El PAN nuestro de cada día

Desde que apareció el texto más importante de Miguel León-Portilla, LA VISIÓN DE LOS VENCIDOS, en 1959, sobre la caída de los pueblos mesoamericanos, México no había conocido otra historia de derrota tan triste y tan impactante como la de las derrotas de Calderón. Una tras otra. Vaya, ni las derrotas de la selección mexicana de fútbol, ni los raiting tan bajos de TvAzteca, ni el destape del fraude que es El Canelo, ni las inundaciones de la Séptima Avenida en Comitán, han sido tan impresionantemente negativos como los tropezones que Calderón y sus tentáculos han ido probando.

Como dijera el roba coches: vayamos por partes.

Primero, pierde una guerra, que negó que era guerra pero que siempre llamó guerra, contra el narcotráfico. Y cómo no perderla si se la pasó 6 años dando manotazos sin ton ni son. A trancazos intentaba acabar con los trancazos y, ¿qué logró?, pues más trancazos. Gran estrategia.

Segundo, pierde la capacidad y posibilidad de imponer a su candidato para la Presidencia de la República por el PAN, a su heredero, a su hijo putativo, y se la gana el tapón sin pompas de Vazquez Mota. Pobre Cordero, se quedó balando con sus enormes dientes nuevos.

Tercero, pierde su partido la presidencia de la república de la manera más estrepitosa posible. Se va hasta un tercer lugar con 25% de los votos, seis puntos por debajo de un Peje que no merecía en ese momento más que lástima. Y aún así: pierde. Mira que perder así, de verdad que no se le desea ni al América.

Cuarto, su hijo putativo Cordero, es hecho a un lado en la Cámara de Senadores como coordinador de la bancada del PAN, y lo mandan, después de un sonado berinche, derechito a la Cámara… pero de Gases, ¡a la banca por wey! Y acaba perdiendo su grupo político todo poder legislador.

Y quinto, que según dicen las buenas lenguas: no hay quintó malo, pues este quinto salió más pior que pior (y ni siquiera era quinto. Bueno, eso dicen). Calderón, convencido de que todo era problema de la orientación de las estrellas, por la ubicación de Venus en Marte y la Luna en Saturno, volvió a la carga con su balador Cordero y lo postuló, con el apoyo de todo su Club de Tobi: los auténticos gritones panistas de la vela perpetua, para la presidencia de su partido. ¡Esta sí la tenían que ganar! Digo, ni modo que la defecarán una vez más, que perdieran, si de los millones de panistas que había hace 3 años, sólo sobrevivían como 10 y todos eran acarreados suyos. Era como tirar un penal sin portero, como jugar con los ojos vendados contra Jaguares, era como ganar en la catafixia, así de fácil. Triunfo seguro. Así que a entrarle a la descalificación, al cocolazo y al insulto fácil contra el rival: decirle lo peor, decirle priísta, pa que le duela. Pero a Madero ni le dolió, ni lo inmutó ningún calderonazo. Esa caldero era demasiado pequeño para él y nuevamente, alineados Júpiter en Orión y Neptuno en la Luna, Calderón y su compinche volvieron a perder.

¿Pos qué pasó si la tenían segura? Pues pasó eso, que no consideraron que Neptuno entraría en la fase de la luna y eso los llevara a quedarse ahí precisamente: en la luna.

Pero Calderón, sea lo que sea, no es hombre que se deje ni que se rinda a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera, ni la cuarta, ni a la quinta. Así que amenaza con regresar y ahora con mas ganas, más preparación y más fuerza. Y ahora mandará a su hijo putativo por una nueva contienda, un nuevo reto. Esta sí la ganamos porque la ganamos, le ha dicho Calderón a Cordero: vamos con todo por el título de Reina de la Primavera del kinder Burbujitas. Pero ese kinder tiene nombre de lavandería, ha reclamado Cordero. No importa, responde Calderón tajante, necesitamos asegurar el triunfo esta vez, y como sólo hay 3 aspirantes al título y el presidente del jurado es cuate mío integrante de los Templarios, pues vamos sobre seguro. ¿Y si el PRI agarra al presidente del jurado antes de la elección, ya ves que Peña Nieto está entambado a todos los Templarios?, pregunta Cordero con miedo a otra derrota. No te preocupes, responde Calderón, no lo atrapa, si está más burro que yo, vas a creer que mando felicitar a Madero como nuevo presidente del PAN y aprovechó para encargarle dos conchas y una dona de azúcar, te digo, esta vez vamos sobre seguro. Esperemos que así sea, remató Cordero. Y ambos se fueron de rodillas a la Basílica de Guadalupe mientras los ángeles del cielo entonaban con dulce voz una del Komander.

Vaya cosas.

Tan tan

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