Interesante y preocupante el reportaje especial que publicó la revista Newsweek en español el «Salvador que no Fue», a tres años de gobierno, las reformas llegaron, los resultados no. Tres años del Presidente Enrique Peña Nieto, donde el balance que tienen los mexicanos es que estamos peor que hace tres años. Creció el número de pobres, prevalece la impunidad y corrupción, pero sobre todo la inseguridad en el país sigue latente.
De acuerdo a datos de este reportaje, el autor, Albinsón Linares, señala que a «A mitad del sexenio, el gobierno de Enrique Peña Nieto fracasa en su propósito de abatir los índices de pobreza. Por cada año de gestión, un millón de mexicanos ha engrosado la estadística de sobrevivientes, que hoy alcanza al 46.2 por ciento de la población. Sin políticas acabadas para contrarrestarla, el gabinete se ha visto inmerso en escándalos de corrupción e impunidad, que comienzan con la propia figura del presidente. Tres años bastaron para destrozar la esperanza que muchos depositaron en el PRI del retorno».
No obstante, es clara la situación que se vive en México. En julio pasado, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) presentó un informe que reveló un incremento de dos millones de personas en los índices de pobreza desde 2012 a 2014. Es decir, durante el mandato de Enrique Peña Nieto, un millón de mexicanos ha ingresado anualmente en las mediciones de pobreza, lo que ubica la cifra de población vulnerable en 55.3 millones de ciudadanos, un 46.2 por ciento del total nacional.
«Desde la década de 1980 el país vive un proceso de depauperización; cuando uno revisa los datos de pobreza por ingresos se da cuenta de que la cifra que teníamos en 1992 es prácticamente la misma de 2014, es decir, los indicadores de pobreza no se han movido en veinte años. Estamos hablando de una clase política que se llena la boca de promesas como mejorar el empleo, salud y educación… pero cuando llegan al gobierno y vemos la permanencia de la corrupción, la ineficacia gubernamental y la ausencia de una visión de derechos humanos, nos percatamos de la profunda crisis que atravesamos», comenta Saúl Arellano, director editorial de México Social.
Organizaciones como Acción Ciudadana frente a la Pobreza estiman que hay 63.8 millones de personas con un ingreso insuficiente para cubrir sus necesidades básicas. Esto totaliza arriba de la mitad de la población del país, un porcentaje del 53.3 por ciento porque le suman 3 millones más de personas que en 2013. De esa cifra, los voceros de esta iniciativa afirman que hay 24.6 millones de personas, uno de cada cinco mexicanos (20.6 por ciento), que no perciben los ingresos suficientes para comer.
«Hay un millón más de pobres que en 2012. Por eso vemos que no hay nada que festejar, no importa lo que diga el FMI. Lo que le debe quedar claro a las personas es que el factor central del incremento de la pobreza son los bajos ingresos, por eso el primer cambio de fondo frente a la pobreza debe ser promover la mejora del ingreso. Se requieren nuevas políticas económicas porque no bastan los programas sociales», afirma el investigador Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de la organización.
Gómez explica que «repartir cosas» como despensas, uniformes, tenis, pisos de cemento, cheques y pantallas de TV no constituyen una política social. Luego de la reforma al artículo 1 de la Constitución, «es obligación de las autoridades garantizar los derechos de la población. La política social debe cumplir esta obligación», asevera, y propone la implementación de políticas económicas incluyentes para la mejora de ingresos y políticas sociales con enfoque de derechos.
Fernando Cortés difiere de esta posición y pondera las bondades de los programas sociales que, según él, siempre han abatido la pobreza. El gran problema es que las variables económicas funcionan al revés y la economía no crece, no se crean empresas ni empleos, por lo que el efecto de atenuación de las políticas sociales no es lo suficientemente sólido como para superar la generación de pobreza.
«En realidad, México no tiene una política social integrada, hay un conjunto de programas sociales que abordan distintos problemas, todos muy diversos, pero no hay una política de Estado o una línea homogénea para lograr los objetivos que se plantea la sociedad. Los programas sociales se han ido sumando, unos a otros, a lo largo del tiempo, por lo que el Coneval ha registrado más de seis mil programas sociales, y eso es una locura…..»
Tal descripción es singular e impresionante. Claro sin tocar temas de la violencia, hoy México vive una situación de alerta en materia de seguridad, porque el crimen organizado ha hecho de las suyas. Hay estados como Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y estado de México, donde el fenómeno no ha sido posible abatirlo, sobre todo porque, dicen los que saben que la infiltración de estas organizaciones criminales en las esferas de los gobiernos, federal, estatal y municipal son comunes, es decir a diario se vive con el enemigo dentro.
Esta reflexión merece plena atención porque a tres años de que llegue el relevo presidencial, en el 2018, la situación de los mexicanos será difícil que se componga por la crisis internacional que también se vive. Lo cierto es que hay problemas que tienen que tener solución en lo inmediato, sin embargo, aún desconocemos por donde irá la línea que mantenga la credibilidad gubernamental.
Hoy tanto los gobiernos como los partidos políticos carecen de eso, credibilidad. En fin son acciones que veremos en los próximos días. Hasta mañana y ojo cuídese porque los mexicanos ya estamos preparados para la visita del Papa Francisco, que seguramente, de acuerdo a la fe de cada uno traerá esperanzas para mejorar las condiciones de vida de cada uno de nosotros. Comentarios a [email protected]