Una de las violaciones a los derechos humanos que más lastiman a una sociedad es la del trabajo infantil. Ya sea por necesidad u obligación, el trabajo de un niño entorpece su desarrollo y potencialmente le produce daños físicos y psicológicos para toda la vida.
En México, la protección de la población infantil contra las formas de trabajo se materializa en la Ley Federal del Trabajo, en donde se establece que queda prohibido el trabajo de los niños menores de 14 años.
En el caso de los adolescentes de 14 a 17 años lo permite en circunstancias específicas: siempre y cuando exista un permiso por parte de los padres, cuando haya compatibilidad entre el estudio y el trabajo, además del cumplimiento de otras condiciones que salvaguarden el bienestar de los niños y niñas.
En México, según los últimos resultados publicados de manera conjunta por la UNICEF y el INEGI, hay 3 millones 647 mil 067 trabajadores de entre 5 y 17 años de edad, de un total de 29 millones 203 mil 394 niñas y niños en este mismo rango, es decir, el 12.5 por ciento de la población infantil de 5 a 17 años está trabajando.
Del total de niños ocupados, siete de cada 10 (69.9%), se ubican en las zonas menos urbanizadas. El trabajo agropecuario es una de las principales actividades de los niños ocupados (29.7%), de estos nueve de cada 10 (87.2%) son hombres.
De los niños, niñas y adolescentes ocupados en trabajos agropecuarios, 29.7% tienen jornadas de 35 y más horas laborales a la semana
En nuestro país con cifras del INEGI, la tasa de escolarización para el total de la población entre 5 y 17 años es de 89.5 por ciento; 10.5 por ciento de los niños y las niñas de esta edad no asiste a la escuela.
Este alto porcentaje de niñas y niños que trabajan no dedican el tiempo necesario a la escuela para lograr una preparación adecuada y así poder tener a futuro un trabajo bien remunerado.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define a los niños que trabajan como aquellos que lo hacen por debajo de la edad mínima legal para trabajar o porque aun habiendo alcanzado esa edad realizan actividades que suponen una amenaza para la salud, la seguridad o el desarrollo moral, y se encuentran en condiciones de trabajo forzoso.
A nivel mundial se han establecido diversos mecanismos de defensa y protección de los niños y niñas, para reconocer, promover y vigilar el cumplimiento de los derechos humanos, entre ellos la protección contra la explotación económica y el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso, que entorpezca su educación, que sea nocivo para su salud o para su desarrollo.
Pues bien, para proteger los derechos humanos de la niñez mexicana y reforzar el marco jurídico actual existe una iniciativa en el Congreso de la Unión, que bien pueden priorizar los legisladores una vez terminadas las discusiones del paquete energético.
La propuesta plantea armonizar la legislación reglamentaría vigente con el convenio 182 de la OIT ratificado por el Estado Mexicano el 30 de junio del año 2000 y con la reforma Constitucional recientemente aprobada por el Congreso de la Unión.
De aprobarse, quedaría estrictamente prohibido el trabajo de menores de 15 años en todo el territorio nacional y por ende la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo, previa autorización de los padres, tutores o de quien ejerce la patria potestad, o de las autoridades del trabajo, es de 15 años.
También, prohíbe la venta y la trata de niños, la servidumbre por deudas, y el trabajo forzoso u obligatorio, y establece que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social se coordinará con las autoridades del trabajo en las Entidades Federativas, para desarrollar programas que permitan identificar, localizar y erradicar prácticas de trabajo infantil.
Esperemos que iniciativas como esta no se vayan a la congeladora y a los legisladores les interese discutirlas tanto o más que las reformas políticas. Gracias. Hasta mañana.
@betata75