Hace apenas unas horas creíamos que la situación en Guerrero podría estabilizarse, pero una vez más nos sorprende lo que la ineptitud puede provocar en un gobierno estatal.
Las calles guerrerenses atestiguan destrozos y vandalismo de manifestantes llenos de rabia pidiendo justicia, y estamos ante la agonía de un político que por necedad, necesidad u orgullo, simplemente no se va.
El gobernador de Guerrero ha aportado al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto la peor de sus crisis. Él es culpable del clima de tragedia que se vive porque si su gobierno hubiera hecho su trabajo, el estado sería fuerte política y socialmente, pero sobre todo, hubiera sido capaz de prevenir y solucionar conflictos tan graves como el de Ayotzinapa.
La delincuencia organizada logró penetrar al gobierno y la nula supervisión del Ejecutivo estatal permitió que alcaldes como el de Iguala no solo crearán su propio feudo, sino que lo entregaran en bandeja de plata a los criminales.
Ángel Aguirre Rivero ha motivado situaciones de conflicto y por sus omisiones se ha afectado gravemente la vida del estado impidiendo la plena vigencia del orden jurídico.
Su puesto se ha convertido en un factor que obstaculiza el avance de la justicia porque prioriza el interés político y minimiza el derecho ciudadano. Sus dichos y acciones de las últimas horas contravienen con las investigaciones federales y no van en el camino de encontrar soluciones.
Lo cierto es que aquí está en juego el prestigio que estaba construyendo el gobierno del Presidente Peña Nieto a nivel internacional. Las recientes reformas que mucho presumió el mandatario ahora nadie las recuerda porque esas voces que antes las aplaudían, ahora le exigen solución a la tragedia de los estudiantes de Ayotzinapa y la masacre de Tlatlaya.
De seguir en la negativa para dejar el cargo, los senadores del PRI, PAN, PVEM y PANAL tienen los votos suficientes para declarar la desaparición de poderes en Guerrero, nombrar gobernador provisional y convocar a comicios extraordinarios, aunque el PRD se oponga.
Esta medida legislativa es necesaria, porque ya no es posible que en México no haya consecuencias políticas ni jurídicas para las autoridades que son las responsables. Es increíble que vayamos de masacre en masacre y en el mejor de los casos los autores materiales e intelectuales son castigados, pero nunca las autoridades políticas que son omisas, se coluden con los grupos criminales y permiten que atrocidades tengan lugar.
México ya no puede tolerar a ediles asociados con criminales o gubernaturas que los solapen. Estos gobiernos engendran políticos cada vez más corruptos y omisos y eso, señores, se debe acabar.
Deponer a Ángel Aguirre Rivero es el principio y enviará el mensaje a alcaldes y gobernadores de que en esta ocasión se llegará hasta la últimas consecuencias. Lo que tenemos en Guerrero es un gobierno rebasado, como lo estuvo Michoacán, pero recordemos que allá el gobernador se fue y el secretario de Gobierno está preso.
PARA EL REGISTRO Nos cuentan que ante las críticas por su ausencia en el conflicto del IPN se decidió que el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, sea quien encabece la negociación con los alumnos. Ojalá que le vaya bien, porque hay quienes dicen que el funcionario nomás no se le ven ganas de llevar a buen puerto la problemática del instituto que puede degenerar en algo mayor *** Hay focos amarillos en la Secretaría de Hacienda ante la baja del precio del petróleo y el entorno económico internacional adverso que pueden afectar la discusión del presupuesto para el próximo año. Ya se preparan para el cabildeo. Gracias. Hasta mañana.