Amigo lector del mejor diario digital www.puntoporpunto.com/web bienvenido a la sección “sexo y salud”, en esta ocasión daremos unas verdades sobre el “orgasmo masculino” el cual por cierto es completamente diferente al orgasmo femenino.
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El orgasmo es la respuesta sexual del hombre al proceso de excitación y placer que se manifiesta con una serie de cambios físicos. Es aquella situación de placer producida tras un estímulo, en la que el hombre llega al clímax de excitación sexual, finalizado normalmente con la eyaculación de semen, aunque también puede haber orgasmo sin llegar a eyacular en algunos casos, y la pérdida de erección del pene.
Anteriormente se tenía la idea que el orgasmo del hombre y la eyaculación son lo mismo; recientemente, se ha demostrado que es posible que el varón tenga orgasmos sin que necesariamente estén acompañados de la eyaculación, o por el contrario, la existencia de eyaculaciones en ausencia de orgasmos. Es cierto que es común que se presenten simultáneamente y es por eso, que tienden a confundirse como un mismo proceso.
Durante el orgasmo, el corazón llega a latir hasta 140 veces por minuto y el éxtasis experimentado puede ser intenso. En varones no son comunes los orgasmos múltiples.
Un estudio reciente de la Universidad de Groningen señala diferencias significativas en la actividad cerebral durante el orgasmo masculino y el femenino. Tanto hombres como mujeres ‘relajan’ las áreas del cerebro asociadas con la ansiedad y el miedo (la amígdala). Los investigadores encontraron que en el orgasmo masculino, el cerebro se centra más en los estímulos sensoriales de los genitales que en el orgasmo femenino.
En los hombres, el orgasmo normalmente es inducido por la estimulación directa del pene. Algunos aumentan la sensación de éste por medio de la estimulación directa de la próstata por el perineo.
Con el paso de los años, es normal que la cantidad de semen eyaculado disminuya y las sensaciones siguen siendo igualmente placenteras aunque más breves.
Tras la eyaculación viene el periodo refractario. Durante éste, los hombres no pueden procesar como placenteros los estímulos sexuales directos sobre los genitales. Sólo les resulta posible si su periodo refractario es muy breve.
Hay varones que son capaces de alcanzar la eyaculación o el orgasmo a través de estimulación intra-anal. Es posible, asimismo, tener orgasmos sin eyaculaciones. Se les llaman ‘orgasmos secos’. Es mucho más excepcional pero también hay algunos hombres que experimentan multiorgasmos con características similares a los de las mujeres que así les suceden.
Existen cuatro fases del orgasmo masculino:
- Fase “excitación” es cuando el pene del hombre, mediante la estimulación de sus zonas erógenas, comienza a ponerse erecto.
- Fase “meseta” es cuando el pene está muy excitado y la erección es plena. El pene está muy duro y la eyaculación es inminente. En esta fase es normal que el hombre tenga una sensación como de no aguantar más.
- Fase “orgasmo” en la que se da la eyaculación del semen. El ritmo cardiaco está al máximo de pulsaciones. De igual manera se experimentan unas contracciones musculares involuntarias y además, hay una tensión en todos los músculos del cuerpo. Se piensa que un hombre inmediatamente después de la eyaculación pierde la erección. Y eso no es cierto, es durante la siguiente fase, y de una forma paulatina, que el hombre reduce su erección.
- Fase “resolución” es en la que el hombre vuelve a su estado de reposo y sus pulsaciones retornan poco a poco a su ritmo normal.
Los hombres también son capaces de ser multiorgásmicos, aunque esto depende de las capacidades físicas del varón y del dominio mental que éste ejerza sobre su respuesta sexual. De todas formas, es bien sabido que el tiempo de recuperación después del orgasmo masculino, es mucho mayor que en el caso de las mujeres.
Y es que aunque se piensa que el orgasmo masculino siempre va a acompañado de la eyaculación, este no es el único tipo de orgasmos que puede alcanzar el hombre. Una teoría reciente refiere que existe un orgasmo de contracciones musculares, pero sin eyaculación, de esta manera el hombre puede alcanzar varios orgasmos y no es hasta el último en el que eyacula.
Es bien sabido que en relación a detener y controlar la eyaculación, todo hombre puede con la complicidad de su pareja permanecer cada vez más tiempo en equilibrio, en el punto límite. Una vez en él, hay inmovilidad al comienzo que pronto se torna relativa: progresivamente se hacen posibles unos movimientos suaves que se harán cada vez más amplios sin llegar al espasmo.
Hay que estar relajados en la respiración e interiormente, pero también en la práctica es necesario ejercer el control de la eyaculación.
Algunos varones operados de próstata pueden perder la capacidad orgánica de expulsar el semen hacia afuera, por lo que es llevado hacia la vejiga en lo que se conoce como eyaculación retrógrada. Sin embargo, estos varones conservan la sensación orgásmica ya que las contracciones musculares continúan manifestándose, y son ellas las que son decodificadas por el cerebro como placenteras. Puede suceder que, aunque mantengan su capacidad orgásmica, se sientan disminuidos sexualmente porque no se hace evidente su clímax al no poder ver su líquido de eyaculación. En estos casos la problemática está centrada en los condicionamientos culturales o la personalidad del sujeto por valorar lo evidente antes que lo realmente sentido.
Lo que es cierto es que la consecuencia orgánica en esta disfunción es la pérdida de la capacidad reproductora.
Estadísticamente muy pocos hombres eyaculan débilmente, sin fuerza, y entonces el semen se va escurriendo hacia afuera, fenómeno conocido como anhedonia eyaculatoria o eyaculación sin placer. Esto indica que las contracciones musculares también han sido débiles; aunque logran eyacular, el orgasmo es prácticamente imperceptible, lo cual suele producir sensaciones de frustración e insatisfacción. Estos episodios pueden deberse a dos causas: debilidad de la tonicidad muscular genital o motivaciones emocionales (inhibición, miedos o prejuicios ante la sexualidad y/o dificultades de pareja).
Otros varones suelen mantener un control muy estricto de su orgasmo, lo cual puede resultar que, aunque mantengan un ritmo y un estímulo adecuado, tarden muchos minutos en eyacular (más de 30 minutos) en lo que sería una eyaculación retardada, o en casos extremos no lograr hacerlo que se conoce como aneyaculación. Sus causas son exclusivamente psicológicas. Suelen ser hombres muy rígidos e hipercontrolados en la expresión de sus emociones; sienten que el descontrol puede ser peligroso para la integridad de su persona. Generalmente han sufrido de una educación muy estricta, la cual los inhibió afectivamente.
Estos varones suelen llevar una vida sexual conflictiva, ya que el temor de repetir la frustración puede llevarlos a inhibir su deseo sexual y/o a perder su capacidad erectiva. Así mismo, un mal vínculo con su pareja puede incrementar la dificultad.
Afortunadamente hoy en día es grato ver el aumento de pacientes varones en los consultorios de especialistas, que acuden en ayuda para atenderse estas disfunciones sexuales en sus distintas modalidades.
En fin que el tema de la eyaculación masculina es verdaderamente interesante y hasta la próxima edición de “sexo y salud” en el diario digital www.puntoporpunto.com/web y recuerda el correo electrónico en espera de tus dudas, comentarios y sugerencias: jdcmpuntoporpunto.com/[email protected] así como la dirección de twitter del autor: @jd_contreras
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