Condiciones de peligro por lluvia y nuevos flujos “fuertes” de sedimento elevaron ayer las alertas alrededor del Volcán de Fuego, cuya erupción -el domingo pasado- causó al menos 109 muertos y aproximadamente 200 desaparecidos, de acuerdo con las autoridades, las cuales enfrentan una encrucijada sobre si continúan o no la búsqueda de sobrevivientes y cuerpos. Los protocolos internacionales establecen que luego de 72 horas de una tragedia de estas dimensiones se deben suspender las operaciones de búsqueda, al considerarse que no existen posibilidades de encontrar personas con vida, pero las autoridades no descartan seguir las tareas de rescate, suspendidas desde el jueves por lo inestable del terreno, debido a las fuertes lluvias y porque aún existe material caliente en el área./ LA JORNADA