El régimen cubano ha decidido decir adiós al comunismo. Inmerso en un proceso de liberalización controlada del modelo económico, el Gobierno castrista incluye en el texto el reconocimiento de la propiedad privada y se desprende de la referencia a la ideología comunista, aunque explícita que el socialismo sigue siendo política de Estado. La Constitución vigente, de 1976 y redactada a imagen y semejanza de las del bloque socialista, incluye en su artículo 5 el objetivo del “avance hacia la sociedad comunista”. Con la reforma constitucional, esa idea se esfuma. Ideológicamente, Cuba se quedará en la paradójica situación de desprenderse de la idea del comunismo en su Constitución sin dejar de reconocer como máximo órgano de dirección del país al Partido Comunista de Cuba./ EL PAÍS