AGENCIAS
Hola amigos lectores del mejor diario digital de México: www.puntoporpunto.com/web bienvenidos a la sección “sexo y salud”, un espacio dedicado a la medicina y su entorno; en esta ocasión abordaremos un tema muy solicitado por las madres y padres de familia con un menor en casa: me refiero al “espasmo del sollozo”.
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El espasmo del sollozo es un trastorno caracterizado por crisis recurrentes de apnea transitoria (falta de la respiración pasajera), asociada a pérdida de la conciencia y de la postura anormal.
Este evento afecta entre 5% y 7% de la población infantil con edades comprendidas entre los 6 meses y los 3 años, afección que, según los especialistas es un evento que se presenta sin previo aviso y que podría confundirse con un ataque epiléptico. Generalmente el espasmo del sollozo hace su aparición cuando el bebé ha alcanzado los 6 meses de edad, y es frecuente antes de que el pequeño cumpla su primer año de vida, y en raras ocasiones hay infantes que llegan a presentarlo hasta que cumplen 6 años de edad.
Las características del espasmo del sollozo tienen que ver con la repentina detención de la respiración que genera efectos como labios azulados o morados; generalmente, el menor se pone pálido y hasta podría mostrar contracciones musculares del tipo convulsivo, siendo esta es la razón por la cual el espasmo del sollozo puede fácilmente ser confundido con un ataque de epilepsia. Es frecuente observar que el niño manifieste más espasmos por las tardes, cuando está cansado de las actividades del día y, en especial, cuando se acerca la hora de ir a la cama. Todo el proceso puede durar entre 2 y 30 segundos.
De acuerdo a las estadísticas mundiales, están más propensos a presentarlo los niños con antecedentes en alguno de los padres de haberlo presentado en su infancia. Fuera del período entre los 6 y 36 meses de edad, deben descartarse otras enfermedades, como epilepsia, arritmias cardíacas, hidrocefalia y tumores cerebrales. En los recién nacidos, estos episodios pueden hacer su aparición durante la alimentación o al cambio del pañal.
Se han descrito dos tipos de espasmo del sollozo:
- Espasmo del sollozo cianótico. Son provocados por episodios que enojan o frustran al bebé, quien llora vigorosamente y después aparece la apnea (falta de respiración), se pone con tono azulado o morado (cianótico), puede presentar movimientos convulsivos, luego puede quedar flácido; esta forma de presentación se observa en el 62 % del total de casos de espasmo del sollozo.
- Espasmo del sollozo pálido. El episodio es provocado por un susto o alguna situación inesperada que lo sorprende; el bebé llora poco, se pone pálido, y puede presentar movimientos convulsivos antes de recobrar la conciencia; este tipo suele presentarse hasta en el 19% de los casos.
Es importante señalar para que se presente el espasmo del sollozo siempre habrá un acontecimiento previo que afecte al niño, es decir algún suceso que le provoque sorpresa extrema, dolor intenso o molestia y frustración.
Como es sabido, la gran mayoría de los niños suelen expresar llanto ante cualquiera de estos estímulos o acontecimientos y algunos de ellos al no conseguir que se les cumpla un capricho o antojo, llegan al extremo de presentar los síntomas del espasmo del sollozo y después del evento se ven cansados, sudorosos y con mucho sueño.
Según expertos en la materia, los orígenes del espasmo del sollozo no están en afecciones del sistema nervioso del niño, ni es una manifestación de enfermedades psiquiátricas; más bien se trata de un reflejo respiratorio infantil primitivo que incluso podría ser hereditario, al observar que uno de cada cuatro niños que lo presenta tiene un familiar directo que lo padeció en la infancia.
El mecanismo que provoca el espasmo del sollozo no está del todo aclarado, pero es seguro que intervienen diversos factores: anatómicos, estímulos nerviosos, baja de presión arterial (hipotensión) e hiperventilación (respiración rápida); incluso se observó que los niños con anemia por déficit de hierro tienen mayor incidencia de espasmo del sollozo, explicado esto porque la anemia sería causa de una menor oxigenación cerebral y por lo tanto un factor desencadenante del espasmo.
Posterior a un episodio de espasmo del sollozo, y una vez que el niño recuperó la conciencia, se sugiere mojarle con una toalla la frente y las muñecas ya que esto le ayuda a recuperar totalmente el sentido o bien se pueden dar palmadas fuertes en el aire para que fije su atención en ellas y olvide el suceso desencadenante.
Nunca se recomienda agitar al niño, ya que resulta peligroso para su cerebro, tampoco maltratarlo en ese momento, ya que se puede alterar y volver a perder el sentido.
Lo que sí se debe hacer siempre y a toda costa es intentar prevenir las rabietas, berrinches y caprichos que el niño pueda tener, ya que estas están íntimamente ligadas a los espasmos del sollozo.
Los candidatos a sufrir espasmo del sollozo, suelen ser niños excesivamente consentidos que a través de sus llantos y desplantes, dominan de alguna manera a sus padres y cuidadores, niños que son muy nerviosos, impacientes e inquietos que incluso no duermen adecuadamente o lo hacen pocas horas.
A continuación se mencionan algunas sugerencias para el manejo de un evento de espasmo del sollozo:
- Mantener la calma. Si ya se le ha diagnosticado espasmo del sollozo deben permanecer tranquilos y sin alterarse ya que el menor no corre ningún peligro.
- Retirar de inmediato los objetos que tenga en la boca para evitar que se asfixie.
- Acomodar al niño en una posición segura. Se recomienda que lo coloquemos de costado y alejando los objetos con los que se pueda golpear; esta posición permite mantenerlo seguro y fuera del alcance de objetos que puedan dañarlo durante el evento.
- No se debe intentar detener el espasmo. De preferencia no debemos intentar nada para detener o distraer al niño durante el evento, ya que esto sí podría interferir en el proceso habitual del espasmo y complicar la situación.
- Alejarse un poco del niño. Hay que observarlo de forma indirecta, haciéndole pensar que no le prestan mucha atención al evento, ya que a veces utilizan estos episodios como métodos de presión o chantaje sobre todo en los padres.
- Reprenderlo o reconfortarlo según sea el caso. En principio, el espasmo del sollozo tiene un carácter involuntario, ya que el niño no lo hace a propósito, pero posteriormente algunos niños aprenden a utilizarlo para llamar la atención o conseguir algún beneficio, y en este caso, inmediatamente al término del espasmo, se debe explicarle con voz firme que no está bien lo que hizo, y que no le darán el beneficio que pretendía obtener con el evento; en caso de que el evento sea provocado por algún accidente, como un golpe o una caída, hay que abrazarlo y reconfortarlo para que sienta todo su apoyo.
- Dejarlo que duerma una siesta posterior al evento. Es importante que el menor tenga un tiempo de descanso para reponerse de los episodios y para que de alguna manera olvide la situación que le provocó el evento; de esta forma se pueden evitar varios episodios de espasmo del sollozo durante el día.
Finalmente te comento que, si bien la situación puede ser muy angustiante para los adultos que se encuentran con el niño en el momento del evento, deben saber que estos trastornos recurrentes no son graves, siempre y cuando se diagnostiquen efectivamente como espasmos de sollozo, y no se deben a una enfermedad en particular que pueda dejar secuelas.
De esta manera concluimos el tema de hoy “espasmo del sollozo”, recuerda el correo electrónico en espera de tus dudas, comentarios y sugerencias: [email protected] y el twitter del autor: @jd_contreras y hasta la próxima edición de la sección “sexo y salud” del mejor diario digital de México: www.puntoporpunto.com/web