porque si de por sí en el Zócalo no había línea de lo que se debería hacer, ahora que no hay una cabeza cada quien hace lo que quiere y eso se nota, pues cada secretario batea hacia donde se le da la gana, sin que nadie les diga nada. A ver si hoy están de humor los diputados en Donceles./OPINION ADRIAN RUEDA EN EXCÉLSIOR