La Cámara de Diputados se mantiene entre las instancias de gobierno y de la administración pública que mayor opacidad presenta en el manejo de los recursos del erario. Alrededor de 20% del dinero que ahí se maneja no requiere registro ni comprobación de la secretaría general ni de los partidos políticos. El presente año, el órgano legislativo se aprobó -en el Presupuesto de la Federación (PEF) 2018- 7 mil 100 millones de pesos. De esa cantidad se asignaron al rubro de subvenciones mil 400 millones de pesos, en las partidas 3 mil 991 y 4 mil 390, bajo los conceptos de asignaciones para el cumplimiento de la labor legislativa y otros subsidios y subvenciones, respectivamente. Los diputados justifican ese monto de recursos (alrededor de 55%) para actividades legislativas. Es decir, se autorizan para cada uno de ellos entre 20 y 50 millones de pesos anualmente para “atender” a los votantes en sus distritos. Ahí también se incluye el gasto en obras, de la que obtienen los cuestionados moches./LA JORNADA