José Ramón Amieva es de esos políticos que privilegian la construcción y el acuerdo. Su designación como Jefe de Gobierno con el respaldo de todos los partidos da cuenta de hasta dónde alcanzan las redes que ha tejido a lo largo de los últimos años. Esto es bueno para la Ciudad de México porque permitirá un puente de comunicación durante las semanas, siempre delicadas, que restan para que se emita el voto el próximo 1 de julio. Esto es indispensable para generar las condiciones de certeza que requiere el proceso y para apuntalar la gobernabilidad democrática. El entonces Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, no se equivocó al perfilarlo como su sucesor en el cargo y es seguro que esto significará un buen cierre de administración y la continuidad de los proyectos, en particular los de carácter social./OPINIÓN JULIAN ANDRADE EN LA RAZÓN