Shelley Chapman se negó a pagar una extorsión de 20 mil pesos a trabajadores de la Delegación Coyoacán para retirar los sellos de suspensión que le fueron colocados a su cafetería. Ya pasaron ocho meses desde el intento de soborno y su negocio sigue suspendido. Shelley, de origen australiano, explicó que en agosto de 2017, trabajadores de la Dirección General Jurídica acudieron al negocio ubicado en Calle Filosofía y Letras, en Copilco Universidad, alegando una visita de verificación. Los trabajadores indicaron que no contaba con extintor o señalizaciones de emergencia, por lo que el negocio fue suspendido. En tres días, aseguró, subsanó las observaciones de la Delegación. Sin embargo, el Gobierno delegacional no le daba contestación al trámite para reabrir y recurrió a un abogado para que interviniera, y fue cuando le solicitaron 20 mil pesos./REFORMA