Carlos Ruiz González, profesor del IPADE anota en el Prólogo de su libro El quehacer del director, reflexiones sobre la dirección estratégica, sobre la función de la importancia de una estrategia, considerada como la articulación de objetivos a largo plazo, el plan de acción para alcanzarlos y la obtención de los recursos necesarios.
En su texto, el autor considera que la mayoría de las personas que ostentan puestos directivos han tenido que desarrollar ciertas habilidades propias de la dirección, pues aunque se puede poseer cierto “don innato”, un liderazgo efectivo es mucho más que el producto de la simple suerte, corazonadas o momentos de inspiración momentánea.
Así como en la estrategia, compara que muchas cosas en la vida son el resultado de coordinar diversos elementos armónicamente, guardando las debidas proporciones entre sí y es entonces cuando se obtiene un resultado sinérgico, es decir, superior a las meras partes que lo integran.
Una buena sinergia, explica, depende, en gran medida, de la calidad de los elementos que integran un todo, pero el éxito sería imposible sin la mirada de alguien que fuese capaz de tener una visión de conjunto para sintetizar cada una de las partes componentes, es decir, el director.
Ruiz González expone que para que el quehacer de un director sea efectivo, su papel y desempeño debe basarse en un saber prudencial, al cual se puede llegar mediante las preguntas ¿dónde estoy? Que nos dará el diagnóstico, ¿a dónde voy? Que nos ayudará a tomar las mejores decisiones, y ¿cómo voy a lograrlo? Que nos ayudará a tener una más asertiva ejecución a la hora de mandar.
A decir del autor, el director de una empresa debe poner su inteligencia, visión, voluntad y corazón para fijar el rumbo y conducir hacia él y en ese andar, debe asumir tres grandes roles: el de estratega, donde creará una visión de lo que será su organización y cómo lo conseguirá. El de constructor de la organización, donde tendrá que hacer que las cosas sucedan. Y el de operador, donde tendrá que asegurar que se tomen las acciones necesarias para alcanzar los resultados deseados.
Al combinar estas actividades asumiendo distintos roles, el director va transformando la empresa, pero también, sobre todo, se va transformando a sí mismo en un curioso proceso de metamorfosis, que es una combinación de aprendizaje y crecimiento. El aprendizaje lo va volviendo más hábil y más capaz. Y el poseer y adquirir capacidades le hace crecer, lo engrandece.
El autor menciona que el director debe poseer ciertas capacidades para dirigir y entre éstas, destaca la de análisis, mediante la cual debe tener la habilidad de ver las partes del todo y atender dichos componentes.
También resalta la capacidad de síntesis, la cual ayuda a que el director a identificar posibles consecuencias de una acción tomada, visualizando sus repercusiones en la totalidad de la empresa; pues sólo quien tiene visión de síntesis podrá decidir dónde trazar la línea, buscando optimizar el resultado para la empresa como un todo.
Asimismo, la capacidad de identificar problemas, puesto que un buen planteamiento (basado en análisis y síntesis) hace que se vea claramente la dificultad y así, de manera natural, se pueda pensar en posibles soluciones, ya que determinar con precisión nuestros obstáculos evita turbiedades u opacidades a la hora de buscar resultados. Igualmente, la capacidad para establecer prioridades, puesto que saber a qué darle prioridad garantiza la óptima utilización de un recurso muy escaso: el tiempo.
Entre otras capacidades, también detalla las de saber: proponer soluciones, decidir, escuchar, comunicarse con los demás, trabajar en equipo, instigar, tener una visión bifocal, anticiparse en vez de reaccionar, ser laborioso, perseverar, predicar con el ejemplo.
En concreto, señala que el director general es quien tiene a su cargo la tarea de tomar las decisiones sustanciales de la empresa, y quien debe organizar todos los elementos de la misma hacia ciertos objetivos establecidos claramente de antemano.
*Presidente de la Organización Internacional de Emprendedores Sociales