Irene Licona Ocaña
En la actualidad el asma afecta a más de 300 millones de personas en el mundo; la mayoría de ellas se ubican en zonas urbanas y con estilos de vida occidentales, por lo que se prevé un aumento en el número de casos de un 59 por ciento, lo que se traduce en un incremento aproximado de 100 millones más de pacientes asmáticos para el año 2025.
En México la incidencia anual de asma es de 2.78 por cada mil habitantes, con un promedio de 3.3 por ciento en el país, causando más de 4 mil muertes al año. Afecta el 10 por ciento de la población.
Lo anterior se puso de manifiesto en el marco de una conferencia de prensa, donde se dio a conocer la realización de un programa de educación a la salud “ASMA: Despejar los mitos de las verdades” al que convocó el Centro de Asma y Alergia de México y AstraZeneca –a realizarse en las ciudades de México, Guadalajara y Monterrey- con el propósito de alcanzar un mejor control y manejo del asma a través de la colaboración entre médico y paciente.
Los especialistas coincidieron que el asma es una importante causa de morbilidad y mortalidad. Se estima que anualmente mueren 250 mil personas de asma en el orbe, mientras que en nuestro país se ubica dentro de las primeras 15 causas de muerte, de acuerdo a la Liga Mexicana de Enfermedades publicada en 2015 por el INEGI.
Carlos León Ramírez, director del Centro de Asma y Alergia de México, informó que el asma es una enfermedad pulmonar crónica, que se caracteriza por la inflamación de los bronquios; que se controla pero que no se cura, cuyos principales síntomas son: tos, silbido de pecho y falta de aire en forma recurrente sobre todo en invierno. “Las enfermedades virales y respiratorias, así como los alérgenos, sinusitis crónica y reflujo son los detonantes de las exacerbaciones o crisis asmáticas, añadió.
Explicó que los cambios bruscos de temperatura y la contaminación ambiental son factores que pueden provocar las crisis que afectan las vías respiratorias provocando inflamación y estrechamiento de las mismas, así como dificultad para respirar, opresión en el pecho y silbidos al respirar. Entre el 30 y 40 por ciento de todas las exacerbaciones de asma que se presentan –son de pacientes diagnosticados con formas leves de asma- requieren de una consulta médica de emergencia.
Luego de precisar que en México el 10 por ciento de la población tiene asma, lo que equivale a 12 millones de asmáticos, siendo más común en hombres que en mujeres, aclaró que los síntomas, frecuencia y gravedad pueden variar de persona a persona.
El alergólogo destacó que el asma afecta a la población infantil entre un 60 a 70 por ciento, y que el 20 por ciento de estos desarrollaron la enfermedad durante el primer año de vida, mientras que a los 5 años de edad el 80 por ciento de los casos ha iniciado ya la sintomatología y el 30 por ciento de los casos que mejoran pueden tener una recaída después de los 30 años de edad.
Indicó que el factor más importante para el desarrollo del asma es el hereditario; ya que cuando ambos padres la padecen, entre el 50 a 75 por ciento de niños la heredan, en tanto que si sólo uno de ellos la tiene el porcentaje disminuye de 30 a 50 por ciento.
Sin embargo subrayó que el factor ambiental es determinante para el desarrollo de los síntomas, mismos que son causados por alérgenos, polen, hongos, ácaros, mascotas, alimentos (algunos) y la contaminación ambiental.
El nacimiento por cesárea, ausencia de leche materna, el exceso de antibióticos y alimentación a través de fórmulas derivadas de la leche de vaca sin seno materno, son factores que inciden en la aparición de la enfermedad.
Por su parte el profesor Juan Vicente Espugles, catedrático en Farmacología de la Facultad de Medicina de Valencia, España argumentó que el asma es una patología controlable y que el objetivo del tratamiento es que el paciente lleve una vida absolutamente normal. “Un control parcial no es la meta, sino que la mayoría de las personas con este padecimiento ni siquiera recuerden que lo tienen”, enfatizó.
En cuanto al tratamiento médico dijo que es actualmente eficaz y sofisticado, por lo cual los pacientes, en la mayoría de los caso, son controlados por el médico general de forma ambulatoria.
“Un paciente asmático que tiene un control óptimo sobre su enfermedad puede ser productivo y realizar una vida activa o normal; sin embargo entre el 50 y 75 por ciento está en riesgo de sufrir exacerbaciones o ataques severos por no tratar la enfermedad de manera adecuada”, enfatizó.
Por último, Rene Aalbers, especialista en Alergia e Inmunología con subespecialidad en Neumología y miembro del Comité científico del Hospital Martini en Holanda, manifestó que “el problema no es que alguien tenga asma, sino que los pacientes sufren por el asma y eso no debe suceder. Como médicos nos debemos avergonzar de que alguien muera por un ataque de asma; luego de que los médicos generales hacen el diagnóstico únicamente basándose en los síntomas y no en el funcionamiento pulmonar”.
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