AGENCIAS
Las autoridades cubanas impidieron el miércoles que más de una treintena de disidentes se concentraran en un lugar céntrico de La Habana para conmemorar el Día Internacional de los Derechos Humanos.
Las Damas de Blanco, una organización opositora femenina, convocaron como cada año a la marcha. Pero a medida que los disidentes iban llegando al lugar, la puerta del capitalino cine Yara, policías uniformados los introducían en automóviles y patrullas mientras dos centenares de simpatizantes del gobierno daban vivas a la revolución y cantaban consignas.
«Soy… un patriota que quiere todos los derechos para Cuba, sin restricción alguna», dijo a periodistas el bloguero Agustín López, mientras uniformados lo sacaban del lugar.
Algunos opositores se resistieron mientras eran conducidos por la policía. No hubo heridos.
«No sé por qué derechos humanos dicen que luchan aquí», comentó a periodistas Miriam Pascual, una maestra jubilada de 73 años quien aseguró que el gobierno garantiza la salud y la educación, entre otros derechos. Pascual sostuvo que una marcha semejante en Estados Unidos hubiera terminado en una fuerte «represión».
La disidente cubana Bertha Soler, líder de las Damas de Blanco, no pudo ser localizada.