La decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de retirarse de un acuerdo global para combatir el cambio climático dificulta los esfuerzos para hacer frente a los desafíos ambientales en América Latina y el Caribe, que han agravado problemas de larga data relacionados con el crimen organizado.
Como sabemos, el tirano anunció el pasado 1 de junio que Estados Unidos se retiraría del llamado Acuerdo de París, un tratado firmado en 1955 por 195 países que tiene como objetivo «emprender ambiciosos esfuerzos para combatir el cambio climático y adaptarse a sus efectos, con un mayor apoyo para ayudar Países en desarrollo». La decisión llevó a la reprimenda inmediata de políticos y líderes empresariales por igual.
El portavoz del Secretario General de las Naciones Unidas, el día del anuncio, calificó la medida como «una gran decepción para los esfuerzos mundiales por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover la seguridad mundial». De acuerdo con su doctrina «America First«, Trump dijo que el acuerdo de París impuso cargas injustas a Estados Unidos que perjudicarían su economía y poco para mitigar los peligros del cambio climático.
Sin embargo, el cambio climático es una parte clave para abordar los principales desafíos mundiales de seguridad, incluso en las Américas. Según un informe del grupo de defensa Germanwatch, cuatro de los diez países más afectados por el cambio climático en la última década se encuentran en América Latina y el Caribe: Honduras, Haití, Nicaragua y Guatemala. Sin embargo, los expertos dicen que en toda la región, inclusive México, la planificación de los riesgos de seguridad relacionados con el clima ha sido insuficiente.
Las ciudades son particularmente vulnerables al cambio climático, ahí vive la mayoría de la gente y donde los delitos violentos ocurren y no pueden darse el lujo de retrasar la acción; existe un riesgo real de que las urbes de más rápido crecimiento adopten modelos de planificación anticuados que conduzcan a planes e infraestructura de uso intensivo de recursos.
El propio ejército estadounidense describió el cambio climático como un «multiplicador de amenazas» en un informe de julio de 2015 al Congreso; »tendrá amplias implicaciones para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos en el futuro previsible, ya que agravará los problemas existentes -como la pobreza, las tensiones sociales, la degradación ambiental, el liderazgo ineficaz y las instituciones políticas débiles- que amenazan la estabilidad doméstica en varios países».
Entonces, ¿cómo afecta el cambio climático a naciones así, en las que se incluye a México? Sencillo, a estos países las aqueja la superpoblación, la urbanización y también la mala gobernanza, y luego les azota un largo período de sequía o terribles inundaciones, por lo que en realidad estamos hablando de semillas para el desastre.
En ciertos casos, incluso cuando los gobiernos de la región han intentado responder a los desastres relacionados con el clima, el crimen organizado ha encontrado una forma de obtener beneficios. En un caso notable, el grupo de delincuencia hondureño conocido como los Cachiros supuestamente pudo usar el esfuerzo de socorro después de un devastador huracán de 2010 para lavar un estimado de 6.4 millones de dólares de ganancias ilegales.
Y México no se salva de esta dinámica, la violencia contra activistas ambientales que buscan proteger áreas del país de posibles daños ambientales relacionados con proyectos de desarrollo económico es tema de todos los días. El tráfico de drogas, así como otras industrias ilícitas como la minería ilegal y el tráfico ecológico, contribuyen a la deforestación y otras formas de daño ambiental.
PARA EL REGISTRO
Nos cuentan que vienen cambios en el gabinete del presidente Enrique Peña Nieto para posicionarse rumbo al 2018.
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