Sentencian a más de un siglo de prisión a secuestrador y asesino de mujeres

HERMES CHÁVEZ

Edilberto de la Cruz Díaz, quien participó en el secuestro y posterior asesinato de dos mujeres en Ocozocoautla, Chiapas, recibió del Juzgado Segundo penal del Distrito Judicial de Tuxtla Gutiérrez, 110 años de prisión, en tanto sus cómplices esperan recibir la condena respectiva.

Los hechos delictivos iniciaron el 16 de julio de 2013 en Tuxtla Gutiérrez, capital del estado, tras la desaparición de María de los Remedios Jiménez Gordillo, de 58 años de edad, y María Virginia Morales Jiménez, de 26, esposa e hija del empresario avícola Jorge Morales Ochoa.

En las últimas horas de ese día, Virginia Morales recibió una llamada a su teléfono celular de un desconocido que le informaba de un supuesto accidente que habría sufrido su padre en un tramo carretero del municipio de Berriozábal.

Aunque la voz fue anónima la mujer informó a su madre y ambas partieron de su domicilio ubicado en el Fraccionamiento Los Laureles a bordo de una camioneta Town Country 2005 para auxiliar a su familiar en un punto cercano a la granja avícola San Jacinto, propiedad del comerciante.

Cuando se dirigían al lugar fueron interceptadas por sujetos que descendieron de un vehículo y rompieron con un marro los cristales de la camioneta familiar, obligándolas a abordar otro automotor, trasladándolas a un hotel en Ocozocoautla.

Posteriormente el empresario Jorge Morales recibió llamadas telefónicas de los secuestradores, quienes le exigieron un millón de pesos para liberar a las indefensas mujeres, sin embargo, estos no esperaron mucho tiempo para asesinar a las víctimas, pues temían haber sido reconocidos.

Los cuerpos fueron abandonando en un camino de terracería del centro eco turístico Cascada del Aguacero en el municipio de Ocozocoautla el 17 de julio de 2013, siendo localizados tres días después. Ambas mujeres habían sido torturadas y posteriormente degolladas.

Una vez iniciadas las investigaciones por la Procuraduría chiapaneca detuvo a Víctor Hugo Aguilar Oliver, yerno y cuñado de las víctimas, presunto autor intelectual, y de Joel Guerra Álvarez, quien se hacía llamar Luis Ordoñez Hilerio, de origen salvadoreño, quien trabajaba como chofer de Avícola San Jacinto.

En su país de origen, Guerra cuenta con antecedentes penales por violencia intrafamiliar y drogas, según dio a conocer la Procuraduría.

Las autoridades ministeriales establecieron que fue el salvadoreño quien llamó al empresario para exigir el rescate, sin embargo, temió que su voz fuese reconocida por lo que decidieron asesinar a las mujeres.

Durante las pesquisas el marro, de manufactura salvadoreña, y restos de cristales de la camioneta familiar localizada a bordo de un vehículo de la empresa avícola fueron determinantes para esclarecer los hechos.

Los agentes localizaron el establecimiento donde los delincuentes adquirieron una tarjeta de telefonía celular y el hotel donde se mantuvo a las mujeres. Los empleados reconocieron a los detenidos.

En el caso de Edilberto de la Cruz, además de participar en el secuestro, tenía la función de vigilar a las víctimas y la carretera cuando fueron asesinadas y trasladadas a la carretera donde tiraron los cadáveres.

Los otros procesados aún se encuentran en espera de la sentencia correspondiente, con la posibilidad de alcanzar una condena similar, confirmó la Procuraduría.

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