En México, 65 por ciento de los padres con un hijo en nivel preescolar tiene la intención de ahorrar para cubrir sus gastos universitarios, mismos que junto con los otros niveles educativos pueden elevarse hasta 1.3 millones de pesos, de acuerdo con HSBC.
Un reciente estudio elaborado por la institución financiera titulado “El valor de la educación”, donde se cuestionó a 327 padres en el país, arrojó que de ese porcentaje 44 por ciento logra llevar a cabo el ahorro necesario para cubrir la cuota en instituciones privadas y 26 por ciento prevé hacerlo con sus ingresos diarios.
Sin embargo, 21 por ciento de los entrevistados nunca realiza un ahorro, que de realizarse por 15 años, podría requerir de 15 o 20 por ciento de los ingresos de una persona que gana en promedio 30 mil pesos mensuales.
Y es que de tardar más tiempo en invertir, podría requerirse de hasta 52 por ciento de los ingresos mensuales para el pago de colegiaturas por hijo, lo que disminuye considerablemente la entrada neta de efectivo al hogar, advirtió el director de ventas de Productos Patrimoniales de HSBC, Esteban Martínez Varela.
Aseguró además que al menos siete de cada 10 padres de familia en el país consideran que la educación universitaria es “imposible de pagar” por los altos costos de la educación superior.
Así, 98 por ciento de los jefes de familia encuestados planea contribuir con la paga de colegiaturas y con sus costos asociados, mientras que 28 por ciento espera que sus hijos contribuyan al pago de sus estudios y 13 por ciento más que los abuelos aporten recursos.
El directivo destacó que hoy los estudios de primaria cuestan en promedio 300 mil pesos, los de secundaria llegan a 150 mil pesos, los de media superior hasta 250 mil pesos y los universitarios hasta 650 mil pesos.
En ese sentido, estimo, el gasto total puede alcanzar un millón 350 mil pesos, que en un valor futuro a 15 años con tasa de 3.0 por ciento anual por inflación se podrían convertir en un millón 900 mil pesos.
“Ahorrar para la educación superior es insuficiente, lo ideal sería realizar una estrategia de ahorro que integre los estudios de primaria, secundaria, preparatoria y universidad, sin contar que hoy también se deben considerar gastos por un posgrado que puede alcanzar hasta de 350 mil pesos”, dijo.
En ese contexto, Martínez Varela explicó que la falta de planeación adecuada para pagar la educación universitaria llevará a 29 por ciento de las personas a pedir préstamos para el pago de colegiaturas, mientras que 36 por ciento de ellos considera que sus hijos serán quienes se endeuden para pagar sus estudios.
En cuanto a las opciones de estudio, 95 por ciento de los padres piensa en profesiones específicas para sus hijos, entre las que destacan las de medicina con 22 por ciento, ingeniería con 16 por ciento y la tecnologías informáticas con 10 por ciento, carreras que pueden llegar a ser de las más costosas.
De acuerdo con el reporte, tanto a los padres como a sus hijos les toma en promedio el mismo tiempo que dura una carrera universitaria el pagar la deuda que adquieren por el mismo concepto, ya que pueden pasar hasta 4.6 años después de que se culminan los estudios para finiquitar el préstamo.
“Endeudarse responsablemente está bien, pero en el caso de pagar la universidad, es más caro pedir prestado que ahorrar y hacer una planeación efectiva y adecuada que a largo plazo tendrá un mayor beneficio”, estimó.
Los costos anteriormente mencionados no incluyen la posibilidad de enviar a los hijos a estudiar al extranjero, situación que incrementa los gastos considerablemente, sin embargo, 81 por ciento de los padres considera la posibilidad y de ellos, 82 por ciento estaría dispuesto a pagar la diferencia de costos.
De acuerdo con Martínez Varela, el alcanzar una meta de cobertura en estudios universitarios requiere de ayuda financiera, a fin de contar con una estrategia correcta de ahorro y protección, además de permitir destinar una menor porción de ingresos mensuales para cubrir los estudios.
Además, se debe planear para mayores ambiciones de estudio de parte del hijo, ya que permanecer durante más años en una carrera o buscar grados superiores, implica mayores gastos y se deben afrontar los costos.
Asimismo, continuó, asegurarse de tener los recursos necesarios para mantener el desarrollo educacional desde etapas tempranas permitirá de igual forma aceptar los gastos adicionales que puedan surgir en el camino educativo.
Explicó que fomentar la educación financiera en los hijos desde que son pequeños, permite que una persona se vuelva financieramente responsable y que también pueda buscar un ingreso para el pago de sus estudios mediante becas o trabajos de medio tiempo.
Sin embargo, puntualizó, para minimizar el impacto de pedir un préstamo para estudios, se debe comenzar a ahorrar lo más pronto posible para pagar menos y que de esa manera los planes de pago de estudios universitarios no se queden en el olvido.