Presupuesto 2016: ¿Justicia y Reponsabilidad Social?

 

Por Rafael Guarneros

La Asamblea Legislativa del Distrito Federal está a punto de convertirse en el escenario de una batalla épica por la repartición del presupuesto con que cuenta la Ciudad de México para su funcionamiento.

Los últimos tres años, con una mayoría aplastante, el PRD sin mayor esfuerzo sacó adelante cada uno de sus presupuestos anuales; sin embargo, le concedió tanto al PAN como al PRI generosos incrementos con tal de obtener un consenso mayoritario a su proyecto de distribución presupuestal. Sin embargo, en la actualidad, la presencia de MORENA en la Asamblea Legislativa y en casi la tercera parte de las delegaciones, agrega un ingrediente explosivo a las frágiles negociaciones entre los grupos parlamentarios.

El concepto de equidad presupuestal es algo que no se da en el Distrito Federal. El presupuesto y el gasto público se distribuye en función de intereses y de beneficios políticos e incluso económicos; los moches o los diezmos en la obra pública también cuentan en el diseño del presupuesto.

El Decreto de Presupuesto de Egresos del Distrito Federal para el Ejercicio Fiscal 2015, contempló un presupuesto per cápita en el que se benefició particularmente a Milpa Alta, dotándola del equivalente a $7,083 pesos por cada habitante; mientras que a Cuajimalpa $4,851, Cuauhtémoc $4,643, Miguel Hidalgo $4,567 y Venustiano Carranza $4,166.

En el otro extremo de la distribución del presupuesto, a Iztapalapa únicamente se le otorgó una cantidad equivalente a $2,028 pesos por habitante, a Gustavo A. Madero $2,635, a Álvaro Obregón 2,660, Tlalpan $2,738 y a Coyoacán $2,750.

presupuesto 2016

De acuerdo con estimaciones de CONAPO y el Censo de Población y Vivienda 2010, en Iztapalapa viven alrededor de 369,716 personas en situación de marginación alta o muy alta, en Tlalpan 140,787, en Xochimilco 126,352; mientras que en Cuauhtémoc sólo 5,291 personas, Venustiano Carranza 2,126 y en Miguel Hidalgo, Benito Juárez e Iztacalco tienen cero población con marginación alta o muy alta. Es un hecho claro e inmoral, que la delegación con más alto nivel de marginación reciba el menor presupuesto per cápita de toda la ciudad.

El problema de la inequidad presupuestaria no termina ahí. El presupuesto participativo que se asigna a cada colonia o pueblo, está ligado a una fórmula que considera destinar un porcentaje parejo para todas las delegaciones respecto del presupuesto total asignado, así como el número de habitantes que incide en la cantidad de zonas vecinales de cada delegación. De esa fórmula resulta que las colonias o pueblos reciben presupuestos aún más inequitativos, muestra de ello es que cada pueblo o colonia de Milpa Alta ejerció el año pasado   $2,135,644 pesos, Cuauhtémoc $1,067,443, Iztacalco $664,533, Venustiano Carranza $627,164, Benito Juárez $590,314, Cuajimalpa de Morelos $568,968, Tláhuac $562,894, Miguel Hidalgo $526,676, Xochimilco $505,550, Magdalena Contreras $447,171, Gustavo A. Madero $380,037, Iztapalapa $353,522, Azcapotzalco $336,214, Coyoacán $323,290, Tlalpan $286,060, Álvaro Obregón $217,232.

Si queremos reducir los niveles de pobreza, mejorar la calidad de vida y la seguridad pública, es indispensable darle al presupuesto un rostro más humano, en el que la justicia y la responsabilidad social, sean la marca de un poder legislativo responsable que debe reducir su gasto y hacer más austero y eficiente su trabajo.

La estrategia de incrementar el presupuesto en un porcentaje parejo para todas las delegaciones, debe hacerse a un lado y exigirse los legisladores un esfuerzo intelectual más serio para equilibrar las desigualdades actuales. La estrategia presupuestaria también pasa por la reducción de los salarios y gastos personales de los diputados.

El reto está en la mesa, vamos a ver de qué madera están hechos nuestros nuevos legisladores del Distrito Federal y con qué esfuerzo intelectual son capaces de desarrollar análisis y propuestas para lograr la equidad presupuestaria que detone la reducción de las desigualdades sociales que siguen lacerando el alma de nuestra Ciudad de México.

 

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