– En Veracruz, priva la impunidad y corrupción; Javier Duarte autoritario
Que lamentable que las investigaciones que realiza la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal respecto al asesinado del periodista Rubén Espinosa caiga en que fue un asalto, sin embargo, todas las evidencias que conllevan a este multihomicidio radican en la venganza de algún político resentido, quien no le agradó ser exhibido de sus acciones de mal gobierno. Triste si se llega a esa conclusión.
El fotoperiodista, colaborador de AVC Noticias, el semanario Proceso y la agencia de fotos Cuartoscuro, llegó a la capital mexicana tras recibir serias amenazas en el estado de Veracruz, donde se desempeñaba cubriendo movimientos sociales, en especial las manifestaciones estudiantiles y otros temas de interés a nivel estatal. Esa fue una de las principales causas que fuera hostigado por personas, que seguramente integradas y pagadas al gobierno veracruzano mantuvieron a raya al periodista.
Lo cierto es que hoy a casi ocho días del asesinato las autoridades aún no tienen una línea de investigación precisa porque tratan de distorsionar lo que realmente ocurrió. Hoy sabemos por versiones periodistas y por entrevistas previas a su asesinato de que realmente había sido amenazado por personas incrustadas en la política pero que tienen relación con otras actividades.
Veracruz lo gobierno un personaje detestable, cacique y controvertido. Javier Duarte de Ochoa es un mandatario autoritario que vive en la impunidad. Sus órdenes no acatadas no aceptadas, es decir es un sujeto que tiene sospechas de corrupción en su administración y supuestos grupos que operan fuera de la ley. “Le Ley es Él”, como dirían algunos que no están de acuerdo con su actuar.
Además de ostentar un registro terrible en materia de investigación de los crímenes contra periodistas, el gobernador Duarte con frecuencia desestima vínculos entre los asesinatos y el trabajo periodístico de los reporteros locales sin presentar evidencia alguna. Incluso ha llegado a acusar a periodistas de colaborar con los grupos criminales. Todo esto lo hace sin siquiera haber podido esclarecer ni uno sólo de estos crímenes.
En una democracia establecida y con instituciones sólidas, como la que se tiene en México y sostienen algunos analistas, no puede registrarse este tipo de acciones intimidatorias contra la libertad de expresión. Es decir, los periodistas no podemos estar a las decisiones y antojos de políticos ignorantes que cuando llegan al poder, como lo hizo Javier Duarte quieren imponer su estilo para gobernar a la vieja usanza de un priismo obsoleto y anacrónico Sin embargo, el gobernador veracruzano sigue inmune, pese a las críticas el mandatario es intocable.
Seguramente el próximo año cuando se realicen las elecciones para elegir a un nuevo gobernante los veracruzanos analizarán bien y seguramente no querrán votar por un personaje de esta calaña, que sí, las autoridades realmente quieren investigar los hechos de violencia que se vive en la entidad, terminando su periodo gubernamental tendría que sea enjuiciado toda la serie de tropelías y atropellos que cometió contra la población, pero sobre todo con los medios de comunicación, quienes muchos se sujetaron a sus caprichos y otros no, y ahí están las consecuencias. Han sido asesinados o desaparecidos.
Pero también hay que decir, a pesar de las amenazas y teniendo en cuenta el contexto en Veracruz, el fotógrafo desistió de acudir al mecanismo de protección de periodistas que, a nivel federal, está operativo en la Ciudad de México desde hace algunos años. La gigantesca falta de confianza y el profundo el escepticismo que impera entre periodistas y autoridades generó que Espinosa decidiera ignorar la posibilidad de recurrir al mecanismo de protección, muy cuestionado por sus insuficiencias y falta de efectividad. Sobre todo porque los periodistas rara vez creemos en las dependencias, ya que en la mayoría de ellas priva la impunidad y corrupción. Una razón suficiente como para tampoco acudir con las fiscalías ni las comisiones encargadas de “vigilar” la integridad de los comunicadores. Yo le decía ayer en este espacio. ¿Para qué sirven las comisiones de Senadores y Diputados?. ¿Las fiscalías de protección a periodistas?. Es mejor andar solo y pedir el apoyo del gremio periodístico.
Bueno y hablando de otros temas es pertinente reclamarle al secretario de salud del estado de México, César Nomar Gómez Monge, quien era el encargado de gabinete en el municipio de Nezahualcóyotl y tras su cambio impidió el acceso a los medios de comunicación. A pesar de que el gobierno del estado había girado una invitación este funcionario se la pasó por el arco del triunfo y le valió madres. Fue hasta que se convenció de que le restaría imagen cerrar el evento a la prensa.
Lo cierto es que a él lo cambian por ineficiente ya que nunca logró mantener la unidad entre priistas, que ese era su principal objetivo político durante el pasado proceso electoral del 7 de junio. La verdad es que su trabajo fue mediocre a pesar de la experiencia que tiene. Ahora lo mandan a Naucalpan, su tierra natal, en donde seguramente estará allanando el camino para el proceso electoral del 2017, que por cierro quien llega en su lugar es el secretario del trabajo, Javier García Bejos, de quien dicen que la experiencia política que tiene es interesante. Seguramente Eruviel Ávila lo pondrá a trabajar “duro” para dar salida a todas las inconformidades que dejó a su paso el secretario de salud quien resultó ser un mal operador político al igual como secretario de salud. Hasta mañana y ojo no se deje convencer por funcionarios mediocres que sólo apantallan y no saben hacer nada. Comentarios a [email protected]