· Es la segunda vez que un Pontífice hace presencia en la entidad
Los milagros sí existen. El gobernador del estado de México, Eruviel Ávila Villegas se colgaría ya uno, todo gracias a sus gestiones que realizó ante el Estado Vaticano para que el Papa Francisco (de origen argentino pero con sangre italiana Jorge Mario Bergoglio Sívori) visitara su municipio Ecatepec.
¿Pero que tanto beneficiará a los mexiquenses su visita? ¿Qué tanto beneficia a los gobernantes a los políticos. ¿Acaso les hará el milagrito de seguir en la grilla? ¿De seguir engañando con su demagogia a los mexicanos? ¿De que no habrá alza de impuestos ni de precios en la canasta básica? ¿O acaso de los trabajadores mexicanos para que les aumente el salario, que por cierto es salario de hambre?. ¿Algún beneficio debemos de tener los pobres. ¿No?¿ Sabrán los mexicanos que las visitas papales tienen un costo?. ¿La inversión que hacen los gobiernos a donde acude tiene que desembolsar millones de pesos, de dónde saldrá el dinero?
Pero no sólo lo que gasta el Estado mexicano, sino también lo que cobra el Estado Vaticano por este tipo de encuentros. Que por cierto ya en las iglesias del estado de México, los sacerdotes solicitan el apoyo económico, llamadas limosnas de la feligresía para financiar la visita del Papa Francisco al municipio de Ecatepec, donde además ya se hicieron públicos los anuncios para enrolarse como voluntario para atender, vigilar y ser partícipe de la visita del sucesor de San Pedro de «a grapa». La fe cuenta mucho.
Pero en el caso del estado de México, donde la situación no es diferente de otros estados. Vivimos preocupados por la inseguridad, las extorsiones, asaltos, violaciones y secuestros, pero eso no nos debe de importar en estos momentos porque tendremos la visita del Papa Francisco, que seguramente orará por todos los mexiquenses continuemos con nuestras vidas de manera razonable y evitar los hechos violentos. ¿No?.
La visita del Papa argentino, será importante para la clase política mexiquense porque hay que recordar que en junio del 2017 habrá elecciones para gobernador y seguramente muchos de los «suspirantes» querrá la bendición papal para llegar al cargo. Eso ni duda cabe. Sabemos que la Iglesia influye mucho en los electores y seguramente la visita no sólo será pastoral sino también política.
Hay que recordarles a nuestros amigos lectores que con la visita del Papa Francisco a Ecatepec, no será la primera que un jerarca de la Iglesia Católica visita el estado de México. Ya estuvo el Papa Juan Pablo II (Karol Wojtila, polaco de nacimiento) en mayo de 1990 en el municipio de Valle de Chalco, donde inauguró la Catedral de la Diócesis que lleva el nombre de Juan Diego. Durante su estancia en esta localidad arribaron miles de personas, no solo de la entidad, sino de otros estados donde quedó demostrada la fe mexiquense.
Desde 1979 cuando llegó el Papa Juan Pablo II a México en visita pastoral, fue recibido por el Presidente José López Portillo como Jerarca de la Iglesia Católica, no como jefe de estado ningún Pontífice se había interesado en pisar tierras mexicanas. Hay que mencionar que las relaciones de México con el Estado de Vaticano fueron rotas desde 1860 cuando las Leyes de Reforma aprobadas en México establecieron el Estado laico y pusieron en manos estatales los bienes del clero, lo que llevó al Vaticano a romper relaciones con el gobierno mexicano. Más adelante, la Constitución de 1917 impuso restricciones a los ministros de culto, como la de no poder votar.
No obstante, en 1979, Juan Pablo II en su primera visita a nuestros a nuestro país se volvería hacer en otras cinco ocasiones. La sexta la hizo el Benedicto XVI (Joseph Ratzinger, de origen alemán) quien estuvo en México del 23 al 25 de marzo de 1912 en las ciudades de Guanajuato, León y Silao. Durante su estancia de cuatro días en nuestro país, el pueblo mexicano demostró su entrega al nuevo Papa, sin embargo, las comparaciones que hacía la gente entre Ratzinger y Juan Pablo II, respecto a la calidez de su rostro, o su acercamiento con la gente, no se hicieron esperar.
Hay que destacar que la visita del Jerarca Católico se realizó en un momento muy álgido para nuestro país, porque se acercaba el proceso electoral donde se eligió Presidente de la República y otro por la violencia registrada con las bandas del crimen organizado, donde además en esos 12 años había gobernado Acción Nacional, es decir, ya existía una alternancia del poder.
Ahora con la séptima ocasión se llevará a cabo la visita a México de un pontífice. El Papa Francisco confirmó que llegará el 12 de febrero de 2016. Según la agenda publicada sobre sus actividades, éstas serán de carácter oficial, por ser el Vaticano un Estado, y de carácter religioso por ser la sede del cristianismo en el mundo. En su calidad de Jefe de Estado el Papa Francisco recibirá el tratamiento protocolario correspondiente a su investidura. México y el Vaticano mantienen relaciones diplomáticas desde el 21 de septiembre de 1992.
El Gobierno de México, reconoce en el Estado Vaticano a un actor importante en temas de la agenda internacional. En el desarrollo de la agenda oficial los encuentros entre el presidente Peña Nieto y el Papa Francisco serán para comentar sobre mecanismos que aporten soluciones a temas como el cuidado del medio ambiente, la paz y la seguridad, la protección de los migrantes, la promoción del desarrollo incluyente, el combate a la pobreza, el desarme nuclear y los derechos humanos, entre otros.
La primera actividad del Papa Francisco, en calidad de Jefe de Estado, será el 13 de febrero cuando sea recibido con una Ceremonia de Bienvenida en Palacio Nacional por el presidente Peña Nieto. El Papa saludará a los titulares de los Poderes de la Unión, a las autoridades gubernamentales y al cuerpo diplomático acreditado en México. Posteriormente mantendrá una reunión privada con el presidente y, en paralelo, la comitiva mexicana y la del Vaticano abordarán temas de interés mutuo.
Destaca que por primera ocasión un Papa será recibido en Palacio Nacional, sede del Gobierno Federal, pero también sitio envuelto por una larga historia que se remonta a la fundación de la ciudad y, en ese lugar específico, al espacio en el que establecieron su residencia los gobernantes aztecas, los gobernantes novohispanos y los gobernantes del México independiente, destacadamente Benito Juárez, con la desamortización de los bienes de la Iglesia en las Leyes de Reforma de la Constitución de 1857.
Siguiendo el protocolo mexicano para Jefes de Estado, el presidente Peña Nieto, de común acuerdo con el Vaticano, recibirá en Palacio Nacional al Papa Francisco. Es difícil pensar que el jesuita no este enterado de la gran historia que contiene el escenario en el que será honrado en su primera actividad y visita en México. En el patio aledaño, apoltronado, la figura de Benito Juárez que escuchará su mensaje. Estará vigilante para que se mantenga la «perfecta independencia entre los negocios del Estado y los puramente eclesiásticos».
Vaya con el protocolo. Seguramente durante su estancia en Palacio Nacional tendrá que rememorar toda una historia suscitada entre la Iglesia y el Estado mexicano. Habrá muchos pasajes donde se echen culpas ajenas y propias, pero siempre bien respetuosos ideológicamente. Bueno habrá más análisis de esta importante visita papal al estado de México, pero eso lo contaremos en columnas posteriores. Hasta mañana y ojo ¿Con cuánto va a cooperar para la visita del Papa Francisco a la entidad… no se oye…. Comentarios a [email protected]