AGENCIAS
Las autoridades mexicanas rescataron más de 200 jornaleros que trabajaban en condiciones inhumanas en un campo agrícola del municipio de Comondú, en el estado de Baja California Sur, informó hoy la Secretaría del Trabajo.
Los trabajadores, originarios de Chihuahua, Sinaloa y Guerrero fueron encontrados tras una denuncia que formularon compañeros que lograron huir del campo donde eran explotados laboralmente.
Las personas que escaparon alertaron a las autoridades que eran amenazados por sus patrones y vivían en casas de hule, entre lodo y basura.
El Secretario del Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete, informó en una conferencia de prensa que los 200 trabajadores fueron encontrados en dos campamentos.
Uno de ellos estaba ubicado en la zona de Villa Ignacio Zaragoza y allí se encontraron 100 personas, entre ellos hombres, mujeres y niños, quienes vivían en chozas provisionales elaboradas de ramas, hules y costales, en medio de basura y lodo, con poca agua y baños sucios.
Los otros 100 trabajadores fueron hallados en las mismas condiciones de vivienda en un campamento de la demarcación de Galeana.
En este lugar además se encontró un área habilitada como cocina, «donde se preparaban los alimentos de los jornaleros y sus familias, en total desorden y falta de higiene», indicó Navarrete.
La situación derivó una inspección a la empresa El Cerezo, propietaria de los campos agrícolas en los que trabajaban los jornaleros, a la que se le detectaron «113 violaciones a la legislación laboral».
La compañía presentaba «condiciones inseguras e insalubres en el área de trabajo, falta de sanitarios y agua potable, falta de áreas adecuadas para la toma de alimentos y falta de equipo de protección personal», indicó la Secretaría en un comunicado.
En los campos se encontraron «13 menores de edad laborando y 167 trabajadores sin registro ante el Instituto Mexicano del Seguro Social, ni prestaciones de Ley».
Por estas irregularidades la Dirección General de Inspección de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social decretó la restricción de operaciones en el campo agrícola de propiedad de El Cerezo, compañía con la que se realizó una negociación para mantener la fuente laboral de las personas rescatadas.
En la negociación se logró la permanencia de los jornaleros en el empleo y su «reubicación de manera inmediata a zonas adecuadas de vivienda».
«Se supervisó que recibieran alimentos suficientes e higiénicos y se les dotara de baños limpios y agua suficiente para beber y sus necesidades básicas», se informó.