Hace unas semanas, el Colegio de la Frontera Norte analizó una de los temas que más cuestionamientos ha generado, luego de la racista y persecutoria política migratoria del tirano Donald Trump en los Estados Unidos: ¿Es México un país reconocido como lugar de origen, tránsito y destino de migrantes?
Nada más oportuno que intentar redefinir el papel de nuestro país en torno a las migraciones. En una serie de seminarios llamados “Migraciones forzadas, fronteras múltiples y violencias”, un grupo de destacados especialistas dialogaron en esta ocasión sobre el tema “Refugio, exilio y desplazamiento forzado en México: los desafíos pendientes”.
Lo novedoso de este cónclave es que los ponentes por primera vez trataron el tópico como parte de una misma conexión, y afirmaron que los migrantes ya son parte del todo y elemento central de la dinámica de la sociedad, por lo que se centraron en hablar de manera muy realista en torno del exilio y del cruce en medio de la violencia y discriminación que azota al país.
Estuvieron de acuerdo que aunque México es un país hospitalario, hacen falta mejores políticas públicas, y se llegó a la conclusión de que no es cuestión de recursos, sino de voluntad política. Dicen, con justa razón, que no hay justificación para no dedicar apoyo económico a lo que tendría que tomarse como una opción solidaria, humanitaria, y mínimamente respetuosa de lo que nuestro gobierno ha firmado en el tema en repetidas ocasiones.
Según el Colegio de la Frontera Norte, en el año 2013 la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados reconoció a 600 refugiados, y pasaron por el país 350 mil centroamericanos, y en los últimos 3 años ha aumentado el número de solicitudes recibidas, siendo en 2013 alrededor de mil 300 y en 2016, llegando a un total aproximado de 8 mil 780 solicitudes.
Estos expertos lanzaron un duro llamado al gobierno mexicano para comprometerse con la nueva realidad migratoria, y le pidieron profundizar en los procesos de movilidad forzada, considerar sus políticas de acogida, protección asilo y refugio, y conocer las reacciones de la sociedad en los procesos de inserción laboral, social, cultural y político de las personas en exilio y repatriados por Trump. Todo un reto.
PARA EL REGISTRO Dicen los que saben que aunque Andrés Manuel López Obrador va muy aventajado para la Presidencia en las encuestas, poco le durará el gusto por estar aliándose a aquellos personajes que en el pasado tanto criticó. Más de un asesor a su alrededor ha dicho al tabasqueño que la desmemoria no es buena consejera y que no acarrea votos, pero no hace caso. ¿Realmente este hombre se sentirá tan confiado de que una vez iniciada la contienda electoral con candidatos definidos seguirá con esta artificial ventaja? Nos dicen que esta estrategia de “lo digo yo, y se hace” no llevará a buen puerto la campaña del eterno suspirante, quien insiste en la necedad y egolatría por encima de la política seria. Ni hablar. Gracias y buen inicio de semana.
@betata75