Aún sin firmar por el actual gobierno del Distrito Federal, la llamada “Carta de la ciudad de México por el Derecho a la Ciudad”, de lo que se han escuchado en comentarios de funcionarios, principalmente del área urbana del gobierno que también participaron en su elaboración, es porque se tiene como el proyecto de ciudad de Marcelo Ebrad, que como jefe de gobierno la firmó, le dio espacio y difusión, pero además representa la propuesta y un programa urbano, social, político y cultural de un importante número de organizaciones y actores sociales.
Al momento de su firma vino a mostrarse como lo más acabado en propuestas en materia urbana para diseñar el tipo de ciudad que se desea tener, construir y disfrutar; una especie de ciudad del “tercer estado”. El incumplimiento parcial y hasta el olvido de la carta ha provoca también que algunos de los firmantes y otros actores expresen la necesidad de renovarla tomando sus elementos básicos o elaborando algo nuevo que se ajuste a la nueva realidad.
En comentarios simplistas se señala, buscando solo descalificar, que la carta vino a ser el Proyecto Marcelo de la ciudad, cuan distantes están de esto al no saber o no conocer el proceso que la formo, de las resistencias, de los obstáculos y hasta de la manera en que se logra su constitución; esto sucedió dentro y fuera del gobierno, con los actores privados o quienes toman decisiones dentro del gobierno de la ciudad y de la Asamblea Legislativa del DF.
Si a Obrador se le critico el bando 2, “ciudad Slim center” o el corredor Reforma; a su momento a Marcelo se le critico por las tiendas de conveniencia (las oxxo-tiendas que aparecen por todas partes en cada manzana de la ciudad, ya en zonas de alta marginación o acomodadas, para dejar de ser elemento distintivo de las zonas residenciales), el favorecer Santa Fe, la forma de como se hizo la Línea Dorada 12 del metro o dejar a la deriva asuntos como el agua; al momento, en lo que también se ha llamado Proyecto Mancera de la ciudad, se le hacen observaciones en los temas de los megaproyectos, a las zodes, el permitir en los tres primeros años de su administración la construcción sin control por uso y abuso de los llamados capitales privados, a la sombra del primer secretario de desarrollo urbano de su administración, llegando a lo que muestra la imagen del proyecto corredor cultural/comercial Chapultepec.
La ciudad tiene en su forma como elementos que la componen la vivienda, la movilidad, la producción, el mercado, los servicios, el gobierno y la información; se señala preponderantemente que son nodos de información en donde se toman decisiones que afectan y determinan a todos.
En una verdad obvia que es necesario remarcar, la ciudad tiene un perfil, un rostro urbano, lo que se ha llevado a significar la confrontación irreconciliable e irrecuperable del uso del suelo urbano contra el suelo rural. El uso o vocación rural se entiende como el dedicado a los ciclos de la naturaleza que obsequian el aire y el agua, que se dedican a la agricultura o la cría de animales.
El suelo urbano, no necesariamente debe entenderse como confrontación insalvable con el suelo rural, pueden mezclarse, se le ha caracterizado como aquel que se le separa completamente del uso agrícola, la cría de ganado o como en donde circule ya como bestias de carga, de tracción o individual. El suelo urbano lleva en su superficie asfalto, producto del petróleo que impermeabiliza, se le coloca cemento, acero y bloques para la construcción horizontal o verticalmente a lo alto o en el subsuelo; su uso es fundamentalmente para la movilidad, el soportar almacenamientos y el de habitación para la población.
La ciudad se encuentra en un espacio, en un suelo, en un territorio. Aún no se ha llegado a la ciudad flotante. Lo principal de la ciudad es el suelo, su suelo y marcar el uso. El gobierno en materia urbana debe definir la política de uso de suelo y vigilar, regular y sancionar a quien la viole para evitar riesgos, para evitar afectar a terceros y evitar la corrupción por acción u omisión.
Este es el elemento básico que se ha señalado en los foros, talleres y conferencias del espacio limitado de discusión del llamado Conduse (Consejo para el desarrollo urbano sustentable) de la Secretaria de Desarrollo Urbano y Vivienda, que se ha mostrado como punto de partida al macro tema urbano que efectivamente reclama la atención de todos.
En la materia urbana se deben reconocer faltas. Como es el caso de que el actual gobierno ha perdió tres años y ha dejado pasar tres años sin hacer, dejando a solo el resto de su administración para actuar. Al sustituir al secretario de la seduvi, mostrando implícitamente que no se tenía o se equivocaba en una política en la materia, llevando también al uso con abuso de normas, reglamentos y marco jurídico en una componenda de dejar hacer y dejar pasar, así como el trabajar muy poco en el buscar consensos ante lo que se quiere hacer y construir en la ciudad.
Después de ser la ciudad de la esperanza y luego con Ángel, puede ser que nuestra ciudad sea la ciudad del acuerdo, de la planificación y la sustentabilidad, la ciudad del futuro, del siglo XXI, estamos en esa oportunidad; que quienes se encuentran en su espacio de confort, de comodidad, que no ven que las cosas han cambiado, esperamos lo entiendan.
En una esquina de la ciudad
El Movimiento Social “Mi ciudad es de todos”, tiene el gusto de invitar a la Conferencia “Mi ciudad” Problemas y perspectivas con la exposición de Martin Longoria del tema “Movimiento social y ciudadanía”, y como conductor de los trabajos Antonio Flores Martínez, a realizarse el Miércoles 1 de diciembre a las 11:00 horas, en el auditorio principal del Centro Cultural José Martí, localizado a la salida del Metro Hidalgo a un costado de la Alameda central.