El embajador de Chile en México, Ricardo Núñez Muñoz, consideró hoy que sería «lamentable» que fuera deportado el chileno que fue arrestado en el marco de una manifestación para exigir la aparición con vida de 43 estudiantes desaparecidos en este país.
«Sería lamentable, porque tendría que buscarse un razonamiento que no compartiríamos, porque cuando se lucha por los derechos humanos en cualquier lugar del planeta, se está luchando por causas muy nobles», afirmó.
Entrevistado al abandonar un reclusorio de alta seguridad donde se encuentra Lawrence Maxwell Ilabaca, quien en una horas deberá abandonar la prisión por no haberse acreditado los delitos que se le imputaban, el diplomático dijo que su Gobierno siempre respaldará la defensa de los derechos humanos.
«Todos nuestros pueblos, nuestras naciones y Gobiernos, siempre respaldaremos que los derechos humanos prevalezcan. Ya él (Lawrence) se estaba manifestando por los 43 desaparecidos de Ayotzinapa», dijo el representante chileno, quien acompañó a los familiares a esta región montañosa del estado oriental de Veracruz para garantizar la plena libertad del estudiante de doctorado de 47 años.
Núñez Muñoz dijo que hasta ahora no han conocido de ninguna autoridad mexicana que se le vaya aplicar a Lawrence el artículo 33 de la Constitución mexicana, que prevé la expulsión de extranjeros por inmiscuirse en asuntos políticos del país.
Se mostró complacido por la decisión de un juez de declarar infundados los delitos de lesiones, asociación delictuosa y motín que la fiscalía mexicana imputó a 11 personas, entre ellas el chileno.
Y rechazó que pudiera verse afectada la participación de Chile en la próxima Cumbre Iberoamericana que habrá de celebrarse los días 8 y 9 de diciembre en el puerto de Veracruz.
«No, la cumbre no. Las relaciones entre nuestros dos países son muy sólidas, pudiera haberla dañado si se hubiera buscado un camino injusto de inculpamiento a nuestro connacional», señaló.
Durante las protestas del 20 de noviembre en Ciudad de México se registraron dos incidentes aislados de violencia protagonizados por embozados que atacaron a las fuerzas de seguridad con bombas molotov, piedras y petardos; el primero en las inmediaciones del aeropuerto capitalino y el segundo al final de una concentración en el Zócalo (plaza central), donde fueron detenidos los 11.
Ese día decenas de miles de personas se congregaron en la principal plaza capitalina para exigir la aparición con vida de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa que desaparecieron el 26 de septiembre a manos de policías y miembros del crimen organizado en Iguala, estado sureño de Guerrero.