Se enfrentarán más inundaciones al tener recortes presupuestales que aplicara el Gobierno federal al restar recursos en obras necesarias en materia hidráulica. Así como en otros casos, de otros estados, como fue el caso de Tabasco, esta situación se tiene en la ciudad de México, en la que los capitalinos enfrentarán altas posibilidades de inundaciones de proporciones catastróficas.
El Gobierno federal resta más de mil millones de pesos al presupuesto para continuar la construcción del Túnel Emisor Oriente (TEO) en la ciudad de México, expusieron diputados locales y federales del Partido de la Revolución Democrática al señalar a la Conagua por no asumir que los retrasos de construcción del TEO dejan en indefensión a habitantes de esta capital.
Pese a las constantes inundaciones que se registraron en el Distrito Federal que en algunas zonas rebasaron el metro de altura, el gobierno federal no muestra ninguna voluntad para terminar el Túnel Emisor Oriente (TEO), pues para el 2015 redujo en más de mil millones de pesos el presupuesto para continuar esta importante obra.
El compromiso del director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), David Corenfeld, de que se concluiría el Túnel Emisor Oriente en el año 2016 y no en el 2018, quedó en mera demagogia, coincidieron en señalar entre otros el diputado Alejandro Ojeda, al precisar también que en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2015 el monto asignado es de 3 mil 363 millones de pesos, lo que implica una reducción de mil 148 millones, ya que según el calendario de inversiones registrado en cartera, se tenían proyectados para el siguiente año, 4 mil 511 millones de pesos.
La Conagua no asume que los retrasos de la construcción del TEO dejan en la indefensión a los habitantes de esta capital, ante la posibilidad de una inundación de proporciones catastróficas en el Valle de México.
El funcionamiento incompleto del TEO que registra un retraso en su construcción del 57 por ciento y con ello una demora de dos años que se extenderá a seis o siete años, porque se preveía entregar la obra en el 2012. Es necesario asumir con toda responsabilidad la construcción de la obra, toda vez que las precipitaciones pluviales han rebasado el Sistema General de Drenaje del Distrito Federal.
Los capitalinos seguirán sufriendo de grandes encharcamientos e inundaciones con graves daños a la economía familiar por la afectación de viviendas y enseres de primera necesidad, como es el caso de la delegación Iztapalapa entre otras, en donde son miles los afectados en cada precipitación. Solo en la última lluvia se consideran más de 50 mil familias damnificadas de manera directa.
Debe criticarse duramente el hecho de que por errores de planeación el monto de la obra casi se triplique de 9 mil 595 millones de pesos a 32 mil millones de pesos y que su entrega original se posponga para el 2019, siete años después, en tanto los capitalinos sufran por la negligencia e incapacidad gubernamental.
El hecho es que se perdieron doce años valiosos para solucionar el grave problema de inundaciones en la ciudad de México y más de una década para contar con medios para desalojar de manera eficaz el exceso de precipitaciones pluviales, lo que se agravará si se construye, como se ha anunciado, obras gigantes como la del nuevo aeropuerto.
Es necesario demandar a las autoridades que se realicen estudios serios con tecnología de punta, con la participación de expertos en el tema y de afectados, para darle una solución inteligente, como es la conclusión de las obras del TEO.
Se tiene una realidad que muestra que los principales colectores urbanos están colapsados y que las inundaciones continuarán a corto, mediano y largo plazos, que las autoridades sólo reaccionan a los fenómenos naturales sin llegar todavía a la prevención.
Esta situación empeora cada temporada de lluvias por factores adicionales que afectan el funcionamiento de las redes con rupturas como son los hundimientos diferenciales, limitaciones en el sistema de bombeo, falta de mantenimiento y conservación de obras hidráulicas donde algunas presentan una vida útil obsoleta y operan de forma inadecuada; por el crecimiento de la mancha urbana y poblacional; la escasa planeación urbana e hidráulica y la carencia de un ordenamiento territorial.
El reto para es implementar un esquema metropolitano para el manejo del drenaje; elaborar planos de inundación y emplear tecnología de punta para operar en forma eficiente el sistema de drenado, así como un sistema de alarma de inundación complementaria a la de sismicidad.