Yeni González fue separada de sus tres hijos de 11, 9 y 6 años tras intentar cruzar la frontera de EU. “En su caso hemos podido saber dónde estaban sus hijos porque Yeni, al ver que iban a separarlos, le dijo al mayor que memorizase el teléfono de un tío que está en Carolina del Norte”, apunta el abogado José Xavier Orochena, que lleva el caso de esta migrante proveniente de Guatemala. La marcha atrás de la orden de Trump de separar a padres e hijos migrantes al atravesar la frontera de manera ilegal ha metido en un caos a la Administración. Abogados trabajan a marchas forzadas para tratar de acelerar los reagrupamientos familiares de unos 3.000 menores, con los funcionarios improvisando pruebas de ADN para confirmar las relaciones parentales./ EL PAÍS