Hola amigos lectores del mejor diario digital de México: www.puntoporpunto.com/web bienvenidos a la sección “sexo y salud” el día de hoy abordaremos un tema que por siempre se ha considerado como tabú desde la época del cristianismo, una definición que se convirtió en clasificación para las mujeres y me refiero a la virginidad y su relación con el himen. Recuerda nuestro correo electrónico a tu disposición para aclarar las dudas o recibir comentarios y sugerencias: [email protected] así como la dirección de twitter del autor: @jd_contreras
En cuanto al origen de la palabra “himen”, se dice proviene del dios griego Himeneos, quien era invocado en las bodas a través de «himnos», de donde se origina el vocablo y su connotación virginal previa al ritual nupcial.
El termino virginidad es sinónimo de nubilidad; socialmente y religiosamente hablando, virgen es una mujer que no ha permitido a ningún hombre introducir su pene dentro de su vagina y esto es lo que en algunas culturas y religiones se esperara que no pase hasta el momento del matrimonio.
Otros definen a virgen como una mujer que no ha tenido ninguna clase de contacto sexual con otra persona, ni que tampoco haya explorado su propio cuerpo, lo cual se traduce en no haberse masturbado incluso no haber besado intensa y profundamente.
En gran parte de las culturas donde la virginidad tiene importancia, se suele usar como discriminante la existencia de un himen intacto o no.
Existen, entonces, dos definiciones frecuentemente usadas para la virginidad para la mujer: por un lado el hecho de no haber tenido relaciones sexuales, y por otro lado el tener un himen intacto. Para el primer caso se encuentra el problema de definir qué es una relación sexual: para algunos significa exclusivamente coito vaginal, mientras que para otros se refiere a cualquier contacto que involucre los genitales.
Usando la definición del himen intacto, una mujer puede participar del sexo oral o anal y seguir siendo entonces, por definición virgen. De igual manera, el himen se puede desgastar por razones diferentes a las relaciones sexuales, como el montar a caballo, andar en bicicleta, practicar ballet, hacer gimnasia o hasta un golpe fuerte en la región pélvica baja; y es por esta definición de virginidad, lo que da origen a la práctica en algunos países de restaurar la virginidad quirúrgicamente, es decir, mediante una reconstrucción del himen.
En religiones como la judía e islámica, la virginidad es un factor importante de valor espiritual y un requisito para el matrimonio.
En varias culturas africanas aún se practica la infibulación de las niñas entre 2 y 8 años de edad como manera de preservar el himen y la virginidad. La operación es realizada por una curandera o partera, sin anestesia, y consiste en una clitoridectomía seguida por un cierre vaginal permanente. Solamente se les deja una pequeña abertura para la emisión de orina y sangre menstrual. Es frecuente que las niñas sufran infecciones graves como resultado de esta práctica, y años más tarde, la vulva se abre con un cuchillo inmediatamente al casarse.
Organizaciones feministas y de derechos humanos critican la importancia de la virginidad de la mujer como un desprecio a esta, una muestra de machismo que no debería afectar a la propia intimidad y vida sexual de cada individuo.
El himen juega un papel trascendental en el tema de la virginidad porque se rompe y sangra durante la primera penetración vaginal; sin embargo ahora se sabe que eso es relativo, porque a veces no se rompe por tratarse de himen elástico, en otras no sangra aunque se rompa y en algunas ocasiones suceden ambas cosas aun sin penetración.
Ahora, hablando medicamente, el himen es una capa delgada de tejido que oculta parcialmente el orificio vaginal y se localiza fuera de la vagina. Su presencia se remonta a la formación fetal, donde no hay apertura de la vagina. La apertura se produce poco antes de nacer, donde esta delgada capa de tejido se abre parcialmente y en cada mujer adquiere características diferentes en cuanto a tamaño, grosor, forma o elasticidad. Incluso en algunas niñas el tejido se divide por completo y en otras esta apertura no ocurre inmediatamente.
El himen es un órgano vascularizado, por eso al desgarrarse, por la causa que sea, puede producir un sangrado breve. El flujo depende de su conformación, que varía en cada mujer, desde un himen espeso, carnoso y casi cerrado a otros más delgados y finos.
De acuerdo a lo anteriormente descrito en cuanto al himen, si tomamos en cuenta que no siempre es la penetración la que produce su rotura y que hay hímenes muy gruesos o muy delgados incluso elásticos, llegamos a la conclusión de que basarse en la presencia de sangre con la primera relación sexual como signo de virginidad, no es ni lógico ni aceptado medicamente. De igual manera vale la pena mencionar que su rompimiento no siempre es un evento doloroso y traumático ya que ello depende completamente de la situación física y emocional incluyendo su nivel de estrés y nervios de cada mujer en ese momento.
Afortunadamente hoy en día, en casi la totalidad del mundo, existen muchos y más importantes valores en toda mujer que la existencia o no de una membrana vaginal.
De esta manera concluimos el tema esperando se hayan superado las expectativas respecto al mismo, recuerda que espero tus comentarios y sugerencias al correo [email protected] así como a la dirección de twitter del autor: @jd_contreras y hasta la próxima edición de la sección “sexo y salud” en el mejor diario digital de México: www.puntoporpunto.com/web