La entrega de recursos en especie, pero en particular los monetarios a través de las becas, transferencias o programas sociales gubernamentales se mantienen como una de las bases principales de sobrevivencia sobre todo para más de 25.5 millones de personas que se encuentran en carencia alimentaria en México, para quienes quedarse sin este tipo de “apoyos del gobierno” representaría quedar incluso en una situación peor a la que tenían antes de acceder a esos beneficios.
Pero esta situación de vulnerabilidad es aún peor para las comunidades rurales, pues estas becas, trasferencias y programas sociales del gobierno, llegan a representar hasta el 25 por ciento de su sustento familiar, es decir, una cuarta parte de los ingresos que obtienen para sobrevivir en su de por sí precaria situación de pobreza o pobreza extrema.
“Cuando los integrantes de alguna familia salen de un programa que les transfiere recursos, por ejemplo, cuando los hijos superan la edad para estar afiliados a algún programa social, según la CEPAL, el hogar se queda sin el apoyo y puede caer en una situación de vulnerabilidad similar o peor a la que presentaban, antes de su inclusión dentro del programa”.
- Así lo advierte el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) de la Cámara de Diputados, que establece que la inseguridad alimentaria severa relacionada con la pobreza extrema se presenta sobre todo en Tabasco, Guerrero, Campeche, Oaxaca y Veracruz.
- En la actualidad, en México, 25.5 millones de personas carecen de acceso a la alimentación; de este total, 7.9 millones residen en espacios rurales y 17.6 en espacios urbanos; 12.4 millones son hombres y 13.1 millones son mujeres, 3.8 millones son indígenas y 21.7 millones no lo son.
De acuerdo con el estudio, Prospera, el 65 y más, y Procampo eran los programas sociales que más aportaban a la economía de las personas de escasos recursos pues tan sólo estos tres programas se traducían en el 23% de los ingreso de las familias rurales.
- Tan sólo Prospera, hoy desaparecido, significaba el 16.5 % de los ingresos de una familia rural en promedio, seguido de la beca del 65 y más (que ahora es 70 y más) que representaba el 5.2 de esos ingresos familiares en zonas rurales, y PROCAMPO con el 2.5%.
Para este año en el Presupuesto de Egresos de la Federación del 2020, se eliminó el Programa Prospera y se crearon los programas presupuestarios: Programa de Becas de Educación Básica para el Bienestar Benito Juárez; Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral, y Programa IMSS-BIENESTAR; asimismo, el Programa 65 y más se elimina y cambia a Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, y PROCAMPO cambia al Programa Producción para el Bienestar .
No obstante, el programa Jóvenes Construyendo el Futuro destinado a personas entre 18 y 29 años de edad que no estudian ni trabajan, vino a convertirse en un tanque de oxígeno,para un sector de la población sobre todo en las zonas urbanas, pues les entregan una beca de alrededor de tres mil 700 pesos mensuales a casi un millón de jóvenes para que se capaciten durante un año en empresas, instituciones públicas y organizaciones sociales.
El estudio de la Cámara de Diputados reconoce que si bien estos recursos permiten el acceso a los alimentos o elevar el consumo con la finalidad de mejorar los índices de alimentación también son políticas públicas con efectos de corto plazo.
- Dicho documento establece que en 2018, la población de México en situación de pobreza se concentraba en 52.4 millones de personas, el 41.9% de la población total.
- De ello el 34.4% se encontraba en situación de pobreza moderada y el 7.4% en pobreza extrema, segmento justamente al que atienden de manera prioritaria los programas sociales gubernamentales.
- Del total de la población en situación de pobreza, 17.0 millones residen en zonas rurales y 35.4 millones en zonas urbanas; 27.3 millones son mujeres y 25.1 millones son hombres.
- Existen 8.4 millones de indígenas en pobreza, el 69.5% del total; 41.6% se encuentra en pobreza moderada y 27.9% en pobreza extrema.
Uno de los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2018-2024 es el de poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas, en particular los pobres y las personas en situación de vulnerabilidad, incluidos los niños menores de un año, a una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el año.
Asimismo terminar con toda la forma de malnutrición abordando las necesidades de nutrición de las adolescentes, las mujeres embarazadas y lactantes y las personas de edad; así como, duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de alimentos en pequeña escala./LA CRONICA-PUNTOporPUNTO
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