Libertad de expresión: Razón de Estado

 

Diversos organismos civiles internacionales señalan que México es uno de los 65 países catalogados como “no libres” para ejercer el periodismo. Entre 2000 y 2015 han sido asesinados aproximadamente cien periodistas. Pero pareciera que a nuestros gobernantes no les ocupa.

La libertad de expresión es un derecho fundado sobre el derecho natural inalienable e imprescriptible que tiene todo ser humano por el simple hecho de serlo. La libertad de pensar y de decir lo que se piensa no es, ni debe verse, como una concesión graciosa de los dueños de los medios de comunicación ni del Gobierno. Por el contrario, éste deberá concebirlo como una condición de estabilidad política, pues a su vez, ésta es una condición para los fines primarios del Estado: la paz y seguridad.

Hace 345 años Baruch Spinoza en su “Tratado Teológico-Político” señalaba que la conservación de un Estado depende de la fidelidad de sus súbditos, de sus virtudes y de su disposición para acatar sus órdenes. Si nuestros gobernantes tuvieran claras estas premisas así como lo que dicho filósofo consideraba como la “verdad eterna”, según la cual entre dos males siempre preferiremos el menor; y entre dos bienes, el que nos parece mayor; la perspectiva futura sería diversa a la que hoy tristemente nos depara.

Los persistentes atentados hacia los movimientos sociales, las constantes violaciones a los derechos humanos por organismos de seguridad pública y los atentados a la libertad de expresión están generando la simiente de la inestabilidad para el gobierno y, en consecuencia, de inseguridad para la comunidad entera.

De no corregir el camino trazado preguntaría ¿Cuál será el incentivo para que la virtud, la fidelidad y la obediencia de los gobernados hagan sostenible el pacto político y social con su gobierno? [email protected]

@NVS_

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