Hola amigos lectores de www.puntoporpunto.com/web el mejor diario digital de México, bienvenidos a su sección “sexo y salud”, en esta ocasión abordaremos un tema que sigue siendo un tabú sexual principalmente por desconocimiento del tema y nos referimos al “sexo anal”, así que espero se cumplan las expectativas respecto a tan controvertida práctica sexual; recuerda que estoy a tus órdenes para cualquier duda, sugerencia o comentario en el correo electrónico: jdcmpuntoporpunto.com/[email protected] así como en la dirección de twitter del autor: @jd_contreras
Empezaremos por definir el tema: el sexo anal es una práctica sexual consistente en la introducción del pene o de un juguete sexual en el ano y el recto de la pareja. Otros términos sinónimos son: sodomía, coito anal o pedicación. Es posible también que una mujer penetre analmente a un hombre o a otra mujer por medio de una prótesis, que comúnmente va sujeta a su pubis por medio de un arnés. Esta variante del sexo anal recibe el nombre de pegging.
Es una práctica sexual muy antigua, se tiene conocimiento que aunque en Roma no estaba permitido y por consiguiente nada bien visto que un ciudadano romano mantuviera sexo anal con otro ciudadano romano; no había ningún impedimento si lo hacía con un esclavo o esclava.
Esta práctica ha sido condenada en los últimos dos mil años por la mayoría de las religiones: tanto por ser infértil (es una de las prácticas naturales más comunes para el control de la natalidad, en cuanto coito substitutivo del vaginal), como por conllevar riesgos higiénicos muy serios.
Actualmente, el sexo anal está considerado una de las prácticas sexuales más extendidas en parejas homosexuales y también heterosexuales y diversos estudios revelan que, hoy en día, mujeres y hombres confiesan disfrutar del sexo anal. De acuerdo a estadísticas reportadas, aproximadamente el 40% de las parejas heterosexuales lo han intentado al menos una vez y entre el 10 y el 20% de parejas lo practican con regularidad.
Según el sexólogo Kinsey, una de cada dos mujeres se declara partidaria de la penetración anal.
Numerosas parejas practican el sexo anal como método anticonceptivo y además es una alternativa en el caso de periodos menstruales prolongados o abundante menstruación.
Existe la posibilidad que tanto un hombre como una mujer logren un orgasmo o eyaculación durante la penetración anal. Los genitales no son los únicos órganos responsables del gozo o placer sexual. Al fin y al cabo son aparatos sensoriales que solo llevan información al cerebro, de ahí es procesada y traducida a tensión y excitación sexual que puede promover la fase orgásmica.
El ano no pertenece al aparato reproductor, por lo que no está fisiológicamente condicionado para el acto sexual. Existe riesgo de infección, pues el esfínter anal es más rígido a la penetración y menos elástico que la vagina, con la consiguiente mayor fricción ocurriendo mayores microtraumatismos durante el acto sexual. Tampoco tiene la lubricación que normal y fisiológicamente tiene la vagina. El riesgo de contaminación no es solamente local, las microfisuras que se producen durante el sexo anal producen microsangrado en el pene y en el ano, que posibilita el contacto sangre a sangre, mecanismo por el cual se explica que el sexo anal sea el de mayor riesgo para la transmisión del virus del SIDA (VIH) y de otras Enfermedades de Transmisión Sexual; por lo cual se recomienda que si la pareja sexual no es confiable, se utilice preservativo aunque nunca sea la misma sensación al contacto directo.
Como todo en la vida hay practicarlo y entonces poder opinar y a decir de quien lo practica con regularidad, además de una sensación física muy placentera, diversos factores psicológicos entran en consideración. El sexo anal es una práctica diferente, que hay que descubrir: la novedad suele ser excitante, además de que también la excitación puede provenir del placer de infringir la ley.
Como ya se comentó, contrariamente a la vulva y la vagina, el ano y el recto no segregan lubricación natural que facilite la relación sexual y tampoco estos músculos tienen una elasticidad que les permitan dilatarse naturalmente. Por ello, la penetración anal debe ser practicada con sumo cuidado, para evitar la propensión existente a los desgarros y fisuras anales. Por este motivo, cuando se practica sexo anal, suele usarse algún lubricante para facilitar la penetración. En cuanto a los lubricantes naturales, son muy frecuentes el uso de la saliva o bien practicar la penetración anal después de la vaginal. Pero, como ambos líquidos se evaporan rápidamente, la penetración tendría que ser inmediata.
Como normalmente el músculo del ano (esfínter anal) se encuentra cerrado, el sexo anal podría ser doloroso si previamente no se tiene la precaución de distender este músculo (una buena manera sería la realización de juegos sexuales). Se recomienda dilatar o «ablandar» el esfínter anal previamente con aceite emulsionado, otros geles especiales, cremas o saliva e introduciendo lentamente un dedo en el ano, moviéndolo suavemente para luego ir engrosando con otro y otro y llegar a producir una expansión progresiva del músculo anal y la penetración sea sin dolor ni resistencia.
La explicación del mecanismo del placer en el sexo anal es que en el coito anal o pedicación la mujer obtiene en gran medida su placer al ser estimulado el útero, el cual frecuentemente es poco estimulado en el coito vaginal. El hombre lo obtiene a través de la estimulación de su próstata.
De la misma manera, la penetración anal exige generalmente la elección de un ángulo apropiado, pues el ano es más apretado y menos flexible que la vagina.
Usualmente la persona penetrada complementa el coito anal con la masturbación sea hombre o mujer; lo que contribuye a una multiplicación del placer y a relajarle la musculatura anal, con la consecuente facilitación y mejoramiento de la penetración anal. Por otra parte, las terminaciones nerviosas excitables en la zona ano-rectal son centenares de veces más numerosas que en la vagina por lo que si no existen fobias, la penetración anal puede llegar a ser más placentera para la mujer. En el momento en el que la pareja pasiva (la persona penetrada) logra el orgasmo, contrae fuertemente la musculatura anal provocando una fuerte presión sobre el amante activo lo que le facilita a éste el orgasmo. El placer procurado por el coito anal no sólo deriva de las sensaciones físicas, sino también de las subjetivas: romper un tabú por ejemplo.
El sexo anal es muy placentero si se practica con técnicas de higiene y sanidad, así que para iniciar el lavado con jabón neutro y agua guardarán el ano limpio. El lavado debe hacerse con suavidad. También es importante que el papel usado diariamente no sea abrasivo.
Para reducir las sensaciones de dolor es importante realizar la inserción del pene o del objeto de manera paulatina, lo que permitirá que se produzca una dilatación y adaptación gradual de los músculos y entonces sí a disfrutarlo al máximo ambas personas.
A continuación te daremos algunas posturas recomendadas para el sexo anal, sin embargo todo dependerá de la iniciativa de ambos y las posibilidades físicas así como disposición de ambos:
- Back swinging o sopla-nuca. En esta posición el receptor se encuentra acostado boca abajo y la persona que penetra en la parte superior. La penetración es menos profunda.
- Postura del perrito o a cuatro patas. Es una de las más conocidas, especialmente entre homosexuales. La persona que va a ser penetrada, se apoya con sus rodillas y brazos en una posición alta.
- Coito anal con la persona penetrada sentada encima del pene de su pareja. Puede ser de cara a la pareja o bien de espaldas a él,
- Con las dos personas recostadas de lado. En este caso la profundidad de la penetración es mucho menor y existe el riesgo de que el pene se salga en varias ocasiones del recto de su pareja.
Finalmente y a manera de resumen te comentaré generalidades acerca de la práctica del sexo anal y puedas por lo menos vencer el miedo e intentarlo de inmediato:
- El sexo anal puede ser divertido, seguro y entretenido si sigues las recomendaciones de los expertos, de lo contrario puede ser doloroso.
- El ano es una zona extremadamente erógena, pues dentro de éste se encuentran mucho más terminales nerviosas que en otras partes del cuerpo incluso que la vagina, depende que lo aceptes como tal.
- La diversión inicia desde que comienzas a acariciar tu ano, con un dedo lubricado, intercambiarlo por el pene o sustituirlo con el uso de juguetes sexuales o vibradores.
- El sexo anal no es una práctica exclusiva de los homosexuales, aunque claro, ellos lo practican, también es una de las formas de sexo preferidas últimamente por muchas parejas heterosexuales.
- Algunas mujeres rehúyen este acto al pensar en ser penetradas por el ano, pero no hay razón para este temor si se toman las debidas precauciones.
- El ano no es malo, mucho menos es una parte obscura o misteriosa del cuerpo y contiene muchas más terminaciones nerviosas que la vagina.
- El conocimiento y exploración del ano puede conducir a placeres insospechados y sin límite.
Por eso para poder disfrutar esta variedad del sexo es necesario olvidarse de prejuicios y temores al respecto. Así que deja fuera de tu mente las malas ideas y prepárate para disfrutar de tu cuerpo.
De esta forma concluimos el tema del día de hoy, esperando se hayan completado las expectativas acerca del “sexo anal”, recuerda el correo electrónico a tu disposición en espera de tus dudas, comentarios y sugerencias: jdcmpuntoporpunto.com/[email protected] así como la dirección de twitter del autor: @jd_contreras y hasta la próxima edición de “sexo y salud” en el mejor diario digital de México www.puntoporpunto.com/web