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La Red Mundial de Mujeres por los Derechos Reproductivos hizo un llamado para eliminar los estigmas y formas de discriminación que enfrentan las mujeres que viven con VIH o Sida, sobre todo en el acceso al aborto legal y seguro.
En el marco del Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe y el Día Global de Acción por el Acceso al Aborto Seguro y Legal –ambos a celebrarse el próximo 28 de septiembre–, la Red pidió tomar acciones para que las mujeres con VIH tengan la posibilidad de interrumpir su embarazo de manera segura cuando así lo deseen.
Lo anterior porque –a decir de la Red– las mujeres que viven con el virus a menudo desisten de seguir buscando y recibiendo los servicios de salud necesarios debido a la cantidad de estigmas que aún persisten con respecto al padecimiento.
Lo que se acentúa cuando enfrentan un embarazo no deseado, ya que aumenta la probabilidad de que realicen un aborto en condiciones inseguras.
Cerca de 35.3 millones de personas viven con VIH o Sida en el mundo, de ellas las mujeres constituyen poco más de la mitad y las jóvenes representan el 64 por ciento del total de las nuevas infecciones.
De acuerdo con el Centro de Derechos Reproductivos –organización internacional con sede en Nueva York–, unas 17 millones de mujeres viviendo con VIH y Sida son privadas de sus derechos fundamentales, y enfrentan segregación y discriminación especialmente cuando acceden a servicios de salud sexual y reproductiva.
En un comunicado, las organizaciones que conforman la Red Mundial denunciaron que en general las mujeres enfrentan severos obstáculos para acceder al aborto seguro, aun en las condiciones permitidas en sus países, pero la negación de servicios se incrementa como resultado de su condición de VIH.
Ello “debido en parte a las ideas falsas que rodean el virus y perpetúan la creencia mal informada de que las personas VIH positivas no deben ser sexualmente activas y o tener hijas o hijos”.
En ese sentido recordaron a los Estados que deben respetar los compromisos adquiridos en numerosos acuerdos internacionales, y asegurar que las mujeres y niñas que viven con VIH sean capaces de ejercer plenamente sus derechos sexuales y reproductivos universales, incluyendo el derecho a la maternidad y los servicios de aborto voluntario.