Mientras cada año se baten récords de contaminación ambiental y emisión de gases de efecto invernadero (GEI), que hacen profundizar la crisis climática, más de 200 revistas de salud de todo el mundo se han unido para publicar simultáneamente un editorial en el que se hacen un llamamiento a los líderes mundiales y a los profesionales de la salud, especialmente a los de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a fin de que reconozcan que el cambio climático y la pérdida de biodiversidad pueden conducir a una catástrofe si no se actúa ya.
- Los autores del editorial publicado en octubre pasado, describió los terribles impactos relacionados con el aumento de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos y la pérdida de vida silvestre.
- “Los desafíos ambientales relacionados con la salud en el mundo son ahora graves, desde la propagación de enfermedades infecciosas hasta el aumento de las infecciones transmitidas por el agua y los impactos de la contaminación del aire en la salud.
- Los cambios en el uso de la tierra, por ejemplo, han obligado a decenas de miles de especies a tener un contacto más estrecho, aumentando el intercambio de patógenos y alimentando la aparición de nuevas enfermedades”, apuntó el texto.
“La crisis climática y la pérdida de biodiversidad dañan la salud humana y están interrelacionadas. Es por eso que debemos considerarlas juntas y declarar una emergencia sanitaria global. No tiene sentido que los científicos y políticos del clima y la naturaleza consideren las crisis de salud y naturaleza en silos separados”, sostuvo en un comunicado el autor principal Kamran Abbasi, editor en jefe del British Medical Journal.
- El editorial se publica en importantes cabeceras de todo el mundo, como ‘BMJ’, ‘The Lancet’, ‘JAMA’, ‘Medical Journal of Australia’, ‘East African Medical Journal’, ‘National Medical Journal of India’ y ‘Dubai Medical Journal’, entre otras.
“La salud humana se ve perjudicada directamente tanto por la crisis climática como por la crisis de la naturaleza, y las comunidades más pobres y vulnerables suelen soportar la carga más pesada. El aumento de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos, la contaminación atmosférica y la propagación de enfermedades infecciosas son algunas de las principales amenazas para la salud agravadas por el cambio climático”, sostienen.
- Y citan como ejemplo, el acceso al agua potable que es fundamental para la salud humana, pero la contaminación ha dañado la calidad la misma provocando un aumento de las enfermedades transmitidas por esa vía, y la acidificación de los océanos ha reducido la calidad y cantidad del marisco del que dependen miles de millones de personas para su alimentación y su sustento.
Según se comprobó, la pérdida de biodiversidad también socava la buena nutrición y limita el descubrimiento de nuevos medicamentos derivados de la naturaleza, mientras que los cambios en el uso de la tierra han obligado a decenas de miles de especies a entrar en contacto más estrecho, aumentando el intercambio de patógenos y la aparición de nuevas enfermedades y pandemias.
- De hecho, las comunidades son más saludables si tienen acceso a espacios verdes de alta calidad que ayuden a filtrar la contaminación atmosférica, reduzcan la temperatura del aire y del suelo y ofrezcan oportunidades para la actividad física.
- La conexión con la naturaleza también reduce el estrés, la soledad y la depresión, al tiempo que fomenta la interacción social, beneficios que se ven amenazados por el continuo aumento de la urbanización.
- El editorial fue publicado mientras los gobiernos del mundo se estaban preparando para importantes conversaciones sobre el clima, durante la Conferencia de las Partes (COP) de las Naciones Unidas sobre el cambio climático que tuvo lugar a finales de noviembre, y una COP sobre biodiversidad programada para 2024.
En diciembre de 2022, la Conferencia sobre Biodiversidad (COP) acordó la conservación y gestión efectivas de al menos el 30% de las tierras, zonas costeras y océanos del mundo para 2030. Sin embargo, los autores señalan que los científicos del clima y de la naturaleza que aportan las pruebas para las COP están en gran medida separados y muchos compromisos no se han cumplido.
- “Esto ha permitido llevar a los ecosistemas aún más al borde del abismo, aumentando enormemente el riesgo de rupturas en el funcionamiento de la naturaleza. Incluso si pudiéramos mantener el calentamiento global por debajo de un aumento de 1,5 C sobre los niveles preindustriales, aún podríamos causar daños catastróficos a la salud destruyendo la naturaleza”, sostienen los autores.
- Este riesgo, combinado con los graves impactos en la salud que ya se están produciendo, significa que la Organización Mundial de la Salud debería declarar la crisis indivisible del clima y la naturaleza como una emergencia sanitaria mundial, antes o en la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de 2024, escriben.
“Para hacer frente a esta emergencia es necesario armonizar los procesos de la COP. Como primer paso, las respectivas convenciones deben impulsar una mejor integración de los planes climáticos nacionales con los equivalentes en materia de biodiversidad”, añaden.
“Los profesionales de la salud deben ser poderosos defensores tanto de la restauración de la biodiversidad como de la lucha contra el cambio climático por el bien de la salud, mientras que los líderes políticos deben reconocer tanto las graves amenazas para la salud derivadas de la crisis planetaria como los beneficios que pueden derivarse para la salud de hacer frente a la crisis -afirman-, pero antes, debemos reconocer esta crisis como lo que es: una emergencia sanitaria mundial”.
- Kamran Abbasi, redactor jefe de ‘The BMJ’, precisó que, “tanto la crisis climática como la pérdida de biodiversidad perjudican a la salud humana, y están interrelacionadas, por eso debemos considerarlas conjuntamente y declarar una emergencia sanitaria mundial. No tiene sentido que los científicos del clima y la naturaleza y los políticos consideren las crisis de la salud y la naturaleza en silos separados”, subraya.
- Y añadió que “los profesionales de la salud gozan de una gran confianza por parte del público, y tienen un papel central que desempeñar a la hora de articular este importante mensaje y abogar por que los políticos reconozcan y tomen medidas urgentes para hacer frente a la emergencia sanitaria mundial. Más de 200 revistas de salud envían hoy un mensaje inequívoco”.
Cambio climático se convirtió en una emergencia crítica
El cambio climático se convirtió en una emergencia crítica cuyas consecuencias sobre el planeta resultan devastadoras. El aumento de las temperaturas provoca una progresiva degradación ambiental a lo largo y ancho del mundo, amenazando a nuestros ecosistemas.
- El cambio de circulación de los océanos, la disminución de las precipitaciones, el aumento del nivel del mar, el retroceso de los glaciares, y el incremento de olas de calor y frío son efectos propios de la crisis climática que atraviesa nuestro tiempo.
- Asimismo, la intensificación de desastres naturales en múltiples regiones y el aumento de migraciones forzadas por dichos eventos son causa directa de esta situación catastrófica que pone en alerta al mundo entero.
Este año, el poderoso ciclón Mocha azotó Myanmar y Bangladesh, y destruyó no sólo comunidades, sino también campos de refugiados. Durante estos últimos años, hemos visto fuertes tifones como el Haiyan en 2013, que arrasó el centro de Filipinas y provocó inundaciones generalizadas en Indonesia que sumergieron hogares y destruyeron propiedades.
Pero no se trata sólo de ciclones y súper tifones. Julio de 2023 fue registrado como el mes más caluroso del planeta en 174 años, lo que provocó incendios forestales en Canadá, importantes olas de calor en Francia, España, Alemania, Polonia e Italia, y olas de calor marinas a lo largo de las costas desde Florida hasta Australia. En resumen, estos fenómenos meteorológicos están ocurriendo en todo el mundo con mayor frecuencia e impacto.
¿Qué está causando el cambio climático?
- Además de los graves impactos sobre el ecosistema, el cambio climático está afectando a la salud de las personas, particularmente a aquellas que presentan una enfermedad. Como organización médico-humanitaria, ya estamos viendo los efectos de la crisis climática en los pacientes que tratamos en más de 70 países de todo el mundo.
- Estamos respondiendo a los grandes picos de enfermedades transmitidas por vectores, y también causadas por alimentos y agua, lo cual es preocupante, ya que se prevé que aumenten a medida que se acelera la crisis climática.
- Se proyecta que habrá 15 millones más de casos de malaria cada año, con 30.000 muertes relacionadas, además de lo que ya estamos viendo ahora. A su vez, se espera que mil millones de personas más estén expuestas al dengue, no sólo en Asia Pacífico, donde es mucho más frecuente, sino en todo el mundo.
Los funcionarios de la Unión Europea advirtieron recientemente que existe un riesgo creciente de enfermedades virales transmitidas por mosquitos como el dengue y el chikungunya en Europa debido al cambio climático. Hemos visto brotes de cólera en al menos 30 países. Si bien esto se debe a múltiples factores, el cambio climático es definitivamente uno de ellos.
¿Qué otras consecuencias trae el cambio climático?
El cambio climático también está vinculado a la inseguridad alimentaria y la malnutrición. Con fenómenos climáticos extremos como olas de calor y aumento de las precipitaciones, vienen sequías e inundaciones que impactan en las comunidades agrícolas y pesqueras, afectando todo, desde el rendimiento de los cultivos hasta los animales que labran la tierra y la cantidad de peces atrapados en las redes.
Otros impactos del cambio climático incluyen:
- La propagación de enfermedades no transmisibles.
- El desplazamiento forzado de poblaciones y migración.
- El surgimiento de conflictos, entre otros.
Se espera que todo esto se intensifique con el tiempo, a menos que tomemos medidas urgentes.
El cambio climático también es una cuestión de salud
- La Organización Mundial de la Salud señala que, en las próximas décadas, en todo el mundo ocurrirán 250.000 mil muertes adicionales por año debido a enfermedades relacionadas con el clima.
- No es una preocupación menor para América Latina y el Caribe, una región en la que la aceleración del cambio climático está aumentando la frecuencia e intensidad de las sequías, las inundaciones y en la que los incendios cada vez son más dañinos.
Los sistemas sanitarios en los países de la región necesitan prepararse para afrontar los desafíos que el cambio climático impone y convertir esos retos en una oportunidad para el desarrollo sostenible.
- Más emisiones de CO2 se traducen en más enfermedades respiratorias y cardiopulmonares; las muertes debido a las olas de calor han aumentado y las altas temperaturas sumadas a los cambios en el patrón de las lluvias intensifican las epidemias de dengue, zika o malaria, entre otras; también provoca pérdidas en las cosechas, lo que agrava la seguridad alimentaria. Esta es una enumeración corta, pero la lista es mucho más amplia.
- En América Latina y el Caribe, las muertes anuales de personas mayores de 65 años atribuibles a la exposición al calor aumentaron en promedio casi un 240% si se compara el periodo 2000-2004 con el de 2017-2021, se lee en el informe Panorama de la Salud: América Latina y el Caribe 2023, elaborado por el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Entre 2012 y 2021, el número básico de reproducción (R0) del dengue en la región aumentó entre 0,32 y 0,46, de acuerdo con el informe, y no parece ir en retroceso.
- Las alarmas se dispararon en Argentina cuando, a mediados de abril, luego del verano más cálido que ha tenido ese país desde que se tienen registros, se reportaron más de 56.000 casos de dengue y 48 fallecimientos debido a esta enfermedad. Según el último reporte, a principios de mayo, se registraban más de 100.000 contagios y 59 personas fallecidas. Aunque la cifra va en descenso, se trató del mayor brote de la enfermedad en la historia de Argentina.
Este año también se registró el mayor número de casos dengue en Perú. Bolivia tuvo el pico más alto de la enfermedad en los últimos 15 años. En 2022, Brasil batió su récord con más de dos millones de casos./PUNTOporPUNTO
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