvenes, podría ayudar a predecir si alguien desarrollará covid persistente.

  • Estas explicaciones pueden coexistir dentro del intrincado mundo del sistema inmunitario. Y así como los diferentes pacientes de covid persistente pueden tener diferentes síntomas, también pueden tener diferentes problemas de inmunidad. Para la elección del tratamiento, será primordial identificar los problemas principales presentes en la enfermedad de cada paciente, aseveró Akiko Iwasaki, inmunóloga en la Universidad de Yale.

Por ejemplo, quizás a un paciente con autoanticuerpos le funcionen bien los medicamentos inmunosupresores, mientras que un paciente con un reservorio viral de covid debería recibir antivirales, comentó Iwasaki. “El tratamiento debería ser muy diferente dependiendo de lo que tenga cada persona”.

La pandemia de COVID-19 dispara la depresión y la ansiedad

La convivencia de las personas con el COVID-19 ha provocado un importante repunte de las enfermedades mentales. Un nuevo estudio de la Organización Mundial de la Salud destaca que durante el primer año de la pandemia la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión aumentó un 25%.

  • Aunque el 90% de los países encuestados incluyeron la salud mental y el apoyo psicosocial en sus planes de respuesta a la COVID-19, el informe indica que todavía siguen existiendo importantes lagunas y preocupaciones.
  • Los mayores aumentos de la depresión y la ansiedad se produjeron en los países más afectados por el COVID-19, donde las infecciones eran elevadas y la interacción social estaba restringida.
  • El informe concluye que este aumento afectó más a las mujeres que a los hombres, y a los jóvenes, especialmente los que tenían entre 20 y 24 años, más que a los adultos mayores.

«La información que tenemos ahora sobre el impacto de COVID-19 en la salud mental del mundo es solo la punta del iceberg», afirmó el director general de la Organización.

El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus calificó los resultados como “una llamada de atención a todos los países para que presten más atención a la salud mental” y les emplazó a mejorar “el apoyo a la salud mental de sus poblaciones”.

Las múltiples caras del estrés

Una de las principales causas de este incremento fue el estrés sin precedentes que causó el aislamiento social provocado por la pandemia. A este factor, se le ha de añadir otros condicionantes como las limitaciones de las personas a la hora de trabajar, a recibir el apoyo de sus seres queridos y a participar en sus comunidades.

  • Otros factores que condujeron a los altos niveles de ansiedad y depresión fueron la soledad, el miedo a la infección, al sufrimiento y a la muerte, tanto propia como de los seres queridos, el dolor tras el duelo y las preocupaciones económicas. Entre el personal sanitario, el agotamiento fue una de las principales causas de los pensamientos suicidas.

Aumento de los pensamientos suicidas en los jóvenes

El informe muestra que la pandemia ha afectado a la salud mental de los jóvenes y que éstos corren un alto riesgo de sufrir conductas suicidas y de autolesionarse.

  • También indica que las personas con enfermedades físicas preexistentes, como el asma, el cáncer y las cardiopatías fueron más propensas a desarrollar síntomas de trastornos mentales.
  • Sin embargo, los datos sugieren que las personas con trastornos mentales preexistentes no suelen presentar una mayor vulnerabilidad a la infección por COVID-19. En cambio, cuando estas personas se infectan, son más propensas a sufrir hospitalizaciones, enfermedades graves y muerte en comparación con las personas sin trastornos mentales.

Las personas con trastornos mentales más graves, como las psicosis, y los jóvenes aquejados de estos padecimientos, corren un mayor riesgo

Hay que mejorar de inmediato la atención en línea

El aumento de casos de depresión y ansiedad coincidió con graves interrupciones en los servicios de salud mental. Durante gran parte de la pandemia, los servicios dedicados a las enfermedades mentales, neurológicas y de consumo de sustancias tóxicas fueron los más afectados entre todos los servicios sanitarios esenciales notificados por los Estados miembros de la Organización.

  • Al no poder acceder a la atención presencial buscaron apoyo en línea, una situación que indica la necesidad urgente de disponer de herramientas digitales fiables y eficaces y de fácil acceso. Sin embargo, el diseño y el despliegue de estas actuaciones digitales todavía supone un gran reto en los países y entornos con recursos limitados.
  • La directora del departamento de Salud Mental y Consumo de Sustancias de la Organización, Dévora Kestel, sintetizó la cuestión: «Aunque la pandemia ha generado interés y preocupación por la salud mental, también ha puesto de manifiesto la histórica falta de inversión en servicios de salud mental. Los países deben actuar con urgencia para garantizar que el apoyo a la salud mental esté disponible para todos».

Desde el inicio de la pandemia, y como respuesta a los efectos de la COVID-19 en la salud mental para diferentes grupos de población, la agencia de la ONU trabajó en la elaboración y difusión de recursos en múltiples idiomas y formatos.

Por ejemplo, la OMS elaboró un libro de cuentos para niños de 6 a 11 años, Mi heroína eres tú, que ya está disponible en 142 idiomas y 61 adaptaciones multimedia, así como un conjunto de herramientas en 16 idiomas para apoyar a los adultos./Agencias-PUNTOporPUNTO

Documento íntegro:

s41586-022-04569-5_reference

 

Recibe nuestro boletín informativo, suscríbete usando el formulario