En el devenir de la humanidad aparecen muchos ejemplos de movimientos que se enfrentan a los abusos del poder, a las dictaduras y a la violación de los derechos fundamentales de las personas. Resalta el papel fundamental que desempeña la prensa libre en los cambios sociales a través de la difusión de las ideas, de la denuncia y de su contribución a que los hechos perduren en el tiempo para su valoración y juicio posterior de la historia.
Stalin, Hitler, Idi Amin, son los dictadores más representativos de la historia; eliminaron a cuanta persona sospechaban que pensaba libremente y representaba un riesgo para la estabilidad de sus regímenes autoritarios. En el presente, un claro ejemplo de tiranía se ve en el dictador norcoreano Kim Jong-Un, quien ha mandado a asesinar incluso a su ex novia y a varios familiares.
Esta realidad no está muy lejana de lo que sucede en México en algunos estados de la República; entre ellos Veracruz. El asesinato del fotoreportero Rubén Espinoza, tres mujeres, dos de ellas activistas defensoras de derechos humanos, y una mujer que se encargaba de hacer el aseo del departamento en el que fueron hallados los cadáveres , todos con muestras de tortura y tiro de gracia, hablan del retorno de una época negra que nos regresa a los años 60´s.
Se ha pasado del esquema de desaparición forzada de personas para nunca volverlas a encontrar, a un esquema de eliminación a quienes piensan diferente a plena luz del día en la que se anunciaba como la “Ciudad de la Esperanza”, con torturas y asesinatos sin simulaciones, sin contemplaciones, sin clemencia; algo no muy lejano a los ajusticiamientos en las plazas públicas, para que sirva de escarmiento social.
Ayer domingo 2 de agosto, en el Ángel de la Independencia, quienes asistimos al acto de protesta por el asesinato de Rubén, Nidia, Nicol, Yesenia y Alejandra, en solidaridad con las familias y con el gremio periodístico, percibimos y compartimos sentimientos encontrados.
México, como comunidad de vida, necesita que su población reflexione y vuelva a ser solidaria con las causas sociales más urgentes de este país, si no queremos que los inicios de una desestabilidad social rebase la posibilidad de cambios pacíficos.
La libertad de prensa y el derecho a la información, son dos premisas que fortalecen las democracias. Sin crítica oportuna y veraz, no hay progreso ni justicia social. La prensa libre responsable, es el principal faro de las sociedades para orientar el trabajo político y social hacia la transformación de las comunidades.
Hoy la prensa libre, necesita del respaldo de la sociedad. Hoy todos somos “Rubén, Nidia, Nicol, Yesenia y Alejandra”, hay miles de ellos que han muerto en el anonimato y se
encuentran abandonados en algún lugar de la sierra o de algún paraje, esperando justicia y ser recordados. México, como conjunto de personas que compartimos un territorio e historia, debe reflexionar, debe actuar y debe cambiar. ¡Viva la libertad de prensa y el derecho a la información!