La casa donde vivieron y murieron Graciela Cifuentes y su hija Sol estaba tan aislada que los bomberos ya no alcanzaron a llegar a apagar el incendio provocado por el o los asesinos de las mujeres. El pasado 15 de marzo, la académica de la UNAM y la joven estudiante de arquitectura fueron golpeadas y estranguladas en su hogar de la Colonia Santa Rosa Xochiac, en la Delegación Álvaro Obregón. El o los asesinos provocaron un incendio en la vivienda para eliminar las evidencias del crimen, que, incluso, ha obstaculizado la labor de los peritos de la Procuraduría de Justicia capitalina. Un vecino de las mujeres recuerda que los lugareños demoraron mucho tiempo en darse cuenta que había un incendio en el lugar. Por ello, se tardaron varios minutos en dar aviso al 911 y cuando llegaron los bomberos, el fuego ya se había extinguido./REFORMA