Asesiné a unas 100 Personas y las Ofrendé a Satanás: “El Lunares”

*Óscar Andrés Flores Ramírez se declara adorador del diablo y de Jesús Malverde, el santo de los narcos *Asegura que aportó diez mdp para la campaña de Sandra Cuevas, actual alcaldesa en Cuauhtémoc *En breve enfrentará un segundo proceso por el delito de narcotráfico

De la redacción

Almoloya de Juárez, Edomex.- Óscar Andrés Flores Ramírez alias “El Lunares, líder de la organización criminal La Unión Tepito, accedió a ser entrevistado en el penal de máxima seguridad conocido como El Altiplano, ubicado en Almoloya de Juarez, Estado de México, donde purga una condena de 27 años por asesinar a una mujer en 2019 y está en espera de un segundo proceso por delitos relacionados con el narcotráfico.

Esa cárcel es un lugar sombrío, todo el tiempo está iluminada en sus interiores con luz blanca y vigilada con cientos de cámaras de seguridad; está conformada por siete módulos, además de las áreas de Tratamientos Especiales, de Medidas Especiales de Seguridad y Vigilancia Especial (AMESVE) y de Atención Médica, así como por el Centro de Observación y Clasificación (COC).

Y es precisamente Tratamientos Especiales, donde se encuentra la celda del entrevistado; un módulo aislado del resto, presenta el mayor dispositivo de seguridad porque allí se encuentran los internos de mayor peligrosidad, así como integrantes de los cárteles de Sinaloa, de Juárez, del Golfo y Los Zetas,

En Tratamientos Especiales no hay un programa de tratamiento penitenciario; únicamente les proporcionan libros, servicio terapéutico y permiso para pasar unos 15 ó 20 minutos diarios en el patio, sin ninguna compañía ni posibilidad de convivir con otros presos. Las celdas de ahí no tienen ventanas ni visibilidad hacia el resto del penal. Una pared supuestamente impenetrable divide esa zona del área común.

Tales presos pueden salir de su celda cuando van al área de visita familiar, a los locutorios y al patio, si tienen autorización. Se supone que están prohibidas las pláticas en pasillos o de celda a celda. Y los reclusos de ese sector son sometidos a frecuentes revisiones.

Entre cada área hay diamantes de seguridad, cámaras de seguridad y puertas automatizadas. Los únicos que tienen movilidad entre cada una de las zonas son los guardias de seguridad, que dependen del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social.

Además, su espacio aéreo está completamente restringido y las comunicaciones están bloqueadas por un radio de 10 kilómetros de distancia, tratando con esto de mantener la incomunicación de los delincuentes con el exterior.

Respecto a sus celdas, están creadas únicamente para dos reclusos, a pesar de que en algunos casos cuenta con tres, incluyendo en su interior con servicios sanitarios y regaderas. Sus muros son de al menos un metro de ancho.

Una vez que ingresamos al penal, pasamos alrededor de siete retenes, donde en todo momento registraron nuestras pertenencias y no nos permitieron pasar cámaras fotográficas ni teléfonos celulares, aunque en esta ocasión hicieron la excepción porque teníamos que grabar la entrevista.

La plática que sostuvo “El Lunares” con este medio informativo duró escasos cinco minutos, durante los cuales hizo fuertes declaraciones que por primera vez salen a la luz pública.

Óscar Andrés, nació en la Ciudad de México hace 32 años, el 5 de Octubre 1989 y se confiesa adorador de Jesús Juárez Mazo, conocido como Jesús Malverde, el santo de los narcotraficantes.

Asegura que cuando se encontraba en libertad practicaba el satanismo y que incluso ordenaba el secuestro de integrantes de grupos criminales antagónicos para asesinarlos y ofrecerlos como ofrenda a Lucifer.

Tras esperar alrededor de unos 20 minutos, finalmente apareció «El Lunares», acompañado de un par de custodios, que portaban armas largas de grueso calibre, un uniforme color de negro y un pasamontañas que les cubría el rostro. El encuentro se efectuó en un locutorio.

Con el rostro serio, el cabello rapado, ataviado con camisa de manga larga, pantalón —ambos fabricados con gabardina de color beige y tenis Puma blancos- este hombre de tes blanca, complexión regular y 1.75 metros de estatura aproximadamente, comenta que cuando estaba libre se daba vida de rico, tenía varias parejas sentimentales –pero solo con una de ellas tuvo tres hijos que estudian en prestigiados colegios particulares- viajaba constantemente al extranjero, principalmente a Europa y Estados Unidos. Además financió campañas a políticos como Sandra Cuevas, conocida como “Lady Metralletas”, actual alcaldesa en Cuauhtémoc.

 

—Cuantos asesinatos cometió usted para practicar el satanismo?, se le preguntó.

“El Lunares” se queda callado por escasos diez segundos, da un profundo suspiro y responde:

—Bueno, yo directamente no los cometí pero si ordené alrededor de 100 secuestros que derivaban en ejecuciones porque yo tenía que tener contento al diablo, que es mi mayor protector y el que me ha dado a ganar mucha lana.

—¿Se arrepiente de ello? ¿durante cuanto tiempo lo hizo?

—No en absoluto, lo hecho, hecho está y no sirve de nada arrepentirse, además esas personas eran criminales igual que yo, no eran blancas palomas. Y eso me llevó alrededor de dos años, obviamente no solo pensaba en estar matando gente, tenía otras cosas en mente para fortalecer a La Uva (La Unión Tepito)

—Las autoridades le han juzgado también por esos crímenes?

—No, porque no tienen pruebas de que yo haya estado involucrado en esos asesinatos y los cuerpos nunca aparecieron ni tampoco hubo denuncias y al no haberlas, pues obvio que no hay delito que perseguir.

—Como es su vida en el penal?

—Aburrida, porque aquí no hay mucho que hacer y prácticamente todos los días son lo mismo. Aquí solo hay de dos sopas o haces ejercicio o te pones a trabajar en alguno de los talleres que existen, o sea en carpintería, herrería, plomería, artesanías etc. Pero en mi caso no tengo contacto con los demás reos porque yo estoy solito en una celda pequeña, en un área llamada Tratamientos Especiales y estoy prácticamente aislado. Solo puedo salir al patio durante unos 20 minutos. Yo estaba acostumbrado a otro ritmo de vida, viajaba constantemente al extranjero, sobre todo a Estados Unidos y Europa.

–¿Consume la comida que dan en el penal o se la traen de afuera?

–Si, porque a pesar de que los días de visita me traen alimentos pues no aguantan mucho porque no tengo refrigerador para guardarlos

—¿Usted trabaja?, se le preguntó.

—No, mi familia se encarga de mantener mi estancia aquí

—¿De qué forma?

—Creo que eso no podré contestarle, pero imagino que usted puede deducirlo y aparte, mi familia administra una empresa que fundé que se llama Prestamex.

—¿Y cómo lo tratan aquí?, se le cuestionó

—Pues normal, no tengo privilegios y me acato a las reglas del lugar

—Una pregunta obligada en este momento, ¿por qué le dicen «El Lunares»? ¿Y quien le puso mese apodo?

—El entrevistado no pido evitar reirse al mismo tiempo que contesta: pues antes tenía un lunar grande en la cara y me lo operé porque no me gustaba como se veía y quien me puso así fue un señor que ya falleció que vivía en Tepito, desde pequeño me comenzó a decir lunares porque no sabía como me llamaba y de ahí pues todo mundo me conoció como «El Lunares».

—¿Es verdad que financió la campaña de Sandra Cuevas, actual alcaldesa en Cuauhtémoc?

—Si, de hecho, incluso usted publicó eso, de lo contrario ni se hubiera sabido. De hecho Sandra (Cuevas) es buena amiga de mi mamá (Olga Lidia Ramírez Godinez) desde hace muchos años. De hecho Dolores Padierna se la presentó a mi mamá. Con Sandra invertí diez millones de pesos y eso fue suficiente para que ganara la alcaldía.

—¿Con la llegada de Sandra Cuevas a la alcaldía Cuauhtémoc, la Unión Tepito ya trabaja más a gusto?

—Pregúnteles a ellos, yo estoy aquí preso y no sé qué responderle, señor

—La alcaldesa es aficionada a las armas de alto calibre y tiene una colección privada, ¿ustedes se las regalaron?

—Sí, fueron obsequios que nosotros le dimos durante algunos años y sobre todo cuando cumplía años

Uno de los custodios del penal súbitamente reapareció y «por órdenes superiores» dio por finalizada la entrevista, toma del brazo a Óscar Andrés y lo conduce hacia una reja que desemboca en un largo pasillo iluminado con luz blanca y cuyas paredes estaban pintadas de color gris. Lo que le daba un aspecto muy sombrío y bastante frío.

“El Lunares” ya no se despidió, simplemente caminó sobre dicho pasillo que lo conducía hacia la sección Tratamientos Especiales, donde se encuentra la celda que ocupará durante 27 largos años, mas los que se le acumulen ante la llegada del otro proceso que tendrá que enfrentar.

 

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