La metodología de México y las naciones latinoamericanas para combatir la corrupción disminuyó durante el año pasado ante la absorción de recursos de la pandemia, que le dio margen a los políticos de algunos países para debilitar los órganos judiciales, según un reporte publicado por expertos en fecha reciente.
- La encuesta anual de 15 países latinoamericanos, compilada por Americas Society/Council of the Americas y Control Risks, encontró una disminución en la eficiencia e independencia de las agencias anticorrupción en casi todas esas naciones.
- El índice evalúa la eficacia con la que los países pueden combatir la corrupción en función de variables como transparencia gubernamental, recursos judiciales y calidad de la prensa. Ubicó a Venezuela como la menos preparada de las 15 naciones, con Uruguay como la mejor.
El Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción (CCC) también mostró disminuciones significativas en el indicador en los dos países más poblados y economías más grandes de América Latina: Brasil y México.
En un momento en que tanto la inversión extranjera como nacional en América Latina están en mínimos de varios años, las crecientes dudas sobre la aplicación del estado de derecho y sobre la calidad de las instituciones judiciales están socavando la confianza empresarial, según el informe.
- Brasil registró la caída más pronunciada en sus puntajes anuales, impactado por el desmantelamiento en febrero del grupo de trabajo contra la corrupción de Lava Jato, así como por el nombramiento del presidente Jair Bolsonaro de funcionarios percibidos como menos independientes para liderar la Policía Federal y la fiscalía.
- México experimentó una disminución en su puntaje por tercer año, que según el informe reflejaba en parte recortes presupuestarios significativos al Sistema Nacional Anticorrupción como parte de las medidas de austeridad para hacer frente al impacto económico de la pandemia.
- Guatemala también bajó en la clasificación luego del cierre de un organismo anticorrupción respaldado por la ONU en 2019. Una Comisión Presidencial contra la Corrupción, creada el año pasado y directamente bajo el control del ejecutivo, no ha realizado ninguna investigación importante, según el informe.
Clasificados de mayor a menor puntuación, los países evaluados en el índice fueron Uruguay, Chile, Costa Rica, Perú, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Panamá, República Dominicana, México, Paraguay, Guatemala, Bolivia y Venezuela.
La izquierda en Latinoamérica
Con la única excepción de Costa Rica, donde el triunfo fue para el aspirante populista Rodrigo Castro, las últimas elecciones presidenciales han visto vencer a candidatos de izquierda, primero en Perú, con Pedro Castillo; después en Chile, con Boric, y en Honduras, con Xiomara Castro, y hasta en Colombia.
- Y si en los comicios de octubre próximo se cumplen los pronósticos que le dan a Luiz Inácio Lula da Silva una ventaja de 10 puntos sobre el actual presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro, las seis economías más grandes de la región, desde Rio Grande hasta Tierra de Fuego, estarán gobernadas por la izquierda, culminando así un proceso político iniciado hace un par de años.
En ese caso, Suramérica sólo contaría con Gobiernos conservadores en Paraguay (Mario Abdo Benítez), Uruguay (Luis Lacalle Pou) y Ecuador (Guillermo Lasso).
- Un país, este último, donde el Ejecutivo que desde hace un año encabeza Lasso enfrenta estos días una oleada de protestas de organizaciones indígenas, cuyos representantes en la Asamblea Nacional -el movimiento indigenista y plurinacional Pachakutik- integran la oposición mayoritaria, junto con Izquierda Democrática y los seguidores del expresidente Rafael Correa (2007-2017).
Más confusa es la situación en Centroamérica, donde por su origen o afiliación nominal existe una mayoría de gobernantes que teóricamente pueden ser adscritos a la izquierda, como Xiomara Castro (Honduras), Daniel Ortega (Nicaragua), Laurentino Cortizo (Panamá) y Nayib Bukele (El Salvador).
Sin embargo, este último caso es muy discutible, dado que Bukele procede de las filas del revolucionario Frente Farabundo Martí de la Liberación Nacional, pero ganó las elecciones como candidato de Nuevas Ideas, partido integrado en la conservadora Gran Alianza por la Unidad Nacional, y gobierna desde 2019 con unos modales desideologizados propios del populismo autoritario.
Uno de los liderazgos más emblemáticos de la izquierda latinoamericana es el de Andrés Manuel López Obrador, quien llegó a la presidencia de su país en 2018 con el 53.19 por ciento de los votos, tras dos intentos fallidos, como Petro, y cuya gestión ha estado marcada por un cierto distanciamiento de Estados Unidos y la aproximación a los líderes socialistas latinoamericanos.
- A comienzos de este mes, López Obrador remarcó su postura ante Estados Unidos al negarse a participar en la Cumbre de las Américas celebrada en Los Ángeles en protesta por el hecho de que el anfitrión excluyera a Cuba, Nicaragua y Venezuela argumentando falta de respeto a los derechos humanos y deficiencias democráticas.
- Este lunes, en su habitual conferencia matutina, el mandatario mexicano señaló que su llegada al poder inició el viraje hacia el triunfo de la izquierda en Latinoamérica.
“Cuando llegamos nosotros, eran pocos los países que tenían Gobiernos progresistas. A partir de nuestra llegada, se inicia una etapa nueva, con triunfos importantes”, declaró este lunes el mandatario mexicano recurriendo a su tradicional estilo de hablar de sí mismo siempre en plural.
La izquierda en América Latina debe ser proactiva contra la corrupción
En opinión de Jorge G. Castañeda, ex secretario de Relaciones Exteriores de México y actualmente profesor de la Universidad de Nueva York, que varios presidentes latinoamericanos de izquierda mostraron apoyo a la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien fue acusada de varios cargos de corrupción.
- Castañeda aseguró que mandatarios como Andrés Manuel López Obrador, de México; Luis Arce, de Bolivia; Gustavo Petro, de Colombia, y el propio Fernández de Argentina se solidarizaron con la exmandataria, donde -rechazaron la injustificable persecución judicial – contra la vicepresidenta, cuyo objetivo era “implantar un modelo neoliberal”.
«El episodio revela las dificultades de la izquierda latinoamericana para ajustar cuentas con su pasado y con las graves denuncias de corrupción de corrupción que se presentaron durante la primera etapa de su paso por el poder en varios países de América Latina, básicamente entre 1999 y 2015», señalo el ex secretario.
- Otros ejemplos de corrupción que ha vivido la región y que menciona Jorge Castañeda son: «el escándalo Lava Jato en Brasil, que involucró a varias empresas constructoras con funcionarios designados o elegidos y llevó al descrédito del Partido de los Trabajadores, del cual Lula y su sucesora, Dilma Rousseff, son connotados dirigentes».
«La corrupción escandalosa del fallecido Hugo Chávez, del Ejército venezolano y la creación de la llamada boliburguesía en Venezuela, es otro caso, así como el de Correa en Ecuador, el del matrimonio Ortega-Murillo en Nicaragua, y el creciente número de denuncias en México. Estas últimas se han dirigido a funcionarios del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, por su conducta en el pasado y en el presente, pero también a la familia presidencial: su hijo José Ramón, su hermano Pío, y varias primas. Los involucrados han negado los señalamientos de posible corrupción, aunque no han sido acusados formalmente».
- Además Castañeda señala que los señalamientos contra Kirchner en Argentina iniciaron entre 2008, así mismo incluye el caso de el presidente Evo Morales, en Bolivia donde varios colaboradores fueron investigados por sospechas de corrupción en el Fondo Indígena y donde el mandatario no fue vinculado directamente.
- Siguiendo este mismo hilo, también está el caso de dos presidentes de El Salvador, pertenecientes al FMLN, donde actualmente están prófugos de la justicia e igual señalados por acusaciones de corrupción que habría sido ejercida durante sus mandatos.
«El tránsito de la izquierda por el poder en América Latina no ha carecido de manifestaciones del tradicional lastre regional: la corrupción en las más altas esferas de Gobierno».
«Al expandirse lo que algunos han llamado la «segunda marea rosa» en América Latina – que incluye ya o próximamente a Honduras, Chile, Colombia y Brasil, agregados a México, Argentina, Perú y Bolivia–, la izquierda tiene una asignatura pendiente con el combate a la corrupción», aseguró Castañeda.
- Por último el profesor de la Universidad de Nueva York, dijo que «los factores históricos, sociales y culturales que explican la omnipresencia de la corrupción en América Latina (y en el mundo) inciden en todo el espectro político e ideológico de la región, no únicamente en quienes han detentado el poder con mayor frecuencia, o en quienes se han identificado o han gobernado en nombre de las élites pudientes».
«Mientras la izquierda no acepte esto y no comprenda que debe ser especialmente proactiva en la lucha contra la corrupción, precisamente porque no se encuentra vacunada contra dicha enfermedad, seguirán los escándalos».
AMLO reafirma su «simpatía» por Lula da Silva
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, reafirmó este viernes su «simpatía» por el expresidente brasileño (2003-2010), Luiz Inácio Lula da Silva, que competirá en las elecciones del 2 de octubre contra el actual gobernante, Jair Bolsonaro.
«Es público, notorio, nuestra simpatía en Brasil por Lula, pero no puedo decir más. No puedo», declaró en su rueda de prensa matutina cuestionado por el tema.
El mandatario mexicano ha mostrado antes su sintonía con Lula, a quien llamó una «bendición» y «alternativa» para Brasil en julio pasado.
México tiene buena relación con gobierno de Bolsonaro
A pesar de ello, el gobernante mexicano aseguró que hay buenas relaciones con Bolsonaro, ultraderechista que busca la reelección tras dirigir el país desde 2019.
«Lo cierto es que el presidente Bolsonaro ha sido respetuoso de nosotros, nunca ha hecho un cuestionamiento a México ni nosotros hemos hecho un cuestionamiento a su Gobierno», comentó.
López Obrador consideró que Brasil “es un país extraordinario con un pueblo bueno, trabajador, alegre, lleno de valores, creativo, excepcional, desde luego en la música, en el deporte, es un pueblo hermano”.
«Sobre todo su pueblo, que es muy democrático, han padecido dictaduras y han salido adelante y han luchado durante mucho tiempo, entonces, yo deseo que el pueblo de Brasil decida libremente”, concluyó./PUNTOporPUNTO
Documento Íntegro:
CCC_2021_Report_English