¿Lucha entre David y Goliat?
El próximo domingo 6 de diciembre se realizará una Consulta Ciudadana sobre si debe o no construirse el pomposamente bautizado “Corredor Cultural Chapultepec / Zona Rosa”; proyecto rebautizado por las organizaciones vecinales, sociales e incluso por urbanistas, artistas e intelectuales como “Corredor Comercial Chapultepec”. Por mi parte le llamaré “Corredor para el desarrollo y especulación inmobiliaria en la avenida Chapultepec”.
La mercadotecnia de los especuladores inmobiliarios pretende posicionar al proyecto como la “obra del siglo” en favor de la “democratización de la cultura” y en pro del medio ambiente en la Ciudad de México.
Mientras que las organizaciones que promueven el “No” o el “AsíNo”, están denunciando que el proyecto en realidad se trata de una concesión a 40 años de la Avenida Chapultepec, en la que el espacio público será privatizado. Afirman que el proyecto no beneficia a los vecinos, más bien expulsará a los habitantes originales de la zona por el encarecimiento de la vivienda en renta y la mayoría de los comercios de esas colonias irán a la quiebra durante la construcción de dicho proyecto. Se trata entonces de un proceso de expulsión de los habitantes originales para el establecimiento del gran capital en la zona.
Es un hecho comprobado por quienes habitan las colonias tradicionales, que la especulación inmobiliaria en torno a este tipo de proyectos ha provocado que el valor del suelo y de la vivienda se incremente varias decenas de veces. Las rentas de 8 mil o 10 mil pesos mensuales por departamentos de 150 o más metros cuadrados, han pasado a ser de 20 mil o 40 mil pesos por departamentos de menos de 100 metros cuadrados; o también ponen el ejemplo de casas que por sus dimensiones costarían 5 millones de pesos, después del desarrollo, el puro terreno tendría un valor de más de 20 millones de pesos.
El corredor “sin adjetivos” contará, según los promotores, con árboles, teatros, actividades culturales, espacios recreativos para “niños y tu familia” donde “la cultura será la forma de recuperar la seguridad de todos”. Demagogia pura. Si lo que desean es recuperar la seguridad de todos, la estrategia está errada. Tal vez habrá seguridad con policía privada dentro de las instalaciones de los negocios e inmuebles que formen parte del corredor, mas no en cuanto salgas a la realidad de la verdadera Ciudad de México sin ley, la de la impunidad y de la injusticia.
Si lo que quieren realmente es mejorar la seguridad, se debe entonces atacar los factores criminógenos, es decir, aquellos factores que inciden en la pérdida de valores sociales y familiares, cuya ausencia crea generaciones sin identidad, sin rostro, sin aspiraciones, sin oportunidades; generaciones a las que no se les reconoce la dignidad suficiente como para brindarles todos los medios necesarios que les ayuden a detonar su potencial creador. Generaciones que se encuentran en una especie de destierro, en el que son segregados y marginados de toda posibilidad de desarrollo.
Si lo que desean es realmente hacer un bien social a nuestra población mayoritaria y mejorar la seguridad pública ¿para qué construir un corredor “cultural” en Avenida Chapultepec, si ya Paseo de la Reforma es un vivo ejemplo de lo que es un verdadero corredor cultural y junto con el Bosque de Chapultepec, el pulmón más importante en la Ciudad de México? Lleven ese megadesarrollo a delegaciones como Iztapalapa para crear no sólo un corredor, sino otro bosque de Chapultepec completo con museos, teatros y muchas fuentes de empleo que amplíen las expectativas de desarrollo y crecimiento personal de quienes han pasado de ser zonas marginadas y asentamientos irregulares a formar parte de un segmento poblacional que sólo sirve como carne de cañón el día de las elecciones.
Este proyecto de “corredor cultural” es en realidad un detonador de la especulación inmobiliaria que va de la mano con los proyectos de sobredensificación y sobreexplotación de los recursos naturales, urbanos y de los usos de suelo de la zona centro de la Ciudad de México; suicidio urbano para los que padecemos ya los efectos de este depredador (sub) desarrollo en el Distrito Federal.
El principal promotor de este desarrollo es Simón Levy-Dabbah, director de la agencia de promoción de la Ciudad de México. Es por eso que rumbo a la consulta Ciudadana me sumo a las voces de miles de ciudadanos que hoy decimos #LevySeVa, así como cualquiera que lo sustituya en el cargo y tenga la misma visión de una ciudad en función de los grandes negocios y no en función del bien común de quienes la habitamos.
Es una lucha desigual contra el capital especulativo que en estos días hará uso de todos los medios económicos, publicitarios y propagandísticos, para enfrentarse a la sociedad civil organizada que cuenta sólo con su voz, su espíritu de lucha, con sus recursos personales y con las redes sociales que convierten al ciudadano común en el “David” moderno frente a Goliat: el voraz especulador de la tierra y depredador de los recursos del planeta.