El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, anunció este jueves su dimisión y convocó a elecciones anticipadas.
La renuncia, que se da tras alcanzar un acuerdo con los acreedores para un nuevo rescate financiero, será entregada al presidente Prokopis Pavlopoulos, explicó Tsipras en conferencia de prensa.
“He decidido darle mi renuncia al presidente de la República. Ahora ustedes van a decidir si queremos, con su voto van a decidir si el acuerdo que tenemos goza de la confirmación del pueblo, ustedes con su voto van a decidir quién o cómo dirigir a Grecia en esta difícil, pero esperanzadora fase que tenemos por delante. Quién y cómo negociará la quita de la deuda, quién va a continuar con el procedimiento», señaló.
Funcionarios gubernamentales señalaron antes que su objetivo es que la votación sea el 20 de septiembre, para cuando Tsipras espera sofocar una rebelión en su partido izquierdista Syriza y conseguir apoyo público al programa de rescate que negocio, el tercero para Grecia desde 2010.
«El mandato político de las elecciones del 25 de enero superó sus límites y ahora el pueblo griego debe expresarse», afirmó.
El adelanto electoral era ampliamente esperado, tras unos complicados siete meses en el poder de Tsipras en los que el país estuvo al borde de tener que abandonar la zona euro y se vio forzado a cerrar sus bancos tres semanas.
Después de llevar adelante una campaña contra las medidas de austeridad, el mes pasado el líder izquierdista de 41 años aceptó un programa de rescate de hasta 86,000 millones de eurosbajo la condición de aprobar alzas de impuestos y recortes de gastos, en medio del fuerte riesgo de un colapso del sistema bancario.
Sin embargo, las votaciones en el Parlamento griego para aprobar las duras medidas de austeridad generaron una rebelión de casi un tercio de los legisladores de Syriza, forzando a Tsipras a buscar apoyo de la oposición y privándole de su mayoría parlamentaria.
Un adelanto electoral debería permitir a Tsipras capitalizar su popularidad entre los votantes griegos antes de que las cláusulas más duras del plan empiecen a afectarles, y podría permitirle volver al poder con una posición más fuerte, sin los rebeldes antiausteridad de Syriza entrometiéndose.