Después del peor atentado contra un medio de noticias en décadas, brotaron, junto con el dolor, acusaciones de que éste sucedió en un contexto en el que el presidente Donald Trump ha fomentado el odio y la violencia contra los periodistas. Cinco comunicadores fueron asesinados en la redacción del Capital Gazette, periódico local en Annapolis, Maryland, y uno de los rotativos más antiguos del país, el jueves, por un hombre que llevaba una escopeta, quien sostenía una disputa desde hace años con el rotativo. El periódico había publicado en 2011 una columna sobre un caso de hostigamiento criminal contra el responsable del tiroteo, Jarrod Ramos. El hombre demandó al diario por difamación, pero perdió el caso y continuó amenazando al rotativo. Aunque nadie culpa al presidente por el ataque, Trump se ha atrevido a proclamar en múltiples ocasiones que “la prensa es el enemigo del pueblo”./ LA JORNADA