El Premio Nobel de la Paz fue atribuido ayer al médico congoleño Denis Mukwege y a la ex esclava sexual del Estado Islámico (EI), la yazidí Nadia Murad; fueron recompensados “por sus esfuerzos para poner fin al uso de la violencia sexual como arma de guerra”, indicó la presidenta del Comité del Nobel, Berit Reiss-Andersen. La iraquí Murad, de la minoría yazidí, fue esclava sexual del EI en 2014, antes de lograr huir. Mukwege, por su parte, ha tratado a 50 mil víctimas de violaciones en el hospital de Panzi que fundó en 1999 en Bukavu, en la República Democrática del Cong). Para este médico, la violencia sexual es un “arma de destrucción masiva”./ EL UNIVERSAL