La cantante Aretha Franklin, La Reina del Soul y una de las voces más impresionantes de la historia de la música que pidió a rabiar “Respect” y enterneció al mundo entero al ritmo de “I Say a Little Prayer”, murió ayer a los 76 años en su casa de Detroit (EU), víctima de un cáncer de páncreas diagnosticado en 2010. La alarma de su delicado estado de salud, que ella intentó esconder por todos los medios, saltó precisamente este lunes por la mañana, cuando medios estadunidenses aseguraron que la artista se hallaba muy grave y acompañada de toda su familia, en su casa de Detroit, aguardando el final de una existencia dedicada por entero a la música. Más de cuatro décadas sobre los escenarios dan para mucho cuando a un mito se refiere, y así lo certifican sus más de 40 álbumes y 10 millones de ejemplares vendidos; llevaba desde los años 80 sin viajar fuera de Estados Unidos debido a su también legendaria fobia a volar. Esta limitación, aunque le privó de veladas de gloria en vivo, no limitó el alcance internacional de su carrera ni su consagración como La Reina del Soul./ LA CRÓNICA DE HOY